Precisi¨®n quir¨²rgica para los presupuestos
La desigualdad de la crisis y el elevado desempleo latente aconsejan un impulso calibrado
Las negociaciones en torno a unos nuevos Presupuestos Generales ( PGE ) se est¨¢n desarrollando en un contexto econ¨®mico inusualmente incierto por las caracter¨ªsticas de la pandemia, pero con algunas pautas que aparecen con cada vez m¨¢s nitidez. En primer lugar, Espa?a se enfrenta a una crisis espec¨ªfica, es decir un shock asim¨¦trico que nos afecta con m¨¢s virulencia que al resto de Europa.
Esto solo se debe en parte al peso desproporcionado en nuestra econom¨ªa del turismo y de otras actividades que dependen del contacto humano (cultura, actividades art¨ªsticas y de ocio), o sectores covid. El verdadero drama radica en que estas actividades han sido golpeadas con m¨¢s dureza que en los pa¨ªses vecinos. En el segundo trimestre, la actividad en los sectores covid descendi¨® nada menos que un dantesco 39%, casi el doble de la media europea. Solo con que el resultado se hubiera contenido en esa media, el ranking internacional hubiera mejorado notablemente, aproxim¨¢ndose a pa¨ªses como Francia. Sin duda, la distribuci¨®n geogr¨¢fica del turismo extranjero y su elevada estacionalidad explican este resultado, que apunta a la necesidad de una respuesta diferenciada, incluso dentro del propio sector. En cualquier caso, el encadenamiento de ERTE e inyecciones de liquidez para actividades que pueden ser insolventes no parece suficiente para enfrentar una crisis sectorial.
Otro factor espec¨ªfico, sin duda asociado a lo anterior y a la multiplicaci¨®n de contagios, es el deterioro de la confianza que se cierne sobre el consumo de las familias. Las expectativas de los consumidores, que se hab¨ªan recuperado desde el inicio del verano, vuelven a palidecer, mientras que se mantienen al alza en econom¨ªas comparables. Los indicadores disponibles como las ventas minoristas y la facturaci¨®n de grandes empresas en bienes de consumo empiezan a resentirse. Asimismo, el ahorro se acumula en dep¨®sitos bancarios, por la creciente cautela de los hogares que se resisten a gastar ante un panorama tan incierto. Seg¨²n el indicador avanzado de la OCDE ¡ªuno de los principales predictores de actividad en los pr¨®ximos meses¡ª la econom¨ªa espa?ola es la ¨²nica entre las m¨¢s grandes que pierde ritmo.
De ah¨ª se pueden deducir algunas consideraciones relevantes de cara a la elaboraci¨®n de los pr¨®ximos presupuestos. Uno, el detalle del impulso fiscal importa m¨¢s que su tama?o. Un incremento generalizado del gasto p¨²blico, o una reducci¨®n de impuestos, no solventar¨¢n la crisis sectorial ni necesariamente resultar¨¢ en un comportamiento distinto del ahorro privado, que seguir¨¢ atesor¨¢ndose, restando fuelle a la econom¨ªa.
Esto es ya una realidad patente. Los datos divulgados por Hacienda esta semana evidencian un desplome sin precedentes de la recaudaci¨®n, sobre todo en IVA (-11% hasta julio) y Sociedades (-29%), as¨ª como un intenso incremento del gasto (casi un 30%). Se estima que el agravamiento del d¨¦ficit que se ha generado (hasta 60.000 millones acumulados solo por el Estado durante los siete primeros meses) representa un monto apenas superior al creciente super¨¢vit del sector privado.
El diagn¨®stico tambi¨¦n aboga por un mayor protagonismo de la inversi¨®n (en educaci¨®n, nuevas tecnolog¨ªas, energ¨ªas renovables y pol¨ªticas activas eficaces, temas para los cuales parece haber un cierto consenso). Y por acciones espec¨ªficas para afrontar el riesgo de quiebra de muchas empresas viables. Un presupuesto de inversi¨®n expansivo tiene toda su l¨®gica en una econom¨ªa que requiere de un cambio estructural. Sin embargo, las circunstancias tambi¨¦n aconsejan un esfuerzo de contenci¨®n del resto de presupuestos, de forma que su evoluci¨®n sea compatible con el crecimiento de la econom¨ªa. Las favorables condiciones de financiaci¨®n del d¨¦ficit ¡ªuna circunstancia que se mantendr¨¢ por un tiempo prolongado gracias a la acci¨®n del BCE¡ªno nos eximen de una mayor selectividad en la pol¨ªtica fiscal.
Todo depende, por tanto, de nuestra capacidad para acometer unos presupuestos que respondan con precisi¨®n cuasi quir¨²rgica al actual contexto de crisis sectorial, de solvencia y de confianza.
Deflaci¨®n
Los precios se estabilizaron en agosto, seg¨²n el ¨ªndice IPC, pero todav¨ªa muestran un descenso del 0,6% con respecto a un a?o antes (con datos armonizados). En el mismo periodo, los precios crecieron apenas un 0,3% en la eurozona. Todo apunta a que la inflaci¨®n se mantendr¨¢ en cotas similares hasta finales de a?o, habida cuenta de la debilidad de la recuperaci¨®n y de las presiones deflacionistas derivadas de la apreciaci¨®n del euro. Todo un desaf¨ªo para el BCE, que no consigue elevar la inflaci¨®n hasta niveles cercanos al objetivo del 2%, pese a la inyecci¨®n de enormes dosis de liquidez.
Raymond Torres es director de coyuntura en Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_
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