La emergencia clim¨¢tica obliga a pisar el acelerador al mundo de los negocios
Los grandes capitales y la plana mayor del sector privado urge a la acci¨®n contra el calentamiento global en el Bloomberg Global Business Forum en la cumbre de Nueva York
El debate sobre el cambio clim¨¢tico pas¨® primero de las facultades de ciencias a la calle. Ahora, con a?os de retraso, se traslada a los pasillos y la moqueta de los grandes foros internacionales de negocios. Las acciones han sido, hasta ahora, t¨ªmidas ¨C¡°hay que pasar de las promesas a los hechos¡±, ped¨ªa el lunes, en un mensaje te?ido de urgencia, el presidente de la el¨¦ctrica espa?ola Iberdrola-, pero algo ha cambiado en las expresiones p¨²blicas de los grandes capitales y, en general, del sector privado: la preocupaci¨®n de a?os anteriores ha devenido en urgencia. Al menos en el terreno de la ret¨®rica.
Dos d¨ªas despu¨¦s de que casi 90 grandes corporaciones de todo el mundo -con un valor conjunto equivalente al PIB brasile?o y emisiones equivalentes a una setentena de centrales carbon¨ªferas- se comprometiesen a ¡°alinear sus negocios con lo que los cient¨ªficos dicen que es necesario para limitar el impacto del cambio clim¨¢tico¡±, no hab¨ªa este mi¨¦rcoles, en el majestuoso hotel Plaza de Nueva York, una conversaci¨®n que no pasara por el cambio clim¨¢tico y su impacto sobre el bolsillo. Tras el compromiso insuficiente con el que culmin¨® la cumbre de Nueva York, la tercera edici¨®n del Bloomberg Global Business Forum -en el que EL PA?S participa como medio colaborador, y que re¨²ne a jefes de Estado y de Gobierno, empresarios, financieros, gobernadores de bancos centrales y jefes de organizaciones internacionales en la capital econ¨®mica del mundo- tiene este a?o al cambio clim¨¢tico como eje pr¨¢cticamente ¨²nico.
¡°Por decirlo de manera sencilla: los riesgos clim¨¢ticos son una fuente de riesgos financieros¡±, subraya Frank Elderson, presidente de Network for Greening the Financial System, una red global de bancos centrales y supervisores creada el a?o pasado en un intento para que institutos emisores y reguladores mejoren sus pr¨¢cticas para atajar el calentamiento global. ¡°Fen¨®menos como las inundaciones en el medio oeste de EE UU no se pueden ver como una cuesti¨®n pol¨ªtica, sino como algo real, f¨ªsico¡±.
La urgencia de los discursos -ahora s¨ª, pr¨¢cticamente transversal: como en el ¨¢mbito pol¨ªtico, el negacionismo ha quedado reducido a algo residual en el mundo del dinero-, tarda, sin embargo, m¨¢s de lo deseable en verse reflejada. Tanto en acciones concretas como en los parqu¨¦s: ajena a las proyecciones de impacto, la Bolsa estadounidense, sin ir m¨¢s lejos, est¨¢ en m¨¢ximos hist¨®ricos. ¡°Es probable que algunos mercados no est¨¦n poniendo en valor los riesgos¡±, apunta Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, uno de los banqueros centrales que m¨¢s beligerante est¨¢ siendo contra el calentamiento global y que hace un mes deslizaba que las empresas que ignoren el cambio clim¨¢tico ¡°quebrar¨¢n, sin dudas¡±. ¡°Muchos financieros no tienen conocimiento de las pr¨¢cticas de sus clientes [en clave clim¨¢tica]. As¨ª es dif¨ªcil que sepan la exposici¨®n de sus inversiones al cambio clim¨¢tico: los portafolios y la rentabilidad tienen, necesariamente, que reflejar la reducci¨®n de emisiones¡±, completaba en una de las sesiones del foro en la que no se pronunci¨® ni una sola vez las palabras tipo de inter¨¦s, inflaci¨®n o expansi¨®n cuantitativa.
En tiempos de turbulencias econ¨®micas, los analistas deben sumar un riesgo m¨¢s a su lista de preocupaciones: el calentamiento global, con una curva de emisiones que asusta. ¡°No podemos ¨²nicamente hablar de problema ambiental, sino de un problema econ¨®mico¡±, apunta, lapidario, el exalcalde de Nueva York y organizador ¨²ltimo del foro, Michael Bloomberg. Pero sobre la moqueta del Plaza, las conversaciones dejan tambi¨¦n algunos motivos para la esperanza o para, al menos, pensar que algo est¨¢ cambiando: las nuevas inversiones en renovables, recuerda Bloomberg, triplican en monto a los desembolsos en hidrocarburos y carb¨®n. Y en la mayor parte de los casos, las subvenciones ya no son necesarias: ¡°Hoy, la energ¨ªa procedente del sol y del viento ya es m¨¢s barata que la procedente de fuentes f¨®siles¡±.
