Regalar flores no basta, hay que ver la cara de la persona que las recibe

La recepci¨®n de flores activa inmediatamente sentimientos de entusiasmo y felicidad, seg¨²n un estudio de la Universidad de Nueva Jersey. ¡°Ver la expresi¨®n emocionada de la persona querida recibiendo el ramo no tiene precio¡±, sonr¨ªe Elena Zhabreva, economista rusa afincada en Barcelona y consejera delegada de Florster. La historia de su emprendimiento es tan dulce y at¨ªpica como la propia entrega filmada de ramos. Inici¨® el proyecto en 2018 con su pareja sentimental, el ingeniero venezolano Manuel Gouveia, que se encarga del marketing digital y optimizaci¨®n del producto, pero ninguno de los dos ten¨ªa experiencia en el sector. No necesitaron ni pidieron ayuda financiera (ni de otro tipo) y desde el primer d¨ªa todo fue como la seda tras poner 50.000 euros propios. Con siete empleados, el a?o pasado (su primer ejercicio econ¨®mico completo) facturaron 160.000 euros y reinvirtieron el 30% de los beneficios. ¡°Nos han ofrecido inversi¨®n varias veces y participar en el negocio, pero preferimos mantener nuestra autonom¨ªa¡±, dice con aplomo Zhabreva.

La actividad de Florster tiene aroma a f¨¢bula pastoril. Sus repartidores colocan el ramo en un saquito cafetero dentro de la cesta de su bicicleta, se instalan la GoPro en el casco y van filmando el recorrido hasta que llegan al destino y capturan por sorpresa la emoci¨®n que produce la gavilla de flores en el obsequiado. Despu¨¦s le piden su consentimiento para editar y mandar el v¨ªdeo al cliente (¡°el 98% dice s¨ª¡±).

La pareja de emprendedores hizo un an¨¢lisis del mercado y calcul¨® al detalle su proyecto. Primero eligieron un sector tradicional como el de las florister¨ªas, porque ah¨ª la innovaci¨®n tiene m¨¢s r¨¦ditos. ¡°Cuando tu mensaje es diferente, la publicidad sale m¨¢s barata porque hay una mejor ratio de conversiones (el mismo anuncio impacta m¨¢s y consigue m¨¢s clientes)¡±, afina Gouveia. Despu¨¦s se dieron cuenta de que el 70% de las personas que compran flores son mujeres, que regalan a otras mujeres, y resulta que el p¨²blico objetivo de la mayor¨ªa de las florister¨ªas son los hombres. Tambi¨¦n derribaron el mito (masculino) de que un ramo de rosas rojas es el m¨¢s rom¨¢ntico para una mujer. Para nada. Prefieren la variedad. Luego descubrieron que a la gente no le importa tanto elegir el tipo de flor y que cuantas m¨¢s variedades de ramos ofreces, menos vendes. De ah¨ª llegaron a uno de sus sellos de identidad: ofrecer un solo ramo, pero diferente cada d¨ªa y en tres tama?os, que Zhabreva elabora cada ma?ana en la f¨¦rtil comarca catalana del Maresme. ¡°Con eso, adem¨¢s, evitamos tirar much¨ªsima flor¡±, a?ade la empresaria.

De aquel estudio tambi¨¦n extrajeron que la mayor¨ªa de las quejas de clientes en el sector apunta a la poca precisi¨®n en la entrega. Ellos la garantizan en un m¨¢ximo de dos horas. ¡°El rigor en el env¨ªo de flores es equiparable al del env¨ªo de comida r¨¢pida, no al de la mensajer¨ªa regular. No es lo mismo recibir unas flores que unos zapatos¡±, atestigua Gouveia.

Florster ya proyecta su crecimiento fuera de Barcelona. En el corto plazo, Madrid y otras capitales europeas empezar¨¢n a ver ramos de flores viajando por sus calles sobre la cesta de una bicicleta.