Subir el salario m¨ªnimo: ?un impulso a la demanda o una medida temeraria en medio de la crisis?
La voluntad del Gobierno de elevar de nuevo el SMI genera un reguero de discordancias entre detractores y partidarios
El debate interno en el seno del Gobierno entre los ministros del PSOE y los de Unidas Podemos acerca de la conveniencia de aprobar una nueva subida del salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) para 2021 no es exclusivo de la esfera pol¨ªtica. Tanto en el plano acad¨¦mico como a pie de calle se suceden argumentaciones discordantes que ofrecen refugio tanto para partidarios como detractores. De hecho, en muchos casos el mismo argumento llega a utilizarse como bandera en ambos bandos.
Es lo que sucede, por ejemplo, a la hora de equiparar la subida del SMI con un incremento de la demanda y el consumo. Desde la bancada sindical se mantiene que una mejora de los sueldos en aquellos que menos cobran repercutir¨ªa en una inyecci¨®n inmediata en el gasto. ¡°Eso es lo que necesitamos en estos momentos y este grupo de personas beneficiadas, que ser¨ªan unos dos millones, van a convertir pr¨¢cticamente el 100% de esa mejora en demanda, con la que se va a romper la din¨¢mica de ahorro que se ha registrado en los hogares en los ¨²ltimos meses¡±, defiende Carlos Mart¨ªn, director del Gabinete Econ¨®mico de CC OO, que en su reuni¨®n del martes con el Gobierno reclam¨® una subida del 1,8%. Seg¨²n su perspectiva, congelar el salario m¨ªnimo ser¨ªa ¡°contraproducente¡± y generar¨ªa ¡°una din¨¢mica proc¨ªclica¡± a la ca¨ªda de la econom¨ªa.
Sin embargo, de llevarse a cabo esta subida ser¨ªa un paso m¨¢s en una curva que no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos a?os. Pero, ?con qu¨¦ resultados? ¡°El ¨²nico intento de evaluar cu¨¢les fueron los efectos de las anteriores subidas del SMI en el empleo lo llev¨® a cabo la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) y fue un ejercicio peque?o, con microdatos, que determin¨® que tuvieron poca incidencia. Sin embargo, el panorama ha cambiado dram¨¢ticamente con la aparici¨®n de la covid-19¡±, apunta Marcel Jansen, profesor en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y colaborador desde 2009 con la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (Fedea). ¡°Las subidas del SMI antes de la covid han mejorado las vidas de muchas personas, pero la perspectiva ahora ha cambiado. Si queremos mejorar el poder adquisitivo de personas con bajos salarios debemos huir de pensar que esto se hace solo con mejorar el salario m¨ªnimo¡±, ampl¨ªa.
En Espa?a, a diferencia de otros pa¨ªses europeos en los que existe tambi¨¦n la figura del SMI, la cuant¨ªa del sueldo base se determina de manera universal e indiscriminada para todos los trabajadores de los distintos sectores, una particularidad sobre la que se apoyan algunas voces contrarias a un nuevo aumento. ¡°Hay sectores que pueden absorber un incremento del SMI porque no han sufrido tanto en la crisis y se han recuperado bastante bien, como buena parte de la industria, o los servicios profesionales. El problema est¨¢ en otros como la hosteler¨ªa o el turismo, donde se concentran empresas muy endeudadas y que en estos momentos est¨¢n al borde de la insolvencia¡±, advierte Raymond Torres, director de coyuntura en Funcas.
¡°Una persona que tenga, por ejemplo, un bar y a sus trabajadores en ERTE, si a la hora de reincorporarlos encima les tiene que pagar m¨¢s puede llegar a tomar la decisi¨®n de cerrar. En el corto plazo puede parecer mejor subir el salario que no hacerlo, pero mir¨¢ndolo en perspectiva es pan para hoy y hambre para ma?ana¡±, se suma Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez, director de la c¨¢tedra Iberdrola de ?tica Econ¨®mica. ¡°Tomar una medida como esta ser¨ªa un jarro de agua fr¨ªa para todas aquellas peque?as empresas que son, en el fondo, las que van a estimular las contrataciones¡±, a?ade.
Tendencia en Europa
La decisi¨®n de subir o no el SMI, adem¨¢s, es exclusiva del Gobierno, ya que la norma solo obliga a una consulta con los agentes sociales. Desde el Ministerio de Trabajo enmarcan la voluntad de elevar el salario m¨ªnimo dentro de la tendencia que han establecido otros pa¨ªses como Alemania o Francia, y que conforman ese nuevo paquete de medidas para una afrontar un nuevo tipo de crisis econ¨®mica. Aun as¨ª, este argumento tampoco resulta del todo convincente para los detractores.
¡°Espa?a es el pa¨ªs que en su mercado laboral ha sufrido el mayor golpe de todos los pa¨ªses europeos y muchas de las ocupaciones afectadas son actividades con salarios bajos¡±, incide Jansen. ¡°Adem¨¢s, en el resto de los pa¨ªses no han existido unas subidas acumuladas del SMI en los ¨²ltimos a?os como en Espa?a. No es nada descabellada una petici¨®n por parte de los empresarios de una congelaci¨®n o cuasicongelacion del SMI. En vez de insistir tanto en subirlo este a?o, ser¨ªa m¨¢s importante que, tanto el Gobierno como los interlocutores sociales, intenten llegar a un acuerdo sobre c¨®mo llevarlo a cabo en los pr¨®ximos a?os. Podr¨ªa ser por medio de un pacto plurianual o un procedimiento que vincule la evoluci¨®n del salario m¨ªnimo a la evoluci¨®n del mercado laboral, que ser¨ªa m¨¢s apropiado¡±, a?ade Jansen.
¡°No entender¨ªamos, de ninguna de las maneras, que no se suba el SMI. No hay ninguna raz¨®n objetiva. ?Qu¨¦ pasa, que en Portugal, que ha subido el SMI un 4,7%, no ha habido pandemia?¡±, asever¨® Pepe ?lvarez, l¨ªder de UGT, el martes en una entrevista en Espejo P¨²blico. Desde su sindicato abogan por una subida del 5% con la que se alcanzar¨ªan los 1.000 euros, que se repartir¨ªan en 14 cuotas, otra de las diferencias con respecto al resto de pa¨ªses europeos.
No solo el origen v¨ªrico de esta crisis econ¨®mica determina, a juicio de los expertos consultados, la relaci¨®n de medidas a adoptar para solventarla. Tambi¨¦n influye otra serie de valores alejados de las tablas econ¨®micas y que se esconden en el interior del individuo. ¡°En esta crisis el factor psicol¨®gico tiene mucha importancia, y la incertidumbre es un agravante nuevo. En la primera ola se resolvi¨® este problema con los ERTE y los cr¨¦ditos ICO, pero en la segunda ola no vale porque tenemos empresas que est¨¢n endeudadas. Y ah¨ª es donde el SMI puede incidir negativamente. En pa¨ªses como Francia, por ejemplo, abogan incluso por subvenciones salariales para las empresas de los sectores m¨¢s afectados con los que quieren evitar que se reduzcan las plantillas¡±, relata Torres. ¡°Si luchamos por un SMI justo y digno no podemos romper la baraja unilateralmente ni en un sentido ni en otro. No creo que este sea el momento de prometer algo as¨ª¡±, remacha Fern¨¢ndez.
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