Las nueve bazas de la cumbre del coronavirus: del reparto del ¡®tesoro¡¯ a la llave de la caja

Cuantos m¨¢s naipes, m¨¢s bazas a repartir. La suma del presupuesto comunitario, m¨¢s de un bill¨®n de euros para los pr¨®ximos siete a?os, con un fondo de recuperaci¨®n de hasta 750.000 millones, ha dotado al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de un inmenso mazo con el que intentar calmar las demandas de los 27 socios comunitarios. La partida ha arrancado este viernes con un Consejo Europeo extraordinario que negociar¨¢ ...

Cuantos m¨¢s naipes, m¨¢s bazas a repartir. La suma del presupuesto comunitario, m¨¢s de un bill¨®n de euros para los pr¨®ximos siete a?os, con un fondo de recuperaci¨®n de hasta 750.000 millones, ha dotado al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de un inmenso mazo con el que intentar calmar las demandas de los 27 socios comunitarios. La partida ha arrancado este viernes con un Consejo Europeo extraordinario que negociar¨¢ el mayor acuerdo presupuestario en la historia de la Uni¨®n Europea. Objetivo: recuperar cuanto antes la econom¨ªa europea, golpeada por la pandemia de la covid-19.

Michel y la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, se juegan en el envite buena parte de la valoraci¨®n de sus respectivos mandatos, estrenados hace poco m¨¢s de seis meses. Todas las apuestas previas van en su contra y auguran o un fracaso o, como m¨ªnimo, la necesidad de una nueva cumbre extraordinaria este mismo mes o a finales de agosto.

Pero Michel y Von der Leyen tienen a su favor la urgencia de poner en marcha cuanto antes los planes de recuperaci¨®n, para evitar que Europa pierda pie ante la competencia internacional o se exponga, incluso, a una costosa ruptura del mercado interior. Y a diferencia de la cumbre de febrero (la ¨²ltima en la que los socios europeos se vieron todos cara a cara), cuando solo estaba sobre la mesa el presupuesto plurianual de la UE, Michel cuenta ahora con muchas m¨¢s cartas con las que seducir a los l¨ªderes que se resisten a crear el fondo o con las que amenazar a los que se niegan a aprovechar los fondos de recuperaci¨®n para modernizar y descarbonizar la econom¨ªa de la Europa pospandemia. El acuerdo o la ruptura depender¨¢ de c¨®mo juegue cada pa¨ªs en las pr¨®ximas horas o d¨ªas estas nueve bazas a repartir:

1. El dinero. La Comisi¨®n de Von der Leyen puso a finales de mayo una triple propuesta presupuestaria: una ampliaci¨®n de 11.000 millones en el presupuesto de 2020; un marco de 1,1 billones de euros para 2021-2027; y un fondo de recuperaci¨®n, bautizado Next Generation EU (NGEU) de 750.000 millones. El fondo, a su vez, se distribuye en 432.200 millones de euros en subsidios; 66.800 millones en avales para movilizar nuevos recursos; y 250.000 millones. En total, m¨¢s de 1,8 billones de euros, una dotaci¨®n presupuestaria jam¨¢s negociada en la historia de la UE. Las cifras menguar¨¢n inevitablemente en aras de un posible acuerdo. Michel ya ha rebajado ligeramente el proyecto de los presupuestos en 20.000 millones, hasta 1,07 billones de euros. Pero un grupo de socios, autodenominado frugales y compuesto por los Pa¨ªses Bajos, Suecia, Austria y Dinamarca, reclaman un recorte mayor. Y extienden la rebaja al fondo de recuperaci¨®n. Fuentes diplom¨¢ticas insisten en que en ambos casos es posible aplicar la tijera. Y apuntan a otro recorte de 20.000 millones de euros en el marco presupuestario y de unos 50.000 millones en el fondo. Baza para los frugales.

