La dif¨ªcil transferencia del r¨¦gimen econ¨®mico de la Seguridad Social al Pa¨ªs Vasco
Los expertos discrepan sobre c¨®mo de amplias pueden ser las competencias en la gesti¨®n de pensiones y cotizaciones
El Gobierno espa?ol y el vasco est¨¢n a poco m¨¢s de un a?o de romper un tab¨²: estudiar la transferencia del r¨¦gimen econ¨®mico de la Seguridad Social. El pacto al que llegaron ambos ejecutivos hace una semana no da m¨¢s detalles. No hay m¨¢s, vienen a decir en los ministerios de Administraciones P¨²blicas y de Seguridad Social. La expresi¨®n es tan cauta que evidencia que se roza una frontera constitucional: la de la caja ¨²nica. La ministra de Administraciones P¨²blicas, Carolina Darias, descarta la ruptura de esa caja y pone por delante el Pacto de Toledo, donde no ser¨¢ nada f¨¢cil lograr un consenso pol¨ªtico.
La reivindicaci¨®n del Pa¨ªs Vasco es hist¨®rica. La gesti¨®n econ¨®mica de la Seguridad Social figura en su estatuto ¡ªy en el de m¨¢s de la mitad de autonom¨ªas¡ª y ning¨²n tribunal ha dicho en 41 a?os que sea ilegal. Pero no son pocas las voces que ven muy poco espacio para encajar la demanda en la Constituci¨®n. Unos solo ven hueco para que una administraci¨®n auton¨®mica pueda tramitar altas y bajas de la Seguridad Social, con el argumento de que el Tribunal Constitucional ha definido estos tr¨¢mites como ¡°instrumentales¡±. Otros creen que podr¨ªa encargarse tambi¨¦n del reconocimiento de las pensiones. Y hay quien ve margen hasta para cobrar cotizaciones y pagar pensiones.
Desde luego no podr¨ªan legislar. En eso la Constituci¨®n es clara: ¡°El Estado tiene competencia exclusiva sobre la legislaci¨®n b¨¢sica y r¨¦gimen econ¨®mico, sin perjuicio de la ejecuci¨®n de sus servicios por las Comunidades Aut¨®nomas¡±. Es decir, solo la Administraci¨®n central puede decidir sobre las cuant¨ªas de las pensiones o las cotizaciones a pagar.
¡°No pueden recaudar las cotizaciones y pagar las pensiones¡±, cierra Fidel Ferreras, director general del Instituto Nacional de Seguridad Social durante m¨¢s de 10 a?os y ya retirado. Para defender su postura, este antiguo investigador del Instituto Max Planck alem¨¢n apunta a la ¡°disponibilidad¡± del dinero como una cuesti¨®n clave de la caja ¨²nica que se?al¨® el Tribunal Constitucional en una sentencia muy citada de 1989. ¡°La disponibilidad es de la Tesorer¨ªa General de la Seguridad Social¡±, contin¨²a, en alusi¨®n al ¨®rgano del instituto previsor que podr¨ªa identificarse con esa caja ¨²nica y que ingresa las cotizaciones, paga las pensiones y es due?o del patrimonio de la Seguridad Social.
Aquella sentencia, en la que 11 de los 12 magistrados del Alto Tribunal no tuvieron piedad con la pretensi¨®n de la Generalitat catalana de gestionar los aplazamientos de cotizaciones (hubo votos particulares, pero solo uno fue contrario al fallo) ha tenido continuidad en fallos posteriores. Aunque tampoco cerr¨® la puerta a esa gesti¨®n econ¨®mica, como se lee en la ponencia del nuevo estatuto que prepara el parlamento vasco.
¡°No se pueden generar 17 cajas. Pero eso no implica que no puedan recaudar y pagar. Pueden cobrar y mandarlo a la caja ¨²nica¡±, defiende Crist¨®bal Molina, profesor de Derecho Laboral de la Universidad de Ja¨¦n, quien ve un ¡°absurdo¡± que no se pueda cumplir un texto legal que no ha sido declarado inconstitucional. Y menciona sentencias posteriores (2002, 2016) que ampliar¨ªan el protagonismo auton¨®mico: ¡°Las comunidades forman parte del Estado y del sistema de gesti¨®n¡±.
Uno de los l¨ªmites que pone Molina es que esa gesti¨®n puede dar pie a pensiones m¨¢s altas por una regulaci¨®n distinta. Eso romper¨ªa los principios del sistema (unidad y solidaridad). No obstante, ser¨ªa dif¨ªcil que ocurriera porque las cotizaciones que se recaudan en el Pa¨ªs Vasco (algo m¨¢s de 5.000 millones) ¡ªy en el resto de Espa?a¡ª no son suficientes para pagar las pensiones (casi 9.000 millones). Este es uno de los motivos que llevaron al ya ex secretario de Estado, Octavio Granado, a concluir en un informe que elabor¨® en 2016 que una seguridad social vasca ¡°podr¨ªa aumentar la pobreza en el conjunto del Estado, pero esta misma evoluci¨®n se producir¨ªa en Euskadi¡±.
¡°Aqu¨ª nadie est¨¢ poniendo en duda la caja ¨²nica¡±, apunta el secretario general de UGT en Euskadi, Ra¨²l Arza, que cree que fuera de esta comunidad se est¨¢ ¡°sobreactuando¡±. ¡°Aqu¨ª no va a haber pensiones distintas de las de Cuenca¡±, contin¨²a, y a?ade que su sindicato s¨ª reivindica que el servicio vasco de empleo, Lanbide, pueda pagar las prestaciones por desempleo, que tambi¨¦n proceden de lo que se recauda con cotizaciones. ?C¨®mo? a trav¨¦s de una encomienda de gesti¨®n.
El Gobierno vasco no comenta lo pactado entre Darias y el consejero Josu Erkoreka hasta que se negocie el a?o que viene. S¨ª ha hablado el portavoz del PNV, Aitor Esteban, para quien la gesti¨®n econ¨®mica comprende la recaudaci¨®n de cotizaciones y el pago de pensiones y que las cartas que reciben los pensionistas lleguen ¡°de las instituciones vascas¡±.
¡°Nunca se ha dado una encomienda en m¨¢s de 40 a?os¡±, rechaza Ferreras, quien incide en el poco espacio que ve: ¡°Las sentencias del Constitucional no dan margen ni para que las autonom¨ªas interpreten las leyes que rigen la gesti¨®n. Est¨¢ todo regulado, es propio de la Seguridad Social hasta las circulares con los criterios a aplicar¡±.
Esta posici¨®n coincide con la que mantiene Luis ?ngel L¨®pez, letrado de la Seguridad Social y presidente de la asociaci¨®n que agrupa a este colectivo. ¡°Esto deber¨ªa debatirse en el Pacto de Toledo¡±, arranca. Teme que la gesti¨®n d¨¦ pie a criterios distintos en recaudaci¨®n: ¡°Cada autonom¨ªa defender¨ªa su sustrato productivo¡±.
Y mientras se esgrimen los argumentos, el ministro de Seguridad Social, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, intentaba el jueves en el Congreso que este debate no oscurezca la presentaci¨®n de sus planes: ¡°Les invito a leer lo que se ha acordado. Abrir una discusi¨®n t¨¦cnica. No estamos en eso ahora. No le estamos dedicando ning¨²n esfuerzo en absoluto¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.