El campo se ha embarrado en lugar de florecer

La referencia obligada, en esta ocasi¨®n, es para Vox. Es el partido que saca la mejor tajada como resultado de la repetici¨®n de elecciones. Sin embargo, 52 esca?os le otorgan un enorme peso simb¨®lico, pero no tanto pol¨ªtico dada la situaci¨®n actual; un gobierno de derechas sigue siendo imposible, aunque hayan doblado sus resultados. Lo que s¨ª otorgan el medio centenar de esca?os en el Congreso es legitimidad social. Cuando una pesada carga desciende a plomo, es el estruendo el que sobresalta a los presentes, y no se repara hasta despu¨¦s en las marcas el resultado del golpe. Y ser tercera fuerza pol¨ªtica es, sin duda, una mercanc¨ªa pol¨ªtica de gran tonelaje que habr¨¢ dejado huella en una superficie maleable como lo es la sociedad espa?ola.

Queda ahora dibujado un panorama, al margen de los partidos regionalistas e independentistas, bastante sim¨¦trico: tres fuerzas a la izquierda y tres a la derecha, con unclaro podio a ambos lados. Los dos partidos que se presentaron, desde sus respectivas posiciones, como herramientas para el desbloqueo (Cs y MP) quedan en tercera posici¨®n y con resultados magros; los partidos te¨®ricamente en los extremos se quedan con el segundo puesto; y los partidos tradicionales lideran sus respectivos barcos con bastante holgura. Entre los grupos perseguidores, las sensaciones son paralelas aunque a distintas alturas: si el tropiezo de UP es importante, el de Cs casi no se puede calificar sin recurrir al lenguaje vulgar. Vox y MP mejoran lo que ten¨ªan, pero los de Errej¨®n se quedan sin mucho m¨¢s margen que el de actuar de muleta y no son imprescindibles; el PP, sin embargo, tendr¨¢ que contar con su compa?ero de viaje a la derecha para casi cualquier plan que tenga en la agenda (salvo, quiz¨¢s, la m¨¢s rocambolesca de las posibilidades ahora imaginables, de Gobierno de gran coalici¨®n entre PP y PSOE).

Apartados, aunque no ajenos, a este eje izquierda-derecha se encuentra una constelaci¨®n de partidos de ¨¢mbito regional que casi sin excepci¨®n han salido beneficiados. El ¨²nico damnificado, un peso pesado en este grupo como es ERC, era consciente de que perder¨ªa los votos prestados de la CUP traducidos en dos esca?os y as¨ª ha sucedido. PNV, Bildu, JxCAT, BNG y el reci¨¦n llegado Teruel Existe (representante simb¨®lico de la Espa?a vaciada, aunque est¨¢ por ver si lo ser¨¢ tambi¨¦n pol¨ªtico) suman un diputado y conforman el marem¨¢gnum entre el que Pedro S¨¢nchez se ver¨¢ obligado a seleccionar apoyos. NA+, PRC y la coalici¨®n nacionalista canaria conservan sus resultados frente a la turbulencia electoral y cierran este heterog¨¦neo grupo que queda a la espera de los movimientos de los grandes partidos. Entre los detalles e inc¨®gnitas est¨¢ el nuevo papel de la CUP a nivel nacional y si explotar¨¢, como primer partido antisistema que entra en el Congreso, sus diferencias con el resto del independentismo; o la posici¨®n, a priori neutra, del partido turolense dado el aparente consenso que existe en torno al problema demogr¨¢fico del pa¨ªs.

El relevo de Rivera al frente del partido naranja tambi¨¦n plantea, al menos, dos cuestiones interesantes: por un lado, si los detractores del veto a S¨¢nchez intentar¨¢n tomarse la revancha y forzar un golpe de tim¨®n; por otro, si In¨¦s Arrimadas se convertir¨¢, efectivamente, en la primera mujer realmente candidata a la Presidencia del Gobierno (con permiso de las n¨²mero uno en el Congreso de JxCAT y la CUP). Esta situaci¨®n, especialmente sangrante si consideramos el amplio consenso feminista de la sociedad espa?ola, resultar¨ªa tambi¨¦n potencialmente arrojadiza frente a los partidos del espectro progresista, siempre que Ciudadanos a¨²n albergue esperanzas de escapar al ostracismo pol¨ªtico.

El pre-acuerdo con UP, vago y carente de detalles, era un tr¨¢mite obligado para S¨¢nchez, pero solo constituye un primer paso insuficiente por s¨ª mismo

Los apuntes sobre los dos grandes partidos quedan para el final. El Partido Popular se coloca, en realidad, a las puertas de cumplir las ansiadas expectativas de Casado, que no eran otras que volver a ser ¡°la casa com¨²n del centro-derecha¡±: les han faltado exactamente diez esca?os, los que ha conservado Cs. El resto de los que esperaba, esos que Vox ha recogido a manos llenas, no queda claro que pertenezcan a ese hogar del que el l¨ªder popular habla.

El Partido Socialista no ha visto reflejado en las urnas el aumento en votos que algunos esperaban, pero es el que mejor conserva su posici¨®n entre los cuatro aspirantes iniciales. Sin embargo, la ausencia de ganancias con la repetici¨®n de elecciones no es lo que m¨¢s deber¨ªa preocuparles: en el nuevo panorama pol¨ªtico espa?ol, del que han desaparecido las mayor¨ªas absolutas monocolor, sus potenciales y necesarios apoyos han salido muy castigados. El pre-acuerdo con UP, vago y carente de detalles, era un tr¨¢mite obligado para Pedro S¨¢nchez, pero tan solo constituye un primer paso insuficiente por s¨ª mismo.

* Daniel Jim¨¦nez L¨®pez es analista pol¨ªtico de la Fundaci¨®n Alternativas