Combatamos la pandemia de coronavirus sin postergar la recuperaci¨®n de Am¨¦rica Latina
Los programas de protecci¨®n social van a ser m¨¢s necesarios que nunca y la red de cobertura deber¨¢ alcanzar a todos los sectores afectados, en especial a los m¨¢s pobres y vulnerables
La pandemia de la covid-19 es un territorio desconocido, y estamos intentando de la mejor manera posible, como escribi¨® el poeta espa?ol Antonio Machado, ¡°hacer camino al andar¡±. Es una situaci¨®n incierta, sin precedentes y abrumadora. Pero ya prevemos que los impactos de la covid-19 en Am¨¦rica Latina y el Caribe van a ser profundos; que el coronavirus va a afectar la salud de millones de personas en la regi¨®n y que tendr¨¢ serias implicaciones sociales, econ¨®micas y en pol¨ªticas p¨²blicas. Y sabemos tambi¨¦n que por esa raz¨®n debemos trazar, desde ahora mismo y de manera concertada, una hoja de ruta para la recuperaci¨®n de nuestras sociedades.
El informe ¡°La econom¨ªa en los tiempos del Covid-19¡±, elaborado por la oficina del economista jefe del del Banco Mundial para Am¨¦rica Latina y el Caribe, Martin Rama, y hecho p¨²blico hace unos d¨ªas, prev¨¦ un 2020 calamitoso para la regi¨®n, con una contracci¨®n econ¨®mica del 4,6%. El FMI es a¨²n m¨¢s pesimista, y sus proyecciones apuntan a una ca¨ªda del 5,2%. No son pron¨®sticos escritos en piedra. Pero, cualquiera que sea el resultado final, el impacto en las econom¨ªas ser¨¢ importante.
Ese es el escenario en el que deberemos movernos en el corto plazo. La recesi¨®n provocada por la par¨¢lisis de la actividad y las medidas necesarias de aislamiento social est¨¢n generando p¨¦rdidas masivas de puestos de trabajo. En el Caribe, donde muchos pa¨ªses dependen fuertemente del sector tur¨ªstico, estimamos que, en algunos casos, la mitad de la fuerza laboral se quedar¨ªa sin trabajo.
En otros pa¨ªses, el problema est¨¢ m¨¢s relacionado con el precio de las materias primas, que como es bien sabido son de gran importancia para la econom¨ªa regional. Hay que retrotraerse a enero de 1976 para encontrar precios nominales similares a los que vemos hoy d¨ªa. Los precios de otras materias primas (soja, cobre, entre otros) tambi¨¦n est¨¢n bajo presi¨®n, y esto implica que los pa¨ªses se van a tener que enfrentar a fuertes restricciones financieras por la falta de liquidez. Es un c¨ªrculo que se retroalimenta y al que se suma otro elemento, vital para millones de familias en la regi¨®n: la previsible ca¨ªda de las remesas que sus parientes les env¨ªan desde Estados Unidos y otros pa¨ªses desarrollados.
No es dif¨ªcil imaginar lo que esta sumatoria de elementos puede significar en t¨¦rminos de pobreza e inequidad. Los m¨¢s pobres y vulnerables en nuestros pa¨ªses son sin duda los que m¨¢s van a sufrir, y es crucial hacer todo lo posible por mitigar ese impacto.
En el Banco Mundial reconocemos la gravedad de la situaci¨®n, y somos conscientes del compromiso y la capacidad para apoyar la respuesta sanitaria, la respuesta social, y la respuesta econ¨®mica. As¨ª, estamos estructurando nuestro trabajo en fases, enfoc¨¢ndonos en una primera etapa en dar asistencia a las urgencias de la regi¨®n. Los sistemas de salud en Am¨¦rica Latina no estaban preparados para asimilar el golpe de la pandemia. Por ello nos movimos r¨¢pidamente.