El cambio de modelo y la paulatina erradicaci¨®n de las emisiones de gases contaminantes ¡°no es filantrop¨ªa, sino beneficio; beneficio para todos¡±, agrega el consejero delegado del gigante bancario HSBC, Samir Assaf, que llama -como su hom¨®logo en la aseguradora Allianz, Andreas Utermann- a una colaboraci¨®n m¨¢s estrecha entre los sectores p¨²blico y privado en aras de lograr la financiaci¨®n necesaria para el cambio de modelo. Los pasos, gotas a¨²n en el mar de los retos ambientales, se suceden en el terreno financiero, una de las piezas clave para el giro verde y tradicionalmente se?alado por los ambientalistas como uno de sus catalizadores por financiar industrias altamente contaminantes, como la extracci¨®n de petr¨®leo o carb¨®n. La propia Allianz y la aseguradora Swiss Re han refrendado en Nueva York su compromiso de que sus portafolios sean neutrales en carbono en un todav¨ªa muy lejano 2050. Y Goldman Sachs acaba de levantar 1.500 millones de d¨®lares para un bono con el que se financiar¨¢, a tasa preferencial, a las compa?¨ªas que se fijen objetivos de reducci¨®n de emisiones: a mayor grado de cumplimiento, menor ser¨¢ el inter¨¦s que tendr¨¢n que afrontar.
La b¨²squeda de una soluci¨®n global a la emergencia clim¨¢tica pasa, inevitablemente, por los pa¨ªses emergentes. Como recuerda Christine Lagarde, una de las estrellas en el foro neoyorquino, que en poco m¨¢s de un mes dejar¨¢ la direcci¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI) para asumir las riendas del Banco Central Europeo (BCE), solo el 13% de los 350.000 millones de d¨®lares invertidos globalmente en renovables est¨¢n en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
En la lucha contra el cambio clim¨¢tico, sin embargo, la responsabilidad no es pareja: EE UU y la Uni¨®n Europea, con poco m¨¢s de la d¨¦cima parte de la poblaci¨®n mundial, suman casi la tercera parte de las emisiones globales desde 1990, un desequilibrio que se acent¨²a a medida que se ampl¨ªa el periodo de c¨¢lculo. ¡°Si Washington no lidera esta lucha, va a ser muy dif¨ªcil que el resto asuma su parte¡±, cierra Hank Paulson, secretario del Tesoro en tiempos de George Bush hijo. La salida del Acuerdo de Par¨ªs anunciada a bombo y platillo por Donald Trump, es todo lo contrario: salvo cambio de ¨²ltima hora en el guion, en 2020 la primera potencia mundial ser¨¢ el ¨²nico pa¨ªs del mundo que se opondr¨¢ al pacto clim¨¢tico alcanzado en 2016.
Comercio y calentamiento global
Existe en la opini¨®n p¨²blica una idea extendida de que el comercio es, por naturaleza, malo para el medio ambiente. Una percepci¨®n que la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, que est¨¢ precisamente negociando un acuerdo comercial con la Uni¨®n Europea, considera urgente que los Gobiernos combatan con hechos. ¡°El libre comercio deber¨ªa ser buena para el clima¡±, defiende. ¡°Pero es necesario alinear los objetivos medioambientales con las herramientas comerciales, y no lo estamos haciendo¡±.
Ardern reconoce que la lentitud de la negociaci¨®n de los acuerdos comerciales va contra la urgencia que impera en la opini¨®n p¨²blica. Y propone ¡°actuar con las herramientas que ya tenemos¡± introduciendo incentivos, por ejemplo, como eliminar los aranceles para productos que contribuyan a proteger el medio ambiente. Pero advierte de la necesidad de actuar colectivamente: ¡°?C¨®mo voy a convencer a las diferentes industrias en Nueva Zelanda de que es necesario actuar contra el carb¨®n si sus competidores extranjeros no lo hacen?¡±, se pregunta.
Cecilia Malmstr?m, comisaria de Comercio en la Uni¨®n Europea, coincide con Ardern en la necesidad de combatir el estigma de que el comercio es, por definici¨®n, malo para el medio ambiente. ¡°El comercio bien planteado puede contribuir al desarrollo sostenible¡±, afirma. La pol¨ªtica sueca asegura que en la UE se est¨¢ haciendo un esfuerzo por ¡°implicar y escuchar a los activistas¡±. ¡°Se trata de que constituyan un grupo consejero permanente en las negociaciones de acuerdos comerciales. Puede ser un factor muy bueno para el ¨¦xito de los acuerdos si se hace bien¡±.
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