Nadia Calvi?o, o el ancla de la estabilidad
El Eurogrupo avala la experiencia de la ministra espa?ola en las cumbres europeas y su rigor presupuestario
La candidatura de Nadia Calvi?o a la presidencia del Eurogrupo es recibida en Bruselas como un doble ancla de estabilidad. La vicepresidenta del Gobierno espa?ol se perfila como la persona m¨¢s adecuada para poner orden en unas reuniones de ministros de Econom¨ªa de la zona euro propensas a los debates interminables y a patear hacia adelante los expedientes m¨¢s espinosos. A su vez, buena parte del Eurogrupo ve a Calvi?o como un elemento fundamental para mantener al Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez anclado a unos principios econ¨®micos y presupuestarios que podr¨ªan ser cuestionados por el ala m¨¢s izquierdista de la coalici¨®n gobernante en Espa?a
El curr¨ªculum y la trayectoria de Calvi?o auguran una mano firme en la direcci¨®n del Eurogrupo, actitud que puede evitar los circunloquios est¨¦riles pero que tambi¨¦n puede provocar el choque con ministros tan belicosos como el holand¨¦s Wopke Hoekstra. Quienes la conocen, sin embargo, recomiendan no minusvalorar la resistencia de la ministra para encajar golpes ni su contundencia para devolverlos.
Licenciada en Econ¨®micas y en Derecho, su carrera apunt¨® enseguida hacia la funci¨®n p¨²blica. Tras una breve etapa como profesora en la Universidad Complutense, ingres¨® en 1994 en el Cuerpo Superior de T¨¦cnico Comercial y Economista del Estado. Pronto encamin¨® sus pasos hacia la pol¨ªtica de competencia dentro del ministerio de Econom¨ªa. En solo una d¨¦cada recorri¨® todo el escalaf¨®n y en 2004 fue nombrada directora general de Competencia, puesto que, de manera inesperada, la pondr¨ªa bajo los focos de Bruselas.
El brutal choque entre el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero y la Comisi¨®n Europea, a cuenta de la guerra de opas en el sector energ¨¦tico espa?ol, llev¨® a Calvi?o a fajarse con el equipo de la entonces comisaria europea de Competencia, la holandesa Neelie Kroes. De la dura refriega no surgi¨® la animadversi¨®n. Todo lo contrario.
Una garant¨ªa para la estabilidad presupuestaria
Kroes fich¨® a Calvi?o en 2006 como alto cargo de la direcci¨®n general de Competencia, un paracaidismo tan poco habitual como inc¨®modo para los funcionarios de carrera del organismo comunitario. Calvi?o no se arredr¨® ante la fr¨ªa acogida de algunos de sus colegas comunitarios. Y sigui¨® imperturbable su carrera hacia arriba. En 2014 llegaba a la c¨²spide como directora general de Presupuestos, m¨¢xima encargada de preparar las cuentas del club para el per¨ªodo 2021-2027.
Discreta y reservada, durante su larga etapa en Bruselas apenas trascendi¨® casi nada de su vida personal o social, m¨¢s all¨¢ de su situaci¨®n familiar (casada, con cuatro hijos), su pasi¨®n por el chocolate o su afici¨®n al cine estadounidense de los a?os cincuenta. Sus viajes la llevan a menudo de vuelta a su Galicia natal o camino de la dehesa extreme?a, aunque personas cercanas aseguran que uno de los paisajes que m¨¢s le cautiva es el yacimiento aur¨ªfero romano de Las M¨¦dulas, en la provincia de Le¨®n.
La carrera de Calvi?o parec¨ªa destinada a rematarse lejos de su pa¨ªs, en la Comisi¨®n Europea o en alg¨²n otro organismo internacional. Pero a punto de cumplir el medio siglo, dio el salto a la pol¨ªtica en junio de 2018, incorpor¨¢ndose al primer Gobierno de S¨¢nchez. La veterana funcionaria comprobar¨ªa enseguida que la arena de Madrid era mucho m¨¢s dura que la de Bruselas.
Desde entonces, la tecn¨®crata acostumbrada a la lucha entre bambalinas se ha curtido. Su Rubic¨®n lleg¨® con el reciente y pol¨¦mico acuerdo del PSOE, Unidas Podemos y Bildu para desmantelar por completo la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en plena debacle econ¨®mica. La fiereza y rapidez de la reacci¨®n de Calvi?o sorprendi¨® a propios y extra?os. Y adem¨¢s de cargarse el presunto acuerdo, la vicepresidenta ancl¨® su posici¨®n en un Ejecutivo en el que hasta entonces parec¨ªa el eslab¨®n d¨¦bil de una coalici¨®n virada hacia la izquierda.
Habitual en los c¨®nclaves europeos
Pero una vez m¨¢s Calvi?o se ha impuesto y ahora sale reforzada con la candidatura a la presidencia del Eurogrupo. El nuevo salto la obligar¨¢ a enfrentarse a una de sus asignaturas pendientes: la relaci¨®n con unos medios de comunicaci¨®n que a partir de ahora no la perseguir¨¢n solo en Madrid sino tambi¨¦n en Bruselas. La valoraci¨®n de su actuaci¨®n a nivel internacional puede apuntalar a¨²n m¨¢s su presencia en el Ejecutivo o resultarle tan funesta como al presidente saliente, M¨¢rio Centeno. El portugu¨¦s ha tenido que encajar duras cr¨ªticas de una prensa europea que le acusaba de pasividad en la gesti¨®n del Eurogrupo. Las dificultades para su reelecci¨®n eran evidentes. Y finalmente, a pesar de su popularidad en Portugal, opt¨® por dejar tanto el Eurogrupo como el Gobierno de Ant¨®nio Costa.
A Calvi?o, en principio, se la espera como agua de mayo en el Eurogrupo. La gallega lleva a?os asistiendo a los encuentros mensuales de los ministros, primero como alt¨ªsimo cargo de la Comisi¨®n Europea y desde hace dos a?os como titular de Econom¨ªa. Y seg¨²n fuentes del Eurogrupo siempre se ha distinguido por su beligerancia en los asuntos de incumbencia para Espa?a pero tambi¨¦n por su facilidad para abordar los elementos m¨¢s t¨¦cnicos de las propuestas y dar con f¨®rmulas ingeniosas que satisfagan a los bandos contendientes. Bandos que suelen alinear a los socios del norte frente a los del sur, herencia de la mal digerida crisis financiera que dej¨® a la zona euro dividida en acreedores y deudores.
Centeno ha intentado superar esa divisi¨®n despu¨¦s de que su predecesor, el holand¨¦s Jeroen Dijsselbloem, se atrincherase descaradamente con la orilla septentrional. Los socios reacios a Calvi?o, con Pa¨ªses Bajos al frente, temen que la espa?ola repita el error de Dijsselbloem, pero en el lado opuesto. Y probablemente ah¨ª estribar¨ªa el primer reto de la aspirante a ser la futura presidenta del Eurogrupo: demostrar que m¨¢s all¨¢ de su pasaporte y los intereses de su pa¨ªs puede tejer consensos que suturen definitivamente las heridas de las sucesivas crisis y allanen el camino hacia las nuevas fronteras de la zona euro, que pasan por la culminaci¨®n de la uni¨®n bancaria y los primeros esbozos de una uni¨®n fiscal.
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