En muy poco tiempo se aprobaron programas nuevos, se redireccionaron recursos de proyectos que ya estaban en marcha, y se liberaron fondos de contingencia para cat¨¢strofes. Se est¨¢n volcando unos 700 millones de d¨®lares en 14 pa¨ªses para adquirir respiradores, m¨¢scaras, guantes y otros insumos sanitarios cr¨ªticos. Y la cifra ir¨¢ creciendo a medida que prosperen los di¨¢logos abiertos con los distintos gobiernos de la regi¨®n sobre sus necesidades.
Ese es solo el principio. En los pr¨®ximos 15 meses, la asistencia del Banco Mundial a los pa¨ªses en desarrollo ascender¨¢ a 160.000 millones de d¨®lares. Gran parte de esos fondos beneficiar¨¢n a Latinoam¨¦rica, para que los gobiernos puedan lidiar mejor con la emergencia de salud. Pero mientras enfocamos nuestros esfuerzos inmediatos en la contenci¨®n de la pandemia debemos tambi¨¦n mirar m¨¢s all¨¢. Debemos desarrollar las estrategias necesarias para la recuperaci¨®n econ¨®mica y social, ya que el punto de partida de los pa¨ªses comenzar¨¢ en la parte baja de la curva de crecimiento. Es un desaf¨ªo monumental en una regi¨®n que en realidad hab¨ªa perdido impulso econ¨®mico mucho antes de la irrupci¨®n del coronavirus.
En esta nueva etapa, los programas de protecci¨®n social van a ser m¨¢s necesarios que nunca y la red de cobertura deber¨¢ alcanzar a todos los sectores afectados, en especial a los m¨¢s pobres y vulnerables y a los trabajadores informales, fuertemente castigados. Hasta donde sea posible se deber¨¢n hacer esfuerzos para preservar los puestos de trabajo. Y los principales sectores productivos necesitar¨¢n asistencia estatal en forma de subsidios y diferimientos impositivos. Y toda esa carga recaer¨¢ sobre Estados que enfrentan ya situaciones fiscales delicadas y falta de liquidez por la ausencia de cr¨¦dito y la salida de capitales. Las necesidades van a superar las posibilidades.
Es crucial, por lo tanto, que los gobiernos adopten ahora mismo las pol¨ªticas apropiadas. Por ejemplo, que estimulen el comercio internacional y no cierren sus fronteras a bienes y servicios, por m¨¢s que las personas no puedan por ahora circular libremente. Que adem¨¢s brinden apoyo y capital de trabajo a las empresas peque?as y medianas, generadoras de millones de empleos; que garanticen la salud del sistema financiero, llamado a cumplir un papel central en la recuperaci¨®n econ¨®mica, y que hagan del clima de inversiones su mejor activo para que la inversi¨®n privada vuelva en cuanto la emergencia sanitaria lo permita. Todos estos desaf¨ªos requerir¨¢n cuotas importantes de creatividad y de solidaridad con los que menos tienen.
Decisiones como la que d¨ªas atr¨¢s adopt¨® el G20, de otorgar una moratoria a los pa¨ªses m¨¢s pobres por el pago de sus deudas, van tambi¨¦n en el sentido correcto. Desde el Banco Mundial abogamos desde un primer momento por una medida de este tipo, junto con el Fondo Monetario Internacional, y nos alegra el resultado. Los pa¨ªses beneficiados van a poder destinar esos recursos a atender las necesidades m¨¢s inmediatas.
Contener la pandemia y mitigar sus da?os sociales y econ¨®micos ser¨¢n el punto de partida para la recuperaci¨®n, primero, y luego para el crecimiento y la prosperidad compartida. Debemos volver a poner en marcha la rueda productiva de nuestros pa¨ªses y la creaci¨®n de empleo, que es la llave para el progreso. Debemos hacerlo cuanto antes, con empe?o, compromiso y creatividad, apenas la situaci¨®n sanitaria lo permita. Y as¨ª, recordando de nuevo a Antonio Machado, poder leer ¡°al andar se hace camino, y al volver la vista atr¨¢s, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar¡±.
Que esta pandemia sea esa senda que nunca se ha de volver a pisar.
Humberto L¨®pez es el vicepresidente en funciones del Banco Mundial para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
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