2. Los cheques. Cinco socios (Alemania, los Pa¨ªses Bajos, Suecia, Austria y Dinamarca) gozan desde hace a?os de un descuento en su contribuci¨®n, un privilegio ligado al famoso cheque brit¨¢nico, que rebajaba la aportaci¨®n de Londres. Bruselas propuso eliminar todos los cheques despu¨¦s del Brexit, con una desaparici¨®n gradual hasta 2025. Pero los beneficiarios se han resistido y la urgencia por llegar a un acuerdo obliga al resto a aceptar el mantenimiento de los cheques. Michel ha propuesto conceder cinco cheques anuales financiados por todos los socios: 3.671 millones de euros a Alemania; 1.576 millones a los Pa¨ªses Bajos; 798 millones a Suecia; 237 millones a Austria; y 197 millones a Dinamarca. Al resto no le quedar¨¢ m¨¢s remedio que aceptar o exponerse al veto de alguno de ellos. Baza para los frugales.

3. La letra peque?a. Los frugales aceptan, aunque sea a rega?adientes, que una gran parte del fondo se distribuya en subsidios y no exclusivamente en pr¨¦stamos como ellos pretend¨ªan. A cambio, el primer ministro holand¨¦s, Mark Rutte, y sus aliados reclamar¨¢n el compromiso de los principales beneficiarios ¡ªl¨¦ase Espa?a e Italia¡ª con reformas de calado para modernizar y fortalecer sus econom¨ªas. Objetivo de La Haya y compa?¨ªa: que nunca m¨¢s haya que ayudar a ning¨²n socio comunitario. Y para lograrlo, desean que las ayudas vayan acompa?adas de un detallado y exigente plan de transformaci¨®n econ¨®mica. Tanto Espa?a como Italia aceptan que los fondos deben ir ligados a cierta condicionalidad, pero solo la que est¨¦ vinculada a los grandes objetivos de la UE en materias como transformaci¨®n medioambiental y digital o en inclusividad social. Baza a pelear y, probablemente, a repartir.

4. La llave de la caja. La Comisi¨®n Europea, en su proyecto del fondo de recuperaci¨®n, se hab¨ªa reservado la ¨²ltima palabra sobre la distribuci¨®n de los jugosos recursos. Pero ni los frugales ni el Gobierno alem¨¢n de Angela Merkel aceptan otorgar ese poder a Bruselas. El holand¨¦s Rutte llega a la cumbre con la posici¨®n maximalista de pedir que cada desembolso de las ayudas del fondo de recuperaci¨®n se supedite a la aprobaci¨®n por unanimidad de los 27 Gobiernos de la UE. Una propuesta que solo defiende La Haya. Entre el visto bueno de Bruselas y el derecho de veto de todas las capitales, Alemania propone una v¨ªa intermedia: la aprobaci¨®n por mayor¨ªa cualificada de los planes nacionales de recuperaci¨®n y el visto bueno de la Comisi¨®n para los desembolsos. Fuentes diplom¨¢ticas se?alan que este es uno de los puntos m¨¢s pol¨¦micos y puede marcar el ¨¦xito o el fracaso de la cumbre. Baza probable para Merkel.

5. El reparto del ¡°tesoro¡±. Mal que les pese, los frugales llegan a la cumbre de Bruselas dispuestos a debatir c¨®mo se reparte el futuro fondo de recuperaci¨®n. Una prueba de que dan por perdida la posibilidad de abortar su creaci¨®n. La Comisi¨®n Europea hab¨ªa propuesto adjudicar las ayudas con base en datos ya conocidos, como la tasa media de paro entre 2015 y 2019. Ante las cr¨ªticas a esa mirada retrospectiva, Michel ha planteado que el 70% de las ayudas se distribuyan con arreglo al criterio de la Comisi¨®n, que coloca a Italia, Espa?a, Francia y Polonia, como los principales beneficiarios, y que el 30% restante se deje para repartir con arreglo al impacto real de la pandemia, verificable en 2022. La nueva clave dejar¨ªa en el aire el reparto futuro, una incertidumbre que no gusta a casi ning¨²n socio. Bruselas sugiere volver al sistema inicial. Baza probable para la Comisi¨®n.

