Prestaciones e impuestos redujeron un 40% la desigualdad de las rentas entre 2013 y 2017

Las prestaciones p¨²blicas y los impuestos han contribuido, entre 2013 y 2017, a reducir en un 40% las desigualdades en la distribuci¨®n de la renta de los hogares, seg¨²n un estudio publicado este lunes por Fedea. El peso de cada partida en esta rebaja no ha sido sin embargo el mismo: las prestaciones monetarias del Estado, con las pensiones a la cabeza, son las que m¨¢s han contribuido al efecto redistributivo del sistema, mientras que el impacto de los tributos ha sido m¨¢s limitado que el de otras prestaciones en especie. En concreto, el an¨¢lisis incorpora los efectos del gasto sanitario y educativo.

Seg¨²n Fedea, las prestaciones p¨²blicas monetarias redujeron las diferencias en las rentas primarias (antes de impuestos y prestaciones) en un 29% durante el lustro analizado. Los impuestos, por su parte, solo contribuyeron con un 2% adicional, principalmente gracias al IRPF, el tributo m¨¢s progresivo del sistema, que compensa el efecto regresivo de otras figuras.

El gasto p¨²blico en educaci¨®n y sanidad ¨Dque ha sido incluido en esta quinta edici¨®n del Observatorio sobre el reparto de los impuestos y las prestaciones de Fedea entre los hogares espa?oles¨D rebajaron a¨²n m¨¢s los desniveles entre hogares, beneficiando m¨¢s a los n¨²cleos con menores ingresos, con entre un 8% y un 8,5% adicional de disminuci¨®n en la desigualdad de las rentas primarias.

El efecto conjunto se recoge en el ¨ªndice de Gini ¡ªun n¨²mero entre 0 y 1 que mide la desigualdad, donde 0 es equidad¡ª. Esta variable, antes de prestaciones e impuestos, se situ¨® durante todo el periodo analizado en el entorno del 0,58, aunque experiment¨® un descenso a partir de 2015, cuando la econom¨ªa ya hab¨ªa vuelto a rodar tras el embate de la Gran Recesi¨®n. Tras aplicar las prestaciones monetarias, los impuestos y finalmente los efectos del gasto sanitario y educativo, el ¨ªndice se reduce hasta el 0,35.

El gasto sanitario, m¨¢s progresivo que el educativo

El informe, firmado por Julio L¨®pez Laborda, Jorge Onrubia y Carmen Mar¨ªn, detalla que el efecto redistributivo del gasto sanitario es sensiblemente superior al del gasto educativo. La raz¨®n es que este ¨²ltimo es menos progresivo y m¨¢s reducido, ya que su impacto en la disminuci¨®n de desigualdades se concentra casi exclusivamente en la educaci¨®n no superior.

En concreto, entre 2013 y 2017, la tasa media efectiva del gasto p¨²blico en educaci¨®n ¨Des decir, el cociente entre el gasto p¨²blico imputado a los hogares por esta prestaci¨®n y su renta¨D se ha mantenido en un 6,7% de la renta bruta, beneficiando m¨¢s a los hogares con menos capacidad: para los hogares del quintil m¨¢s bajo este porcentaje se situ¨® en el 20% en 2013 y cay¨® por debajo del 15% en 2017. Por el contrario, para las familias con las rentas m¨¢s elevadas esta tasa fue del 2,3% en 2017. El informe concluye que el gasto p¨²blico educativo ha reducido en conjunto la desigualdad en la distribuci¨®n de la renta en un 3,97% en 2013, y un 2,42% en 2017.

Tambi¨¦n el gasto sanitario sigue la misma din¨¢mica ¨Dsu tasa media efectiva decrece a medida que aumenta la renta bruta de los hogares¨D, pero su impacto en la reducci¨®n de las desigualdades es mucho m¨¢s intenso. Seg¨²n el estudio de Fedea, su tasa media efectiva se situ¨® en el entorno del 38% para los hogares de renta m¨¢s baja durante todo el periodo analizado, mientras que para las familias del percentil m¨¢s alto estuvo por debajo del 2,5% de su renta bruta. En conjunto, esta prestaci¨®n en especie ¡°pas¨® de reducir en un 9,86% la desigualdad en la distribuci¨®n de la renta neta en 2013 (despu¨¦s de impuestos y prestaciones monetarias), a un 10,08% en 2017¡±, reza el informe.

Si se considera el efecto conjunto de ambas prestaciones, la tasa media efectiva est¨¢ en el entorno del 18% de la renta bruta en todo el periodo analizado. En cuanto a su impacto agregado en las diferencias entre hogares, el gasto p¨²blico en educaci¨®n y sanidad ha reducido la desigualdad, despu¨¦s de impuestos y prestaciones monetarias, en un 12,30% en 2013, porcentaje que se ha reducido hasta el 11,58% en 2017.