La guerra comercial entre EE UU y China acelera la desglobalizaci¨®n
El populismo y la ca¨ªda de los intercambios comerciales arrojan dudas sobre el futuro del proceso que ha dominado la econom¨ªa global en los ¨²ltimos 30 a?os
El mundo ha entrado en una fase de desglobalizaci¨®n, sobre todo en el ¨¢mbito comercial, que se ha acelerado con el conflicto entre Estados Unidos y China, por mucho que una tregua entre ambas potencias pueda dar un respiro a la econom¨ªa global. El peso del comercio global ha crecido en los ¨²ltimos a?os por debajo de lo que lo ha hecho la econom¨ªa, lo que unido al incremento de las medidas proteccionistas y las restricciones --t¨ªmidas-- al movimiento de capitales, de personas y de informaci¨®n arrojan dudas sobre el futuro del proceso que ha dominado la econom¨ªa global en los ¨²ltimos 30 a?os.
Desde la Segunda Guerra Mundial, el peso de las exportaciones y las importaciones sobre el PIB ¡ªel indicador m¨¢s generalizado para medir de la globalizaci¨®n¡ª ha seguido una tendencia al alza que se ha frenado en el ¨²ltimo a?o y medio. En este tiempo ha pasado de rondar el 23% hasta estabilizarse en torno a un 60% (y cayendo) en los ¨²ltimos a?os.
La crisis financiera de 2008 arroj¨® las primeras se?ales de este cambio de tendencia, cuando el frenazo en seco de los flujos de capital estuvo a punto de hacer colapsar el sistema financiero internacional. La crisis tambi¨¦n provoc¨® el desplome del comercio mundial, que registr¨® un fuerte rebote al a?o siguiente. Desde entonces, los billones inyectados a trav¨¦s de la pol¨ªtica monetaria de las principales econom¨ªas del mundo han contribuido a revertir, en parte, el da?o a la integraci¨®n financiera aunque la experiencia de la crisis tambi¨¦n aconsej¨® cambiar los modos de integraci¨®n.
El comercio, sin embargo, crece desde esos a?os por debajo de lo que lo hace la econom¨ªa mundial, en buena medida por el repunte proteccionista que han tra¨ªdo las pol¨ªticas populistas que han reaparecido a ra¨ªz de la crisis, como ya sucediera en los a?os de la Gran Depresi¨®n de los a?os treinta. ¡°Los esfuerzos de liberalizaci¨®n comercial se han frenado y en numerosos pa¨ªses han empeorado las pr¨¢cticas que da?an los intercambios¡±, subraya Catherine Mann, economista jefe global de Citi. No en vano diversos estudios, como el liderado por Manuel Funcke, Moritz Schularick y Christoph Trebesch en 2016, sostienen que en los ¨²ltimos 140 a?os las crisis financieras han estado seguidas de un auge de los partidos de extrema derecha y de las formaciones populistas, que utilizan el comercio mundial como uno de sus principales chivos expiatorios.
En unreciente informe, la economista confirma que la globalizaci¨®n alcanz¨® su pico a finales de la primera d¨¦cada de los a?os 2000 y que la marcha atr¨¢s en la apertura de las econom¨ªas ¡°es tanto una causa como un resultado de la p¨¦rdida de producci¨®n y de la disparidad del crecimiento en t¨¦rminos de PIB per c¨¢pita¡±.
Estas tensiones han frenado las perspectivas de crecimiento, como ha reconocido en Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus ¨²ltimos informes y, con ello, han puesto en evidencia tanto las debilidades de la integraci¨®n como las ganancias que, en consecuencia, se pierden con su marcha atr¨¢s.
¡°El primer ejemplo del elevado grado de integraci¨®n que se hab¨ªa alcanzado entre las econom¨ªas se produjo tras el terremoto que sufri¨® Jap¨®n en marzo de 2011¡±, recuerda Mauro Guill¨¦n, profesor de la c¨¢tedra Zandman de Gesti¨®n Internacional de la Facultad de Wharton, en la Universidad de Pensilvania. De hecho, durante seis o siete semanas, las f¨¢bricas japonesas tuvieron que parar su producci¨®n como consecuencia de los destrozos provocados por el se¨ªsmo y del accidente nuclear que provoc¨® el posterior tsunami. Y mes y medio despu¨¦s, un buen n¨²mero de plantas de autom¨®viles, de ropa o de tecnolog¨ªa en Asia, Europa o Estados Unidos se vieron obligadas a parar su producci¨®n por falta de suministros y componentes.
Esa integraci¨®n global, que se mide por la participaci¨®n de las econom¨ªas en las Cadenas Globales de Valor, se ha ido reduciendo desde 2008 y se ha acelerado en a?os m¨¢s recientes, que coinciden con el aumento del proteccionismo y el estallido de la guerra comercial abierta entre EE UU y China [ver gr¨¢fico adjunto]. Seg¨²n advierte Alicia Garc¨ªa Herrero, economista jefe para Asia Pac¨ªfico de Natixis, en uno de sus ¨²ltimos informes, estos cambios no se est¨¢n produciendo de forma generalizada sino que China ha optado por reducir su dependencia exterior y aumentar su integraci¨®n a nivel dom¨¦stico. En el lado opuesto se encuentra Alemania, que ha reducido su integraci¨®n regional ¡ªcon otros socios de la UE¡ª en detrimento de una mayor dependencia de China, seg¨²n recoge Natixis en otro informe. ¡°La mala noticia es que otros pa¨ªses como Estados Unidos y Alemania van a intentar cambiar esa relaci¨®n asim¨¦trica con China para asegurarse de que no quedan excluidos de ese nuevo modelo¡±, subraya Garc¨ªa-Herrero.
