La UE acelera su salto federal
El conjunto de medidas tomadas por los Veintisiete contra la recesi¨®n y basadas en la emisi¨®n de eurobonos franquean el paso de la uni¨®n econ¨®mica a la pol¨ªtica
La Uni¨®n Europea (UE) acelera ahora su gran salto federal, el m¨¢s ambicioso de su historia. La reciente cumbre ¡ªel Consejo Europeo¡ª da luz verde al plan de recuperaci¨®n econ¨®mica contra la recesi¨®n (Next Generation EU), por 750.000 millones de euros. Despeja el mayor paquete presupuestario septenal, que suma a esa cantidad otros 1,1 billones, hasta 1,8 billones, casi duplicando los anteriores paquetes. Y abre la puerta inmediata, sin retrasos, al nuevo Presupuesto de 2021.
Culminan as¨ª el conjunto de medidas de primavera, de hasta 540.000 millones, entre nuevos cr¨¦ditos del Banco Europeo de Inversiones; el programa SURE para financiar mecanismos de protecci¨®n o la disposici¨®n del Mecanismo de Estabilidad, el antiguo fondo de rescate. Y el inicialmente aprobado por los 27 Gobiernos en verano, el 21 de julio: fondo de recuperaci¨®n y presupuesto.
Y ello, sin contar con los 1,8 billones adicionales puestos sobre la mesa por el BCE para comprar bonos p¨²blicos y privados, ahondando en su estrategia expansiva. Unos recursos ingentes.
Los dos factores clave de estos paquetes son su in¨¦dito tama?o y su despliegue, en gran medida en virtud de la emisi¨®n de deuda mancomunada, los eurobonos: de los que ya se han colocado desde octubre 39.500 millones, casi la mitad de los SURE, con notable ¨¦xito de demanda, pues ha multiplicado la oferta 13,2 veces.
Lo m¨¢s singular y lo que indica su car¨¢cter de catapulta es, precisamente, la masiva emisi¨®n de esos bonos: suponen compartir riesgo a un nivel insospechado.
Y finiquitan eternas discusiones lanzadas por los defensores acad¨¦micos y pol¨ªticos de la vieja ortodoxia en el ¨²ltimo decenio. Sosten¨ªan prejuicios como el de que antes que afrontar nuevos riesgos hab¨ªa que reducir los existentes (risk reduction contra risk sharing). Que ser¨ªa muy arduo establecer un activo seguro (safe asset) con el que ampliar el mercado financiero espec¨ªficamente europeo ante el del d¨®lar. Y que el peligro de incentivar la conducta insolidaria de aprovechados, gorrones o polizones (moral hazard) arruinar¨ªa el edificio.
Todo eso ha capotado en estos trepidantes nueve meses, urgido por la necesidad de afrontar la recesi¨®n pand¨¦mica, y gracias a una infrecuente capacidad de decisi¨®n pol¨ªtica y de negociaci¨®n encarnada en l¨ªderes como la canciller Angela Merkel o el exigente Parlamento de Estrasburgo.
Ya antes de crearse el euro a fin del siglo pasado, se aventuraba el automatismo unificador de la moneda ¨²nica: actuar¨ªa como palanca, levadura, eslab¨®n o factor desencadenante (efecto l¨¦vier o spillover) de la federalizaci¨®n. Y aunque arroj¨® resultados (expansionismo del BCE, fondos de rescate, uni¨®n bancaria...), no fueron autom¨¢ticos. Hubo que esperarlos hasta que la Gran Recesi¨®n de 2008 impuso opciones dif¨ªciles. Y a veces t¨ªmidas. Y tard¨ªas.
Ahora todo toma m¨¢s volumen y celeridad. Se duplica el presupuesto. Se modifican sus partidas internas en favor de las m¨¢s ofensivas hacia un nuevo patr¨®n de crecimiento (pacto verde, digitalizaci¨®n, nueva cohesi¨®n social contra la desigualdad creciente). En detrimento relativo ¡ªno en t¨¦rminos absolutos¡ª de algunas acotadas a mantener equilibrios tradicionales (pol¨ªtica agr¨ªcola). Y se acelera la creaci¨®n de la Fiscal¨ªa Europea para la protecci¨®n del presupuesto com¨²n (desde el 22 de julio, un d¨ªa despu¨¦s de la anterior cumbre clave).
Avances colectivos
Lo m¨¢s caracter¨ªstico es que esa espira generadora de nuevas pol¨ªticas, competencias y organismos culmina en potentes avances colectivos ¡ªy por unanimidad¡ª, que garantizan la afirmaci¨®n de los valores democr¨¢ticos comunes frente a derivas iliberales ¡ªen Hungr¨ªa o Polonia¡ª, solemnizada el jueves, casi al empezar la cumbre. Para alcanzar una uni¨®n econ¨®mica sana, equilibrada y controlable por la ciudadan¨ªa, se requiere una creciente disponibilidad de nuevas herramientas de uni¨®n pol¨ªtica (ver detalle en despiece adjunto).
