El peque?o comercio busca salidas en Internet ante el impacto del coronavirus
Ante el confinamiento, los comerciantes de barrio abrazan la venta ¡®online¡® y soslayan el atasco de los supermercados
Cuenta Flavio Rodr¨ªguez que un viernes normal pod¨ªa vender hasta 2.000 bocadillos. Acompa?ados de un refresco, los despachaba (y espera volver a hacerlo en breve) a tres euros a la hora de comer y ¡°ven¨ªa gente de todo el pol¨ªgono¡± [de San Sebasti¨¢n de los Reyes] donde tiene desde hace 24 a?os una tienda de embutidos y un restaurante. El coronavirus dichoso le ha cerrado el restaurante y le ha amargado la vida ¡ª¡°no s¨¦ qu¨¦ va a pasar¡±, se lamenta¡ª. Ante una situaci¨®n que mantiene a siete de sus 10 empleados en su casa, Rodr¨ªguez ve c¨®mo ¡°se empieza a animar¡± el negocio por Internet y el env¨ªo de pedidos a domicilio por tel¨¦fono. Por el momento, no llega ni de lejos para cubrir los ingresos habituales, pero hoy por hoy es su ¨²nica l¨ªnea de vida.
Como Flavio, muchos otros comerciantes de barrio y peque?os negocios han visto en Internet y la entrega a domicilio, que a lo mejor nunca se hab¨ªan planteado hacer, un asidero para estos tiempos de confinamiento. El caso de Flavio es palmario. Su tienda abr¨ªa de nueve de la ma?ana a nueve de la noche, pero estos d¨ªas, sin apenas gente que se acerque por all¨ª (est¨¢ en un pol¨ªgono industrial sin demasiados residentes en los alrededores) cierra a las tres de la tarde. Da gracias a que tiene sus locales en propiedad y se agarra al env¨ªo a domicilio, que ya antes realizaban t¨ªmidamente, para sobrevivir. Los env¨ªos a Alcobendas o San Sebasti¨¢n de los Reyes los hacen ellos mismos. Si es fuera, cuentan con una empresa. Asegura que normalmente entregan en 24 horas. En la segunda semana de confinamiento, explica, el tema de los pedidos ¡°se va animando, por el boca a boca y por WhatsApp¡±.
Tambi¨¦n gracias de grupos de WhatsApp se ha salvado el negocio de ?scar L¨®pez. Tiene en Pinto una distribuidora de fruta y verdura que hasta hace nada solo vend¨ªa a bares y restaurantes. ¡°Con el cierre de los bares, a mi hermana, que es abogada, se le ocurri¨® enviar el contacto a su grupo de abogados, al del cole de los ni?os, etc¨¦tera¡±, cuenta por tel¨¦fono. Resultado: de tener el negocio absolutamente parado el primer lunes de alarma, a facturar 10 d¨ªas despu¨¦s alrededor de un 80% de lo que ingresaba antes del virus. ¡°Afortunadamente, tengo trabajando a mis 18 empleados y las tres furgonetas y ocho camiones, repartiendo¡±. El viernes entreg¨® ocho pedidos en una comunidad de vecinos de San Sebasti¨¢n de los Reyes.
No es solo que muchos de estos peque?os empresarios puedan mantener una v¨ªa de ingresos con el reparto. Su servicio constituye una alternativa a los grandes distribuidores, cuyos servicios de venta online se mantienen colapsados. Mercadona, l¨ªder absoluto de la distribuci¨®n en Espa?a, ha suspendido la venta online salvo en las zonas de Valencia y Barcelona donde funciona a trav¨¦s de los almacenes espec¨ªficos, las colmenas, y las webs de El Corte Ingl¨¦s, Eroski, Dia y otros est¨¢n desbordadas y las entregas se demoran al menos una semana.
¡°Hay una demanda brutal¡±, explica ?scar, que asegura que cada d¨ªa recibe el doble de pedidos que el d¨ªa anterior. Enrique Rivas, carnicero de Alcobendas, se dice ¡°desbordado¡±; tanto, que anda buscando un repartidor para los pedidos a domicilio. ¡°Antes ten¨ªa la web, era un complemento, quiz¨¢ seis u ocho pedidos al d¨ªa, pero ahora es un aluvi¨®n, m¨¢s de 50¡±. En vista de la ca¨ªda de visitas a su tienda, a?adi¨® a la web un tel¨¦fono para los pedidos. ¡°Lo he tenido que quitar, y en la web he tenido que limitar los c¨®digos postales donde reparto¡±. Eso s¨ª, con el trabajo que le lleva preparar pedidos, ha reducido el surtido. ¡°Estamos con lo b¨¢sico¡±, dice.