En su ultimo libro, Rude Awakening. Threats to world liberal order, Guill¨¦n diferencia entre la integraci¨®n econ¨®mica y la financiera. ¡°La globalizaci¨®n comercial ha sido capaz de reforzar la igualdad de ingresos mientras que la globalizaci¨®n financiera se ha asociado a un aumento de las disparidades de renta. Esta diferencia ha estado ausente del debate pol¨ªtico en los ¨²ltimos a?os e indica que si hay un culpable, deber¨ªa apuntarse a los flujos de capital y no al libre comercio¡±. Esa tesis respaldar¨ªa la imposici¨®n de medidas restrictivas a la libre circulaci¨®n de capitales, por su potencial impacto sobre la estabilidad financiera de los pa¨ªses, pero no de medidas proteccionistas en el ¨¢mbito comercial, que afectan directamente al crecimiento y al empleo.
Falsas culpas
¡°Entre el 50% y el 90% de los trabajos perdidos en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas se deben a los cambios tecnol¨®gicos y no a la globalizaci¨®n¡±, subraya Guill¨¦n. Un hecho que deber¨ªa suponer una urgente llamada de atenci¨®n a los m¨¢ximos dirigentes pol¨ªticos ante la inminente llegada de la tecnolog¨ªa 5G, un cambio que va a resultar profundamente disruptivo seg¨²n advierten todos los expertos.
Y la tendencia puede ir a m¨¢s. ¡°M¨¢s all¨¢ de las peleas por los aranceles, hay un creciente apoyo entre los dos principales partidos en Washington en favor de una posici¨®n dura con China en la relaci¨®n econ¨®mica. Incluso puede ser m¨¢s duro en caso de que un dem¨®crata suceda a Trump¡±, sostiene Tan Kai Xian, analista de Gavekal Research. ¡°Si se mantiene esta pol¨ªtica ante la previsible intransigencia por parte de Pek¨ªn, el resultado m¨¢s probable ser¨¢ un reverso sustancial en la mega tendencia hacia la globalizaci¨®n de los ¨²ltimos 30 a?os¡±, advierte el analista desde Hong Kong.
Y Guill¨¦n a?ade. ¡°La gran inc¨®gnita es Europa. Los pa¨ªses del Este est¨¢n empezando a perder la paciencia por su falta de progresos hacia el modelo social europeo y todo ello en un momento de cambio de ciclo, sin abordar las reformas necesarias para reforzar la moneda ¨²nica y con la enorme incertidumbre que abre el Brexit para la existencia futura de la propia Uni¨®n Europea¡±, sostiene.
En busca de un nuevo paradigma econ¨®mico
El pasado jueves arrancaba en Berl¨ªn una iniciativa para conseguir que las tendencias econ¨®micas y las pol¨ªticas que las impulsan "sean m¨¢s sostenibles". El Foro para una Nueva Econom¨ªa, como se denomina, re¨²ne a destacados economistas y dirigentes europeos que buscan definir un nuevo paradigma de la pol¨ªtica econ¨®mica para dar respuesta a los principales retos de nuestra sociedad, desde el cambio clim¨¢tico a la desigualdad, la inestabilidad financiera y la "acechante crisis de la globalizaci¨®n", explican en su p¨¢gina web.
Entre sus socios est¨¢n los premios Nobel de Econom¨ªa George Akerlof y Michael Spence y economistas tan destacados como Branko Milanovic, Barry Eichengreen, H¨¦l¨¨ne Rey, Thomas Fricke, Jean Pisani-Ferry, Dani Rodrik o Mariana Mazzucato, entre otros, as¨ª como antiguos dirigentes pol¨ªticos como Pascal Lamy y Caio Koch-Weser.
El refer¨¦ndum del Brexit y la elecci¨®n de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, en 2016, fueron los detonantes de esta iniciativa que surge para evitar ¡°que el populismo llene el vac¨ªo¡± que surge tras la crisis de confianza suscitada tras ¡°tres d¨¦cadas de deficiente gesti¨®n de la globalizaci¨®n y una exagerada fe en la eficiencia de los mercados¡±, insisten.
El hecho de que la iniciativa se centralice en Berl¨ªn tiene una especial importancia, ya que Alemania se ha erigido en los ¨²ltimos a?os en uno de los principales estandartes de la supuesta ortodoxia econ¨®mica, con su devoci¨®n por el equilibrio presupuestario y el rechazo a un aumento del gasto p¨²blico. Seg¨²n una encuesta que del propio Foro, los ciudadanos alemanes estar¨ªan m¨¢s en l¨ªnea con la tendencia internacional, que muestra una creciente preocupaci¨®n por el menguante papel del Estado y la parte negativa de la globalizaci¨®n. Otra cosa es lo que defienden sus dirigentes.
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