6. Nuevos ingresos. El Presupuesto de la Uni¨®n se financia con los llamados recursos propios de la UE (ligados a los aranceles y al IVA) y con una aportaci¨®n nacional (en funci¨®n de la Renta Nacional Bruta de cada pa¨ªs) que cubre la diferencia. El Parlamento Europeo reclama desde hace a?os la ampliaci¨®n de los recursos para mejorar la autonom¨ªa presupuestaria del club y, de paso, reducir la cuota nacional, que se percibe como una factura en las capitales y genera el agrio debate sobre los saldos netos. Bruselas cree que la necesidad de amortizar la descomunal emisi¨®n de deuda del fondo de recuperaci¨®n hace ahora imperativo crear nuevas fuentes de ingresos comunitarias. La primera ser¨ªa una tasa ligada a la proporci¨®n de pl¨¢stico no reciclado en cada pa¨ªs, que se podr¨ªa introducir en 2021. Y para 2023, una tasa digital y un ¡°arancel¡± para las importaciones procedentes de pa¨ªses con alto nivel de emisiones de CO2. La recaudaci¨®n de esas tasas se destinar¨ªa a reembolsar el fondo a partir de 2026. Baza para el Parlamento Europeo.

7. Cambio clim¨¢tico. Algunos socios, sobre todo de Europa central, vieron la pandemia como la oportunidad para librarse del temido Pacto Verde. Pero ha sido m¨¢s bien al contrario. Bruselas propone que un 25% del Presupuesto comunitario se destine a proyectos relacionados con los objetivos de reducci¨®n de emisiones de 2030 y 2050. Y en el caso del fondo de recuperaci¨®n, el 30%. Polonia, que se resist¨ªa a aceptar esos objetivos, tendr¨¢ probablemente que claudicar dado que es uno de los grandes beneficiarios de las nuevas cuentas (26.800 millones del fondo de recuperaci¨®n y 6.000 millones del fondo de transici¨®n justa, seg¨²n el reparto propuesto por la Comisi¨®n). Baza para el clima.

8. Estado de derecho. Alemania, entre otros pa¨ªses, exige desde hace dos a?os que se establezca un mecanismo que permita cortar los fondos europeos a los pa¨ªses donde la fragilidad del Estado de derecho ponga en peligro su gesti¨®n. La propuesta, rechazada por Hungr¨ªa y Polonia, amenaza ahora el acuerdo por unanimidad. Michel la ha suavizado, restringiendo su ¨¢mbito de aplicaci¨®n y complicando su aprobaci¨®n. Varsovia parece darse por satisfecha. Pero el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, amaga todav¨ªa con bloquear el acuerdo. La requerida unanimidad podr¨ªa obligar a descafeinar a¨²n m¨¢s el proyecto o, incluso, a aplazarlo para m¨¢s adelante. Baza probable para Orb¨¢n.

9. Brexit. La negociaci¨®n presupuestaria y, sobre todo, la crisis de la pandemia hab¨ªa borrado al Brexit del mapa de las cumbres europeas, tras haberlo dominado durante tres a?os. Pero la falta de avances en la negociaci¨®n con Londres sobre un nuevo acuerdo comercial, que entrar¨ªa en vigor al final del per¨ªodo transitorio de salida que expira el pr¨®ximo 1 de enero, ha reabierto la posibilidad de una brusca ruptura. Michel ha planteado una partida de 5.000 millones de euros para paliar los posibles da?os de ese descarrilamiento. Un gui?o a Irlanda y a los Pa¨ªses Bajos que intenta tambi¨¦n apaciguar a los socios m¨¢s peque?os del club. Esos socios han demostrado que unidos pueden plantar cara a los m¨¢s grandes, como ha demostrado el reciente fracaso de la candidatura de Nadia Calvi?o a presidir el Eurogrupo. El candidato irland¨¦s se impuso con una alianza de pa¨ªses que apenas representaban el 20% del PIB del club. En la negociaci¨®n presupuestaria del Consejo Europeo el riesgo de rebeli¨®n es a¨²n mayor porque cada pa¨ªs tiene un voto y todos pesan igual. La unanimidad es imprescindible. Baza para los socios peque?os.