Presupuestos de crisis
Las ayudas europeas solo ser¨¢n un parche sin una pol¨ªtica fiscal estrat¨¦gica y reformista
El fondo europeo de recuperaci¨®n est¨¢ acaparando buena parte del debate, con la cuesti¨®n de una hipot¨¦tica condicionalidad como principal punto de enfrentamiento. Sin embargo, para el futuro de la econom¨ªa espa?ola, este ser¨¢ sin duda un asunto menos relevante que la evoluci¨®n de nuestros propios presupuestos, la puesta en marcha de reformas que respondan a los desequilibrios econ¨®micos y sociales que arrastra el pa¨ªs y el mantenimiento de las actuales condiciones de financiaci¨®n facilitadas por el BCE.
Bienvenido sea el plan de inversiones, especialmente si se llegara a aprobar una versi¨®n no muy distante de la iniciativa de la Comisi¨®n (Next Generation EU). Seg¨²n las estimaciones de Bruselas, la eurozona corre el riesgo de enfrentarse a un giro hacia la austeridad a partir del 2021. El cese prematuro de los est¨ªmulos por parte de los Estados generar¨ªa un abultado e indeseable super¨¢vit estructural, un resultado contraproducente en plena crisis que frustrar¨ªa el rebote esperado de la actividad. Esto es porque no se puede esperar un fuerte tir¨®n del sector privado, en situaci¨®n de extrema fragilidad por el contexto de gran incertidumbre creado por la pandemia.
Sin embargo, aunque los 750.000 millones prometidos se materializaran, el impulso fiscal ser¨ªa todav¨ªa insuficiente para contrarrestar la inercia recesiva. En el mejor de los casos, es decir, si los pa¨ªses frugales no lograran imponer su visi¨®n y los fondos se desembolsaran con celeridad, el est¨ªmulo equivaldr¨ªa al 1,2% del PIB europeo, un punto menos de lo que ser¨ªa necesario para que la pol¨ªtica fiscal siguiera aportando actividad, en vez de drenarla como anticipa la Comisi¨®n. Adem¨¢s, la eficacia de las ayudas europeas ser¨¢ proporcional a su complementariedad con la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola ¡ªy por supuesto la capacidad de gesti¨®n de los programas europeos por parte de la administraci¨®n¡ª. Los Presupuestos Generales del Estado doblemente prorrogados est¨¢n muy alejados de las necesidades de la era postcovid (preponderancia del gasto corriente y de transferencias, con respecto a la inversi¨®n, empezando por la sanidad; ausencia de instrumentos efectivos de recolocaci¨®n de parados, por ejemplo). El riesgo inmediato ser¨ªa un fuerte repunte del paro, algo que constre?ir¨ªa a¨²n m¨¢s la demanda, adem¨¢s de agravar los desequilibrios sociales. A m¨¢s largo plazo, se trata de generar una capacidad propia de respuesta a los planes europeos de inversi¨®n en energ¨ªas renovables y tecnolog¨ªa digital. Todo un reto.
Para Espa?a la prioridad deber¨ªa ser, por tanto, una pol¨ªtica fiscal renovada y que apoye la coyuntura, adem¨¢s de estar dise?ada en coherencia con las hipot¨¦ticas ayudas europeas. Seg¨²n el consenso de Funcas, ning¨²n analista aboga por unos presupuestos restrictivos para los pr¨®ximos meses y una mayor¨ªa considera que no se deber¨ªan adoptar medidas de reducci¨®n del d¨¦ficit estructural antes de 2022.
Esto es posible porque se prev¨¦ el mantenimiento de las actuales condiciones de financiaci¨®n del d¨¦ficit, gracias a los programas de compra de deuda del BCE. Entre marzo y finales de junio, es decir un periodo que cubre aproximadamente el estado de alarma, el Tesoro P¨²blico coloc¨® en los mercados nada menos que 140.000 millones en t¨ªtulos de deuda. Esto es un resultado colosal, que equivale al 73% del total de deuda emitida en todo el a?o pasado. Las ¨²ltimas emisiones muestran que las condiciones han mejorado (la rentabilidad del bono espa?ol a 10 a?os se ha reducido significativamente hasta niveles cercanos al 0,4%, mientras que la prima de riesgo se recorta hasta menos de 90 puntos).
Por otra parte, las reformas son ya inaplazables. Los males cr¨®nicos de la econom¨ªa espa?ola, como las carencias inexplicables del sistema educativo, la elevada temporalidad del empleo o una fiscalidad incapaz de generar recursos suficientes, erosionan la eficacia de los est¨ªmulos fiscales, adem¨¢s de lastrar la productividad y agravar las desigualdades. En definitiva, Europa podr¨ªa estar dando una respuesta distinta en esta crisis. Est¨¢ en nuestras manos aprovechar el nuevo contexto y as¨ª reanudar el camino de la convergencia.
Deuda
Seg¨²n las cuentas financieras publicadas por el Banco de Espa?a, la deuda de los hogares espa?oles se redujo en 4.100 millones de euros en el primer trimestre, manteniendo la senda de desendeudamiento iniciada en a?os anteriores. Por su parte, los pasivos de las empresas no financieras descendieron en 800 millones, algo que, si bien representa un leve incremento en porcentaje del PIB, muestra que la tendencia al desapalancamiento, podr¨ªa no haberse quebrado pese a la crisis. Las administraciones p¨²blicas acumularon cerca de 14.000 millones de euros en nuevos pasivos hasta el pasado mes de marzo, una evoluci¨®n que se ha acelerado en los ¨²ltimos meses.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_
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