Es una din¨¢mica que se emparenta con la catapultada en Estados Unidos, desde 1790, por el primer secretario del Tesoro, Alexander Hamilton. Bajo el lema de que una deuda com¨²n que absorb¨ªa las contra¨ªdas individualmente por las colonias para financiar la guerra de liberaci¨®n frente a la Corona brit¨¢nica, ¡°si no es excesiva, ser¨¢ para nosotros una bendici¨®n nacional, un poderoso cemento de nuestra Uni¨®n¡±.
¡°Una justificaci¨®n expl¨ªcita¡± para federarla ¡°fue que la mayor parte de la misma hab¨ªa sido incurrida para financiar¡± las contribuciones de las colonias ¡°a la guerra de independencia nacional¡±, reflexionaba Thomas Sargent al recibir el Nobel de Econom¨ªa en 2011: donde era guerra, ahora es pandemia. Pero hoy aqu¨ª, como ayer all¨¢, ¡°presupuesto, recursos impositivos y Tesoro van indisolublemente unidos¡±, si se quiere desbordar una laxa agrupaci¨®n confederal hacia una construcci¨®n federal, ha subrayado el catedr¨¢tico de Hacienda, Antoni Castells (Papeles de Econom¨ªa, 2014)
Hay m¨¢s. Esa din¨¢mica se augura autosostenida. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, postula en su blog que, aunque la inyecci¨®n del plan de recuperaci¨®n ¡°sea temporal, la posibilidad de activar¡± esa herramienta contra crisis futuras, es decir, de hacerla permanente, ¡°es ya un cambio potente¡±. El Tribunal de Cuentas de la Uni¨®n a?ade que ese plan podr¨ªa tener que ser ¡°reevaluado¡±, ampliado, si se agrava la recesi¨®n. Y ciertos sectores retoman la idea espa?ola de que la deuda com¨²n convierta su vencimiento de largo plazo en eterno. ?Qui¨¦n da m¨¢s?
Palancas del concierto pol¨ªtico
Enderezar los retrocesos democr¨¢ticos de alg¨²n Estado miembro de la UE es tarea ardua. El principal precedente se sit¨²a en 1999, con el acceso del ultraderechista J?rg Haider al Gobierno austriaco. Bast¨® entonces el acuerdo intergubernamental ¡ªpor fuera del Tratado de la Uni¨®n (TUE)¡ª de hacer el vac¨ªo diplom¨¢tico a Viena para descabalgarlo y moderar al Ejecutivo.
La dificultad para afrontar estos casos proviene del escaso aparato instrumental ¡ªes decir, jur¨ªdico¡ª, existente. Hasta ahora solo pod¨ªa apelarse al art¨ªculo 7 del TUE. Se ha empleado desde 2013 contra las derivas iliberales de Hungr¨ªa y Polonia. Permite, al l¨ªmite, imponer sanciones (suspender el derecho de voto a un Gobierno en las instituciones) si no revierte sus incumplimientos del Estado de derecho. El problema para aplicarlo es que requiere unanimidad de todos los no afectados; de modo que si son dos, pueden vetarlas. Pero se han logrado resultados parciales al acudir al tribunal (TJUE), que dict¨® medidas cautelar¨ªsimas rectificando el abuso cometido al nombrar jueces en Polonia. Los nuevos instrumentos de este a?o son tres:
1. Informe anual sobre el Estado de derecho en cada socio. Lo elabora la Comisi¨®n y es una palanca preventiva, act¨²a (desde su primera edici¨®n, el 30 de septiembre) por presi¨®n pol¨ªtico-ciudadana cartografiando y aireando abusos sobre sistemas judiciales, normativas anticorrupci¨®n, pluralismo y libertad de informaci¨®n.
2. Reglamento del plan de recuperaci¨®n (de 750.000 millones). El m¨¢s autom¨¢tico y categ¨®rico. Impone la sanci¨®n econ¨®mica que suspende los desembolsos de ayudas presupuestarias del plan a quienes violen el Estado de derecho incumpliendo las Recomendaciones espec¨ªficas anuales de la UE: las de 2019 y 2020 desaprueban a Hungr¨ªa y Polonia por vulnerar la independencia judicial, los derechos de las minor¨ªas (gitanos, LGTBI) y la participaci¨®n democr¨¢tica en la fragua de las leyes. Si no rectifican, ambos ser¨¢n sancionadas.
3. Condicionalidad para proteger el Presupuesto de la Uni¨®n. Los 1,8 billones del septenio 2021-2027, que incluyen los 750.000 millones del plan de recuperaci¨®n. Es una palanca algo menos directa, pues debe demostrarse que se da un v¨ªnculo entre la violaci¨®n de la democracia y la corrupci¨®n, el fraude o el abuso al emplear los fondos provenientes de la Uni¨®n. Para lograr la unanimidad, la cumbre concedi¨® a Varsovia y Budapest poder plantear un recurso que aplace brevemente el estreno de este nuevo instrumento. Pero no tardar¨¢.
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