?Cu¨¢nto le cuesta al planeta un abrigo de piel??
La caza furtiva, la pesca y la tala ilegales ponen en riesgo el inventario de la biodiversidad, la existencia de los ecosistemas y los medios de subsistencia de muchas comunidades?
E de elefante; E de extinci¨®n. Hace un siglo la poblaci¨®n de elefantes era de 12 millones de espec¨ªmenes; hoy, la cuenta apenas llega a 400.000 y cada 26 minutos asesinan a uno. Todo por un colmillo. Cada ocho horas muere un rinoceronte al que se le quita el cuerno con una motosierra. Un mill¨®n de pangolines (el escamoso animal que se convierte en una esfera) son cazados cada a?o. En Am¨¦rica Latina, solo quedan 64.000 jaguares y la caza tambi¨¦n es una causa de su desaparici¨®n. Ocho de cada 10 animales que se trafican desde Brasil son aves.
No solo se trata de los animales que ocupan m¨¢s titulares; son cientos de especies acechadas por el ser humano: la cacer¨ªa furtiva es la segunda amenaza para la biodiversidad, despu¨¦s de la destrucci¨®n del h¨¢bitat. La tragedia tambi¨¦n se vive bajo la superficie del mar: Uno de cada cinco especies de peces se capturan de forma ilegal. Los ¨¢rboles tambi¨¦n son el blanco: 183 millones de metros c¨²bicos de madera se talan ilegalmente en todo el mundo cada a?o.
En Latinoam¨¦rica, se encuentran los seis pa¨ªses con mayor biodiversidad del mundo y el territorio m¨¢s diverso del planeta: la Amazon¨ªa. Pero esta situaci¨®n la hace m¨¢s vulnerable al delito. Como ejemplo un dato: en algunos pa¨ªses de Sudam¨¦rica, entre el 50% y el 90% de la madera se tala de forma ilegal.
La imagen de la primera Conferencia de Alto Nivel de las Am¨¦ricas sobre el Comercio Ilegal de Vida Silvestre, que se realiz¨® en Lima el a?o pasado, fue la de un jaguar. La venta de diversas partes de esta especie se ha incrementado hacia Asia en sustituci¨®n de las de los tigres, cuya poblaci¨®n est¨¢ casi menguada.
Seg¨²n la Wildlife Conservation Society, entre algunas de las especies m¨¢s demandadas en Latinoam¨¦rica est¨¢n los tiburones, las ranas dardo, las lagartijas de Abronia, las guacamayas rojas, los caballitos de mar, los pepinos de mar, las rayas y el pez totoaba, entre otras, consideradas ex¨®ticas.
El precio de un abrigo de piel, un adorno de marfil o la guitarra perfecta hecha con palo de rosa es alt¨ªsimo. Pero el costo va m¨¢s all¨¢ del precio que solo unos cuantos pueden pagar: se trata del sacrificio de ecosistemas vitales para todos, de poner en riesgo la biodiversidad y los medios de sustento de miles de comunidades que depende de los recursos naturales.
Este 3 de marzo, d¨ªa mundial de la Vida Silvestre, el lema es ¡°Garantizar el sostenimiento de la vida en la tierra¡± que abarca todas las especies de animales y plantas silvestres como componentes clave de la biodiversidad mundial, seg¨²n las Naciones Unidas.
P¨¦rdida de ecosistemas
Tomando en cuenta estos factores a la hora de hacer las cuentas, los expertos del Banco Mundial que elaboraron el informe Los costos de la tala, pesca y el comercio de vida silvestre ilegales (en ingl¨¦s) develan que las p¨¦rdidas debido a estas actividades il¨ªcitas alcanzan entre un bill¨®n y dos billones de d¨®lares, lo que equivale al 3,3% del comercio mundial, seg¨²n c¨¢lculos de 2016. Los que m¨¢s pierden son los pa¨ªses m¨¢s pobres y los de mediano ingreso.
El 90% de estas p¨¦rdidas proviene de los servicios que proveen los ecosistemas, los cuales no tienen un precio de mercado y que pasan desapercibidos para la mayor¨ªa. Por ejemplo: talar un bosque de forma no sustentable para vender ilegalmente la madera trae como consecuencia que los suelos queden menos protegidos, al igual que las cuencas de los r¨ªos de donde proviene el agua para el consumo humano. Significa la devastaci¨®n del hogar de muchas especies de animales y plantas, y se traduce en menos almacenamiento de carbono y retenci¨®n de inundaciones. Tambi¨¦n afecta la polinizaci¨®n que es la clave para la seguridad alimentaria: el 75% de los cultivos depende de este servicio ecosist¨¦mico. Y estos son solo algunos de los beneficios que generan los ecosistemas.
Bajo el mar, m¨¢s del 55% de los arrecifes de coral est¨¢n en peligro debido a la sobrepesca, que en gran medida es ilegal. Da?ar los corales significa la disminuci¨®n de la poblaci¨®n de peces, pero adem¨¢s deviene en menos aliados de las comunidades costeras a la hora de enfrentar inundaciones, as¨ª como menos recursos para el turismo, base econ¨®mica de muchas familias, e incluso de pa¨ªses enteros.
Combatir el delito, proteger al planeta
Entender los beneficios financieros de los servicios ecosist¨¦micos podr¨ªa ayudar a impulsar su conservaci¨®n, y colaborar¨ªa en promover de forma sostenible la tala, la pesca y el comercio de la vida silvestre para generar ingresos para las comunidades y en definitiva para las arcas de los pa¨ªses.
No es un monto modesto en t¨¦rminos de impuestos: se calcula que los pa¨ªses m¨¢s pobres, que dependen de forma desproporcionada de su capital natural, est¨¢n dejando de percibir entre 7000 y 12 000 millones de d¨®lares en ingresos fiscales a causa de este delito. Lo que se obtiene de este negocio va a las cuentas de personas y redes poderosas en los pa¨ªses de origen y del crimen organizado internacional.
El informe del Banco Mundial incluye diversas medidas que deben correr en paralelo para combatir estos delitos. Algunas de ellas son:
- Reconocer que el comercio ilegal de recursos naturales es un crimen internacional y adoptar estrategias nacionales y locales?para enfrentarlo en toda la cadena del delito.
- Impulsar incentivos?para que las comunidades locales puedan trabajar con los recursos naturales de forma sostenible, de manera que reciban los beneficios y prefieran estar de primeros en la l¨ªnea de defensa.
- Aumentar el financiamiento para luchar contra estas actividades ilegales.
- Permitir la creaci¨®n de alianzas p¨²blico-privadas para abordar el comercio ilegal de capital natural.
- Captar los beneficios derivados de servicios de los ecosistemas mundiales, como el almacenamiento de carbono y la biodiversidad.
Cada vez que alguien luce un accesorio de marfil, un elefante habr¨¢ dejado de ser un ingeniero ecol¨®gico al servicio de todos. Evitemos ahora que la E de elefante se convierta en una D de dinosaurio.
Marjorie Delgado es productora online del Banco Mundial.
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