El negocio de Duralex se resquebraja
La compa?¨ªa francesa, con 248 trabajadores, entra en procedimiento de administraci¨®n judicial
La empresa francesa Duralex, cuyas vajillas resistentes son un cl¨¢sico en muchos hogares, ha entrado en quiebra. Seg¨²n recogen los medios franceses, la compa?¨ªa se encuentra en procedimiento de administraci¨®n judicial (similar al concurso de acreedores) desde el pasado mi¨¦rcoles. La firma arrastra problemas financieros desde 2017, cuando inaugur¨® un nuevo horno con el que deb¨ªa relanzar su producci¨®n y, sin embargo, se vio obligada durante un a?o a reducirla por el mal funcionamiento de la nueva instalaci¨®n.
Con todo, seg¨²n la direcci¨®n de Duralex, la causa ¨²ltima es la crisis del coronavirus. ¡°Hemos perdido alrededor del 60% de la cifra de negocio a ra¨ªz de la bajada de las exportaciones, que representan el 80% de nuestra actividad¡±, ha se?alado el presidente de la firma, Antoine Ioannid¨¨s, en declaraciones al diario Le Monde. El ejecutivo ha a?adido que los 248 empleados siguen percibiendo su salario, ya que la f¨¢brica mantiene la actividad a la espera de que aparezca un inversor dispuesto a reflotarla.
Con sede en La Chapelle-Saint-Mesmin (centro de Francia), la compa?¨ªa cuenta con m¨¢s de 75 a?os de historia en los que no ha sido ajena a los problemas financieros. Aunque la f¨¢brica original era anterior, la marca Duralex se cre¨® en 1945, el a?o en que concluy¨® la Segunda Guerra Mundial, de manos del grupo industrial Saint-Gobain. En los a?os sesenta y setenta vivir¨ªa su etapa de esplendor: esos son los a?os a los que, tambi¨¦n en Espa?a, se asocian sus vasos y platos que se anunciaban como ¡°pr¨¢cticamente irrompibles¡±. Pero luego inici¨® una lenta decadencia que provoc¨® varios cambios de due?o. En 1997, cuando contaba con m¨¢s de 1.000 empleados, fue vendida por Saint-Gobain a un grupo italiano, que a su vez en 2005 se deshar¨ªa del negocio en favor de un inversor turco. Dos a?os despu¨¦s, la segunda f¨¢brica de la firma en Francia (en los sesenta tambi¨¦n abrir¨ªa una en Espa?a que luego cambi¨® de manos), creada en la ¨¦poca de esplendor y que daba trabajo a m¨¢s de 100 personas, tuvo que cerrar.
En 2008, asediada por las deudas, Duralex entr¨® en proceso de liquidaci¨®n judicial y fue entonces cuando tom¨® el control la actual direcci¨®n con la idea de reflotarla. Ten¨ªa entonces 260 empleados. Durante una d¨¦cada, la marcha parec¨ªa enderezada y en 2017 inaugur¨® un nuevo horno, que deb¨ªa reemplazar al viejo, con una inversi¨®n que alcanzaba los ocho millones de euros. Pero el endeudamiento, los problemas iniciales de la nueva instalaci¨®n, que impidieron situar la producci¨®n en los niveles previstos durante un a?o, y finalmente la ca¨ªda de ventas provocada por la pandemia han puesto de nuevo en serias dificultades a Duralex. Tutelada por el Tribunal de Comercio de Orleans, la empresa inicia ahora un periodo de seis meses de observaci¨®n que ser¨¢n fundamentales para dilucidar si, como la leyenda que acompa?a a sus productos, es capaz de resistir esta nueva ca¨ªda o si el virus ha resultado la puntilla definitiva para la hist¨®rica marca.
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