Burros contra elefantes
En la campa?a electoral norteamericana de 1828, los rivales del candidato dem¨®crata, Andrew Jackson, le llamaron ¡°jackass¡± (asno) y ¨¦ste, en vez de enfadarse, aprovech¨® el mote, se?alando que el burro era un animal humilde y muy trabajador; incluy¨® una foto en sus carteles electorales y venci¨® al republicano Quincy Adams. Desde entonces, el partido dem¨®crata adopt¨® el burro como s¨ªmbolo.
Sin embargo, el verdadero art¨ªfice de la asociaci¨®n entre mascotas y los dos principales partidos norteamericanos fue el ilustrador Thomas Nast que, en 1874, public¨® la vi?eta ¡°P¨¢nico a un tercer mandato¡±, en la que criticaba las intenciones del presidente republicano, Ulises Grant, de presentarse al cargo por tercera vez, comparando a su partido con un elefante asustadizo. Se atribuye a esta ilustraci¨®n la popularizaci¨®n del paquidermo como s¨ªmbolo republicano.
A menos de 11 meses de las elecciones y tras 160 a?os de bipartidismo, nadie duda de que el pr¨®ximo presidente norteamericano ser¨¢ o burro, o elefante. Un cargo suculento, que le otorgar¨¢ el control de la mayor potencia econ¨®mica, militar y tecnol¨®gica del mundo.
Trump, que quiere salir reelegido, tratar¨¢ de estirar el ciclo econ¨®mico evitando una recesi¨®n en 2020 e intentar¨¢ mantener la fortaleza del empleo y, preservar el efecto riqueza de los hogares, que tienen un 40% de sus activos financieros invertido en acciones. No se trata de una situaci¨®n nueva. Sus predecesores en el cargo se han enfrentado a ciclos econ¨®micos diferentes pero a las mismas ganas de ser reelegidos e influir en los votantes. ?Se comporta la Bolsa mejor ante este tipo de ¡°buenas intenciones¡±? No necesariamente. En los 22 comicios presidenciales que ha habido desde 1931, el retorno anualizado del S&P500 desde enero hasta las elecciones ha sido del 9,5%, ligeramente inferior al 10,2% de los a?os no electorales. De todas formas, en la composici¨®n de estas rentabilidades, es determinante la contribuci¨®n negativa de la crisis de los a?os 30 y la de la recesi¨®n de 2008. Si se extraen del c¨®mputo, estos dos acontecimientos, el retorno medio aumenta hasta el 12,8%, batiendo al mercado. Otro efecto interesante es el hecho de que las grandes crisis siempre se han producido con el Partido Republicano en el poder, penalizando anualmente los retornos en a?os electorales en un 5,6%.
Analizar el pasado ayuda a poner en perspectiva el a?o al que nos enfrentamos y, sobre todo, a desestimar la creencia de que el pr¨®ximo a?o ser¨¢ mejor que la media simplemente por ser un a?o electoral. El retorno de 2020 estar¨¢ determinado por la capacidad del ciclo econ¨®mico de aguantar (la econom¨ªa americana crecer¨¢ un 1,8%, mientras que el mundo se expandir¨¢ un 3,1%) o por factores como la pol¨ªtica monetaria y los resultados empresariales. En el pasado, el comportamiento de los mercados ha estado m¨¢s ligado a factores como los precios de la energ¨ªa, las crisis inmobiliarias o la valoraci¨®n de las tecnol¨®gicas. Aunque el inquilino de la Casa Blanca hubiese gozado de margen de intervenci¨®n, sus aciertos o errores tan s¨®lo habr¨ªan influido, de manera muy parcial, en el retorno hist¨®rico.
?Joan Bonet Maj¨® es director de estrategia de mercados en Banca March
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