El testigo de la macroeconom¨ªa
La econom¨ªa espa?ola no puede permitirse quedar en fuera de juego, abotargada por problemas internos
En las carreras de relevos no importa solo la velocidad, tambi¨¦n las condiciones en que se pasa el testigo. Con la macroeconom¨ªa sucede lo mismo. Como los relevistas, son cuatro los trimestres para los que se ofrecen datos de crecimiento. Ayer supimos que el tercero de 2019 mostr¨® s¨ªntomas de fatiga que van a condicionar, probablemente, la carrera de los tres meses finales del a?o. En apariencia, la velocidad es la esperada ¡ªel PIB creci¨® un 0,4% entre junio y septiembre¡ª, pero el testigo se entrega algo m¨¢s bajo porque el crecimiento interanual ya no es el 2% previsto, sino que cae al 1,9%.
El desfonde es generalizado, pero particularmente acusado para la demanda externa (que contribuye solo con una d¨¦cima al avance, frente al 1,8% de la demanda interna). Tampoco hubo especial animaci¨®n en el gasto privado y, sin embargo, s¨ª que la hubo en el p¨²blico, a pesar de que las restricciones presupuestarias eran importantes y lo ser¨¢n m¨¢s el pr¨®ximo ejercicio.
El equipo llegar¨¢, en todo caso, a la meta, y estar¨¢ por ver si finalmente el a?o se cierra por debajo de ese 2% que se antoja barrera psicol¨®gica. Lo que s¨ª parece es que los velocistas de 2020 ser¨¢n algo m¨¢s lentos y el pr¨®ximo a?o el PIB ser¨¢ alrededor de medio punto porcentual menor (1,5%). Se converger¨¢ con la mayor parte de combinados europeos en una actividad econ¨®mica algo m¨¢s an¨¦mica y ser¨¢ mucho m¨¢s complicado generar empleo, aunque se espera que se siga creando. ?
Todo esto sucede con unos niveles de precios reducidos. El IPC se elev¨® ayer al 0,8% (tras el 0,4% de noviembre) pero la subida se asocia al alza de los carburantes porque los componentes subyacentes del consumo siguen adormilados. La inflaci¨®n sigue perdida y una de las grandes inc¨®gnitas de 2020 es si se volver¨¢ a encontrar. A ello sigue abonada la pol¨ªtica monetaria de muchos bancos centrales.
Temor a la recesi¨®n global
Respecto a las condiciones externas, ya no se temen zancadillas extraordinarias del exterior por el camino porque se ha disipado, en gran medida, el temor a una recesi¨®n global. No obstante, en 2020 seguir¨¢ habiendo riesgos a la baja. Estados Unidos celebrar¨¢ elecciones en noviembre, pero todo el a?o parece abonado a un embrollo pol¨ªtico considerable que, como viene siendo habitual en estos a?os, tendr¨¢ consecuencias en el exterior. En el terreno financiero, se aprecia cierto estr¨¦s en los mercados de deuda, una olla en cuya v¨¢lvula de presi¨®n hay muchas manos tocando. Y, sobre todo, el pr¨®ximo a?o ser¨¢ de mucho movimiento estrat¨¦gico.
Entre otras cuestiones, va a haber mucho movimiento en negociaci¨®n comercial en el a?o que entra. Se decidir¨¢ el nuevo acuerdo entre UE y el Reino Unido y habr¨¢ numerosas derivaciones y externalidades de lo que finalmente concreten (o deshagan) Estados Unidos y China. Ser¨¢ un a?o, por lo tanto, para actuar pol¨ªticamente con atenci¨®n y agilidad en el que una econom¨ªa como la espa?ola no puede permitirse quedar en fuera de juego, abotargada por problemas internos que comienzan a eternizarse.
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