Trump intenta torpedear la ayuda contra la covid
Solo podemos esperar pol¨ªticas que mitiguen el sufrimiento mientras llega la vacunaci¨®n generalizada
Los pr¨®ximos meses van a ser horribles. Varios miles de estadounidenses mueren a diario de covid-19; dado el desfase entre contagios y fallecimientos, es casi seguro que el n¨²mero de muertes diarias aumentar¨¢ hasta final de a?o; y si la gente se descuida en Navidades, podr¨ªa aumentar incluso m¨¢s a comienzos del a?o que viene. La recuperaci¨®n econ¨®mica se ha estancado, y el empleo se mantiene en casi 10 millones de puestos de trabajo menos que en el momento previo a la pandemia.
A estas alturas podemos esperar, como mucho, pol¨ªticas que mitiguen el sufrimiento y que nos permitan soportar el horror, mientras esperamos una vacunaci¨®n generalizada. Y hace unos d¨ªas parec¨ªa posible recibir de hecho buenas noticias en el frente econ¨®mico. Un grupo de senadores de ambos partidos parec¨ªa estar a punto de aprobar un plan de ayudas contra los efectos de la covid que se quedar¨ªa muy corto respecto a las necesidades, pero ser¨ªa mucho mejor que nada. Y entonces intervino la Administraci¨®n saliente de Trump¡ de manera destructiva.
Antes de centrarme en qu¨¦ tiene de malo la propuesta de la Administraci¨®n y la raz¨®n por la que podr¨ªa resultar muy perjudicial, hablemos de cu¨¢l deber¨ªa ser ahora mismo el objetivo de la pol¨ªtica econ¨®mica. Sigo viendo noticias que enmarcan las discusiones del Congreso sobre las ayudas como un debate sobre ¡°est¨ªmulos¡±. Pero los est¨ªmulos se aplican cuando el desempleo es elevado porque la gente no gasta suficiente. Y ese no es el problema que afrontamos.
Piensen en ello. ?Por qu¨¦ sigue habiendo dos millones menos de trabajadores en ¡°lugares donde se sirven alimentos y bebidas¡± que antes de que atacara el coronavirus? No se debe a que la gente no pueda permitirse comer en un restaurante o ir a un bar. Es porque comer en restaurantes y reunirse en bares son actividades peligrosas. En muchas partes del pa¨ªs estas actividades est¨¢n, acertadamente, prohibidas o fuertemente restringidas; incluso cuando est¨¢n permitidas, mucha gente, comprendiendo los riesgos, decide quedarse en casa.
La funci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica en esta situaci¨®n no es recuperar esos puestos de trabajo mientras la pandemia sigue desatada; de hecho, no queremos recuperar el empleo en sectores de alto riesgo mientras no dispongamos de vacunas para la poblaci¨®n en general. Lo que deber¨ªamos hacer, en cambio, es minimizar el sufrimiento mientras esperamos. Es decir, la cuesti¨®n no son los est¨ªmulos, sino las ayudas para paliar situaciones catastr¨®ficas.
?En qu¨¦ deber¨ªa consistir esa ayuda? Deber¨ªa proporcionar apoyo a los desempleados forzosos, sostener las empresas durante los meses sombr¨ªos que nos aguardan, y ayudar a unas administraciones estatales y locales que sufren graves ca¨ªdas de ingresos y que, si no se les ayuda, se ver¨¢n obligadas a efectuar recortes dr¨¢sticos en servicios esenciales. Y no, este ¨²ltimo problema no se reduce a los Estados dem¨®cratas. De hecho, seis de los siete Estados que se prev¨¦ que experimenten las mayores ca¨ªdas de ingresos tienen gobernadores republicanos.
Los dem¨®cratas de la Casa de Representantes siempre han estado dispuestos a aprobar un plan de ayudas que siga las pautas que acabo de describir. Y como he dicho, hasta hace unos d¨ªas parec¨ªa que el Senado avanzaba en la redacci¨®n de un proyecto de ley que, aun siendo mucho menos ambicioso de lo que propon¨ªan los dem¨®cratas, ser¨ªa mejor que nada. Parec¨ªa que el principal escollo era la determinaci¨®n de Mitch McConnell, jefe de la mayor¨ªa en el Senado, de incluir una p¨ªldora envenenada: eximir por completo a las empresas de cualquier responsabilidad por exponer a sus trabajadores a los riesgos de la covid-19. Pero los observadores esperaban que se lograse alcanzar un acuerdo. Y entonces se produjo la intervenci¨®n del Gobierno de Trump; una propuesta de Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, que McConnell se apresur¨® a respaldar, a pesar de que estuviera desastrosamente mal concebida.
No estoy seguro de que la cobertura informativa sobre este debate haya explicado del todo lo mala que es la propuesta de Mnuchin. Muchos titulares resaltaban el coste, algo m¨¢s de 900 millones de d¨®lares, que ser¨ªa similar al del plan negociado por ambos partidos, lo que daba a entender que el Gobierno propon¨ªa algo positivo. Sin embargo, la propuesta del Gobierno de hecho eliminaba por completo la parte m¨¢s importante del plan de ayuda ¡ªampliar las prestaciones de los desempleados¡ª sustituy¨¦ndola por el env¨ªo de un solo cheque de 600 d¨®lares a cada ciudadano. Insisto, piensen en ello. Para los estadounidenses que no podr¨¢n volver a trabajar mientras la pandemia siga activa, un solo pago de 600 d¨®lares es insuficiente, mientras que para aquellos que no han perdido su empleo, es innecesario. Por supuesto que los ciudadanos podr¨ªan gastar parte de la ayuda, lo que aumentar¨ªa la demanda agregada; pero la falta de demanda en general no es el principal problema en estos momentos.
?En qu¨¦ est¨¢ pensando Mnuchin, entonces? No podemos descartar la ignorancia pura y dura. Es completamente posible, resulta triste decirlo, que tras nueve meses de una recesi¨®n causada por la pandemia, los miembros del Gobierno sigan sin entender la l¨®gica b¨¢sica de la ayuda. O tal vez sigan aferrados al mito, absolutamente desmentido, de que las prestaciones por desempleo son de hecho la causa del desempleo elevado. O quiz¨¢ esta propuesta refleje la especial combinaci¨®n de delirio y cinismo que caracteriza al Gobierno saliente. El presidente Trump sigue intentando, de maneras cada vez m¨¢s desesperadas y destructivas, impugnar los resultados de las elecciones. Y en su locura quiz¨¢ imagine que enviar a todos los habitantes otro cheque con su nombre le dar¨¢ m¨¢s r¨¦ditos pol¨ªticos que ayudar a quienes de verdad lo necesitan.
Sea cual sea el motivo, la propuesta de Mnuchin no podr¨ªa haber llegado en peor momento. Es muy posible que socave la ayuda econ¨®mica que necesitan millones de estadounidenses.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2020. Traducci¨®n de News Clips
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