Las asimetr¨ªas de la eurozona
Los Estados situados en el centro de Europa se benefician mucho m¨¢s del mercado ¨²nico que los del sur
Corre una ficci¨®n en la Uni¨®n Europea: la ficci¨®n de la simetr¨ªa. Seg¨²n esta ficci¨®n, el acceso al mercado ¨²nico es sim¨¦trico y el desempe?o econ¨®mico de las naciones corresponde ¨²nicamente a sus decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica. As¨ª, las diferencias de productividad y de desarrollo econ¨®mico se explican desde una perspectiva moral: los pa¨ªses ¡°cigarra¡± procrastinan, y los pa¨ªses ¡°hormiga¡± son diligentes. Llegado el invierno, la hormiga no siente la obligaci¨®n de socorrer a la cigarra. Esta es la simplificaci¨®n que corre como la p¨®lvora entre la opini¨®n p¨²blica ¡ªy publicada¡ª que aplaude portadas de revistas en las que los europeos del norte son retratados como trabajadores esforzados que tienen que sostener a los vividores europeos del sur. En este contexto, acordar las condiciones de un marco conjunto de recuperaci¨®n de la crisis se antoja un ejercicio complicado.
La realidad es muy diferente: la eurozona iguala la pol¨ªtica monetaria para una serie de pa¨ªses con un sustrato econ¨®mico muy diferente, sin que haya verdaderos mecanismos que corrijan las asimetr¨ªas existentes.
De acuerdo con los an¨¢lisis desarrollados por el economista espa?ol Jorge D¨ªaz Lanchas en el Centro de Investigaciones Conjuntas de la Comisi¨®n Europea, situar una mercanc¨ªa en el mercado interior supone para las industrias del sur de Europa un notable incremento frente al coste que supone en las regiones centrales. En otras palabras, la geograf¨ªa importa: situar una empresa en Andaluc¨ªa implica un sobrecoste frente a hacerlo en los Pa¨ªses Bajos. El resultado de este sobrecoste es que los pa¨ªses situados en el centro del espacio europeo se benefician mucho m¨¢s del mercado ¨²nico: aunque todos los pa¨ªses obtienen resultados positivos de su participaci¨®n en la Uni¨®n Europea, de acuerdo con la fundaci¨®n Bertelsmann, los holandeses se benefician hasta un 257% m¨¢s que los espa?oles. Cifras estas que afectan a la productividad por hora trabajada, la competitividad empresarial y la cuota de mercado. Los pa¨ªses fuertes invierten sus super¨¢vits en los pa¨ªses deficitarios, cerrando el c¨ªrculo deudor-acreedor y generando as¨ª una relaci¨®n de deuda que fue el factor clave de la anterior crisis de la eurozona.
Las asimetr¨ªas no acaban ah¨ª: la pol¨ªtica impositiva de los Pa¨ªses Bajos, Luxemburgo o Irlanda, que incentivan la elusi¨®n fiscal de grandes compa?¨ªas, genera un beneficio adicional que se realiza a costa de reducir los ingresos fiscales de los dem¨¢s pa¨ªses, hasta 10.000 millones de euros anuales tomando s¨®lo como referencia el caso de Pa¨ªses Bajos.
La situaci¨®n corre el peligro de agravarse a¨²n m¨¢s: la apertura de la mano por parte de la Comisi¨®n Europea para las ayudas de Estado ha llevado a que los pa¨ªses con capacidad fiscal se vuelquen con sus empresas, distorsionando gravemente el campo de juego del mercado ¨²nico. En mayo de 2020, Alemania acumulaba hasta el 50% de todas las ayudas de Estado prestadas a empresas europeas con motivo de la crisis.
Desequilibrios y reformas
La respuesta ante estos desequilibrios es un¨¢nime: hagan reformas. Pero si atendemos a las reformas, tampoco la situaci¨®n es mucho mejor: seg¨²n los informes de la propia Comisi¨®n Europea, entre 2011 y 2019, Espa?a ha mantenido un ritmo de reformas que, siendo insuficiente, no tiene nada que envidiar al de los cuatro frugales, y que, de hecho, est¨¢ por delante del impulso reformista de alguno de ellos, como los Pa¨ªses Bajos. Las reformas son absolutamente necesarias, pero no suficientes.
En conclusi¨®n, la ventaja de las econom¨ªas del centro no se debe ¨²nicamente a una mejor pol¨ªtica fiscal o un mayor ¨ªmpetu reformista, sino tambi¨¦n al efecto acumulado durante a?os de su mejor posici¨®n para beneficiarse del mercado ¨²nico. De hecho, estudios del FMI certificaron que la convergencia econ¨®mica en la eurozona se paraliz¨® hace a?os. As¨ª, es imprescindible entender que los shocks, como el actual, ser¨¢n siempre asim¨¦tricos y que cualquier mecanismo de transferencias entre los pa¨ªses del norte y del sur, no es una cuesti¨®n moral, sino un elemento esencial para la supervivencia de la moneda ¨²nica.
El mito de la simetr¨ªa no s¨®lo no ayuda a reequilibrar esta situaci¨®n, sino que esconde sus problemas reales. Sin esta comprensi¨®n, encontrar un desarrollo adecuado para los planes de recuperaci¨®n ser¨¢ muy dif¨ªcil, y el futuro de la Uni¨®n Europea volver¨¢ a estar amenazado.
Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn es economista y consultor.
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