Lagarde reclama a los l¨ªderes europeos un acuerdo r¨¢pido y ambicioso contra la crisis

Christine Lagarde se tom¨® el jueves un respiro como presidenta del BCE. El Consejo de Gobierno no adopt¨® ninguna decisi¨®n. En cambio, la exjefa del FMI s¨ª us¨® su comparecencia para meter presi¨®n a los 27 l¨ªderes convocados este fin de semana para aprobar ¡ªo no¡ª un fondo milmillonario contra la crisis del coronavirus. ¡°Es importante que los l¨ªderes europeos pacten con rapidez un ambicioso paquete de medidas¡±, dijo Lagarde, en una frase que son¨® a advertencia sobre todo a un socio: Holanda, cuyo veto amenaza con hacer fracasar la cumbre.

Lagarde mencion¨® que hay muchos l¨ªderes ¡°perfectamente conscientes de la importancia de no perder tiempo y de enviar una se?al a los europeos, a los mercados y al mundo de que hay un grado de consenso para invertir juntos, recuperarnos juntos y de apoyarnos¡±. La prueba de ello ser¨ªa lograr un acuerdo pronto. Pero frente a estos l¨ªderes se coloca el primer ministro neerland¨¦s, que sigue insistiendo en la necesidad de que cualquier ayuda del fondo se apruebe por unanimidad de los 27 socios. Una condici¨®n que pr¨¢cticamente condena al fracaso a la cumbre.

A la espera de lo que ocurra en Bruselas, este ha sido un d¨ªa de calma en en Fr¨¢ncfort. En sus nueve meses al frente del Banco Central Europeo, Lagarde ha tenido que acostumbrarse a caminar al borde del abismo. La francesa ha impulsado medidas muy arriesgadas contra la pandemia multiforme del coronavirus. Lo hizo en la noche del 18 de marzo, cuando se sac¨® de la manga un programa de compra de deuda de 750.000 millones de euros. Y lo volvi¨® a hacer el mes pasado, cuando ampli¨® ese plan en 600.000 millones m¨¢s. Pero ahora toca quedarse quieto.

El Consejo de Gobierno decidi¨® dejar intactos sus instrumentos de pol¨ªtica monetaria. Lagarde prefiere por ahora sentarse y observar, a la espera de lo que ocurra este fin de semana en Bruselas, donde los jefes de Estado y de Gobierno lo tienen muy dif¨ªcil para acordar un fondo que impulse la recuperaci¨®n de la econom¨ªa.

El BCE quiere esperar tambi¨¦n a ver la evoluci¨®n de la pandemia, si los rebrotes de la covid-19 que surgen en multitud de lugares van a hundir a¨²n m¨¢s unas previsiones econ¨®micas ya de por s¨ª catastr¨®ficas. Porque en la ¨²ltima revisi¨®n de sus proyecciones el organismo con sede en Fr¨¢ncfort adelant¨® que este a?o la econom¨ªa de la zona euro caer¨ªa un 8,7%. Y eso si la situaci¨®n no se deterioraba a¨²n m¨¢s.

¡°Recuperaci¨®n significativa pero parcial¡±

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha explicado estos d¨ªas que ve s¨ªntomas de mejor¨ªa. Lagarde abund¨® en esa percepci¨®n. ¡°Los indicadores muestran en mayo y junio una recuperaci¨®n significativa, aunque parcial, junto con las medidas de contenci¨®n del virus¡±, asegur¨®. Pese a esas buenas noticias ¡ªo al menos no tan malas como las de los ¨²ltimos meses¡ª, la jefa del BCE alert¨® de la ¡°incertidumbre excepcional¡± que a¨²n lastra el gasto y la inversi¨®n.

¡°El Consejo de Gobierno continuar¨¢ con sus compras bajo el programa de emergencia pand¨¦mica por un total de 1,35 billones. Estas compras contribuyen a mejorar la transmisi¨®n de la pol¨ªtica monetaria y a compensar las tensiones bajistas sobre la inflaci¨®n provocadas por la pandemia¡±, asegura el comunicado de la reuni¨®n. Lagarde y su equipo tambi¨¦n dejaron inalterados los tipos de inter¨¦s, desde el 0% del oficial hasta el -0,5% de la facilidad de dep¨®sito, es decir, lo que se cobra a las entidades financieras por dejar su dinero aparcado en el BCE.

En esa relativa calma, algunos consejeros del BCE, como la alemana Isabel Schnabel, han sugerido en las ¨²ltimas semanas que, si no es necesario, no se consumir¨¢n los 1,35 billones de euros del fondo dise?ado para luchar contra los efectos econ¨®micos de la pandemia. Lagarde puso en cuarentena esta idea.

¡°A no ser que haya sorpresas, nuestro escenario central es usar la cantidad en su totalidad. [Reducir las compras] no est¨¢ ahora en nuestras cartas¡±, respondi¨®. Esta respuesta suena a que la jefa del organismo con m¨¢s poder real de la UE no quiere dar a los mercados motivos de alarma que puedan inflar las primas de riesgo de los pa¨ªses m¨¢s castigados por la crisis. Ya lo hizo en su celebre resbal¨®n, cuando dijo que la tarea del BCE no era reducir las primas de riesgo. Pero todo apunta a que ha aprendido de ese error, y no tiene ninguna intenci¨®n de repetirlo.

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