¡°La canciller Merkel tiene la llave de salida para este l¨ªo, y es el momento de usarla¡±
El historiador econ¨®mico Tooze se declara asustado por las cifras de paro en EE UU y Espa?a
¡°La crisis de 2008 fue el mayor gato por liebre de la historia, especialmente en Europa: millones de personas sufrieron sin motivo. Esperemos que eso no se repita¡±. El historiador econ¨®mico de Columbia Adam Tooze (Londres, 53 a?os) levanta el tel¨¦fono desde Nueva York y se declara asustado por las cifras de paro en EE UU y en Espa?a. ¡°La velocidad y profundidad de esta crisis no resiste las comparaciones con 1914, 1929 o 1941. Tiene la capacidad de devastaci¨®n de una guerra combinada con la potencia destructiva de una crisis de primera magnitud, como la Gran Depresi¨®n. Pero no es nada de eso: no hay nada parecido en los dos ¨²ltimos dos siglos y medio. Supone adentrarse en terra inc¨®gnita: el PIB de EE UU puede caer un 25% este trimestre, lo que cay¨® durante cuatro a?os en la Gran Depresi¨®n¡±. ¡°Lo primero que hace un historiador es buscar analog¨ªas, pero m¨¢s que acudir a los libros de historia quiz¨¢s haya que acudir a las met¨¢foras m¨¦dicas: esto es un ataque al coraz¨®n, un coma inducido; es algo completamente nuevo bajo el sol¡±.
Autor del que quiz¨¢ es el mejor libro sobre la Gran Recesi¨®n ¡ªCrash¡ª, Tooze cita a Kennedy (¡°las grandes crisis producen grandes hombres¡±) pero no adivina qui¨¦n puede ser el l¨ªder que tire del mundo hacia la salida de la crisis. Ni en EE UU ni en Europa. ¡°Mario Draghi se invent¨® el whatever it takes y sac¨® al euro de una crisis existencial con una simple promesa. Eso ahora es imposible¡±. La sucesora de Draghi en el BCE, Christine Lagarde, cometi¨® un grave error en marzo ¡ª¡°mal aconsejada por los alemanes¡±¡ª, pero ha corregido el tiro. Tooze, sin embargo, cree que la maldici¨®n Europea ¡ª¡°demasiado poco, demasiado tarde¡±¡ª sigue en pie. ¡°Es comprensible que la opini¨®n p¨²blica de Espa?a est¨¦ enfadad¨ªsima con esa mezcla de arrogancia y lecciones de moral que da el ministro holand¨¦s. De esta crisis solo podemos salir con gastos sanitarios masivos, con est¨ªmulos de primera magnitud y con los bancos centrales haciendo lo impensable. En Europa, por los rasgos caracter¨ªsticos del euro, cuando lleguen los verdaderos problemas el ¨²nico bot¨®n nuclear ser¨¢ el activismo del BCE combinado con los eurobonos. Por eso el malestar de los espa?oles deber¨ªa mirar hacia otro lado: la canciller Merkel tiene la verdadera llave para todo este l¨ªo; es el momento de usarla. No deber¨ªa repetir su pat¨¦tica puesta en escena de hace una d¨¦cada, esa insistencia en la austeridad que solo complic¨® las cosas¡±. ¡°Los socialistas y los Verdes alemanes la est¨¢n presionando. Der Spiegel ha hecho un editorial furioso contra la falta de ambici¨®n alemana. Esto no es como hace 10 a?os: la narrativa conservadora no se sostiene. Pero nunca hay que infraestimar esa narrativa; los holandeses no la han abandonado y tarde o temprano las moralinas de la derecha van a volver¡±.
La gesti¨®n europea de la Gran Recesi¨®n fue insoportablemente mediocre por la guerra de baja intensidad entre los deudores y los acreedores. ¡°Pero esa batalla pseudomoral no tiene sentido esta vez: aqu¨ª no hay z¨¢nganos ni virtuosos, esto no es una f¨¢bula de La Fontaine; es una pandemia que exige una respuesta conjunta si el euro quiere salir de esta con todas las plumas¡±. ¡°Si se rompe el euro el Sur lo va a pasar mal, pero el Norte tambi¨¦n: los repliegues nacionalistas no son buena idea¡±.
Tooze evita el pesimismo recalcitrante de otras voces. Y cree que la dimensi¨®n de la crisis depender¨¢ del tiempo que los Gobiernos mantengan las econom¨ªas en hibernaci¨®n. ¡°Europa ha hecho grandes esfuerzos con est¨ªmulos potentes; EE UU ha hecho a¨²n m¨¢s pero porque no tenemos salud p¨²blica, ni prestaciones de paro ni nada parecido a los estabilizadores autom¨¢ticos europeos contra la crisis¡±. ¡°Ese esfuerzo fiscal se puede mantener tres, cuatro meses. Pero m¨¢s all¨¢ de ese horizonte, si el confinamiento se eterniza, es dif¨ªcil pensar qu¨¦ puede suceder. Si los l¨ªderes se asustan y la respuesta es austeridad, como sucedi¨® en la UE hace 10 a?os, la cicatriz ser¨¢ profunda y el euro puede saltar por los aires. Puede que las democracias den respuestas lentas, pero sol¨ªan ser muy resistentes. Vamos a ver cu¨¢nto resisten¡±, cierra.
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