Sara Giacalone, que tiene abierta desde hace tres a?os Coc¨®mero, una tienda de fruta y verdura ecol¨®gicas en la calle Embajadores de Madrid, confirma que los primeros d¨ªas de alarma, con el desborde de los supermercados, registr¨® un pico de ventas. ¡°Ahora se ha normalizado un poco, pero estoy facturando casi lo mismo que antes, y a la tienda no se acerca casi nadie¡±, explica. Nunca antes hab¨ªa enviado pedidos a domicilio, pero ¡°ahora solo trabajo as¨ª y me est¨¢n pidiendo ya de otros barrios¡±, dice. ¡°La gente nos empez¨® a pedir mucho y nos hemos buscado la vida¡±, explica.
?C¨®mo? Sara cuenta con un repartidor, ¡°un chico que trabaja en una empresa y nos ayuda despu¨¦s¡±, haciendo todos los repartos de una vez por las tardes ¡°solo de lunes a viernes¡±. Ha rechazado contar con Glovo, porque le exige inmediatez en la preparaci¨®n de los pedidos. ¡°En cuando sale en el sistema, lo tienes que preparar, porque enseguida se presenta un repartidor, y adem¨¢s tendr¨ªa que gestionar el cat¨¢logo online¡± en la aplicaci¨®n, explica. As¨ª que dijo no. ¡°Prefiero ir a mi ritmo¡±, sostiene. Tambi¨¦n ?scar L¨®pez ha tenido que ir improvisando la organizaci¨®n de los repartos. ¡°Antes, con los restaurantes, cada repartidor ten¨ªa su ruta. Ahora es un caos total¡±, cuenta, pero asegura que se organizar¨¢.
Ese es un problema que tiene resuelto Juan Fern¨¢ndez, gerente de la poller¨ªa Medina, en el mercado de la Paz de Madrid. El centro cuenta con la plataforma mercado47.com, lanzada hace un par de meses para que varios mercados de Madrid se apunten al comercio electr¨®nico y el reparto lo hace una empresa que tiene un acuerdo con el mercado. ¡°Antes los pedidos eran m¨ªnimos, pero estos d¨ªas estamos facturando el 80% por esta v¨ªa, unos 75 pedidos, y en el mostrador solo el 20%, mientras que antes del encierro era 30-70¡±, cuenta por tel¨¦fono. Ha perdido algo de facturaci¨®n, porque, como ?scar, vend¨ªa mucho a la hosteler¨ªa. ¡°No llegamos a lo de antes, pero gracias a Dios nos mantenemos con un notable alto¡±, dice.
La comida viaja en ascensor para evitar los contactos
Los repartidores de la fruta y verdura de ?scar L¨®pez, ataviados con mascarilla y guantes, depositan las cajas de cart¨®n con el pedido frente a la puerta del cliente, dejan la nota encima de la ¨²ltima y se marchan tras un breve intercambio de palabras. En ning¨²n momento se ha roto la distancia de seguridad de un metro. Pero en general, se procura incluso un menor contacto en las entregas de los pedidos. Tanto las empresas de distribuci¨®n como las de reparto han puesto en marcha formatos de entrega sin riesgo, de modo que incluso es habitual que la comida o el producto comprado a distancia viaje por su cuenta en el ascensor.
De hecho, las principales plataformas de entrega a domicilio (Glovo, Deliveroo, UberEats y Stuart) han elaborado, junto a 29 cadenas y pymes de restauraci¨®n, una 'Gu¨ªa para un reparto seguro para todos' con recomendaciones generales tanto para la entrega en el domicilio como para la preparaci¨®n de la mercanc¨ªa en el restaurante para salvaguardar la salud tanto de repartidores como de clientes.
Por su parte, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo elabor¨® tambi¨¦n una 'Gu¨ªa de recomendaciones para el desarrollo de la actividad comercial a distancia y abastecimiento de zonas rurales sin locales comerciales', en la que anima a incrementar los formatos de entrega 'click & car' o 'click & collect', que se?ala pautas de higiene y organizaci¨®n para los comerciantes que distribuyen productos b¨¢sicos en veh¨ªculos en los pueblos que no cuentan con comercios.
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