Bernie Sanders no es socialista
Ojal¨¢ el candidato dem¨®crata no estuviera tan empe?ado en ser un blanco f¨¢cil para los difamadores de derechas
Los republicanos arrastran desde hace tiempo el deshonroso historial de mezclar cualquier intento de mejorar la vida de los ciudadanos con los males del ¡°socialismo¡±. Cuando se propuso el Medicare [seguro m¨¦dico para personas mayores y discapacitadas], Ronald Reagan lo llam¨® ¡°medicina socializada¡± y declar¨® que destruir¨ªa nuestra libertad. En los tiempos que corren, a quien pida algo parecido a la atenci¨®n sanitaria universal de la infancia, los conservadores lo acusar¨¢n de querer convertir EE UU en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Se trata de una estrategia pol¨ªtica deshonesta y cargante, pero resulta dif¨ªcil negar que a veces ha resultado eficaz. Y ahora, quien encabeza la lista de aspirantes a la candidatura dem¨®crata ¡ªno por mayor¨ªa abrumadora, pero claramente la persona que por el momento tiene m¨¢s probabilidades de salir ganador¡ª est¨¢ facilit¨¢ndoles esa estrategia, al declararse de hecho socialista.
El caso es que Bernie Sanders no es en realidad socialista, en ning¨²n sentido normal del t¨¦rmino. No quiere nacionalizar las principales industrias ni sustituir los mercados por la planificaci¨®n central; no ha expresado admiraci¨®n por Venezuela, sino por Dinamarca. Es b¨¢sicamente lo que los europeos denominar¨ªan un socialdem¨®crata, y las socialdemocracias como Dinamarca son, de hecho, lugares muy agradables para vivir, con sociedades que, por decir algo, son m¨¢s libres que la nuestra. Entonces, ?por qu¨¦ se declara Sanders socialista? Yo dir¨ªa que principalmente como una marca personal, con un poco de placer por escandalizar a la burgues¨ªa. Y este capricho no le perjudicaba mientras fuese un simple senador de un estado muy progresista.
Pero si Sanders se convierte en el candidato dem¨®crata a la presidencia, el enga?oso calificativo que se da a s¨ª mismo ser¨¢ un regalo para la campa?a de Trump. Lo mismo que sus propuestas pol¨ªticas. El sistema sanitario de pagador ¨²nico es: (a) buena idea en principio; y (b) muy improbable que se d¨¦ en la pr¨¢ctica; pero al convertir el Medicare Para Todos en elemento central de su campa?a, Sanders apartar¨ªa el foco del empe?o que pone el Gobierno de Trump en eliminar el colch¨®n social que ya tenemos.
Para que quede claro, si Sanders es el candidato, el Partido Dem¨®crata deber¨¢ darle un apoyo incondicional. Probablemente no pueda convertir EE UU en Dinamarca, e incluso si pudiera, el presidente Trump est¨¢ intentando convertirnos en una autocracia nacionalista blanca como Hungr¨ªa. ?Cu¨¢l preferir¨ªan ustedes?
Pero ojal¨¢ que Sanders no estuviera tan empe?ado en convertirse en un blanco f¨¢cil para las difamaciones de la derecha.
Y hablando de postureo pol¨ªtico in¨²til, el segundo en las primarias de New Hampshire tambi¨¦n ha estado tirando piedras contra su propio tejado. En los ¨²ltimos d¨ªas, Pete Buttigieg ha preferido presentarse como un halc¨®n del d¨¦ficit, demostrando as¨ª que, para ser un rostro nuevo, tiene ideas sorprendentemente rancias.
Para vencer a Trump tienen que construir una coalici¨®n tan amplia como sea posible. O le regalar¨¢n las elecciones
Es posible que Buttigieg no est¨¦ enterado de que cada vez son m¨¢s los economistas convencionales que piensan que la histeria que se desat¨® hace siete u ocho a?os en torno al d¨¦ficit se exager¨® en demas¨ªa. El a?o pasado, los que fueran principales economistas del Gobierno de Obama publicaron un art¨ªculo titulado ?Qui¨¦n teme los d¨¦ficits presupuestarios? en el que conclu¨ªan: ¡°Es hora de que Washington abandone esa obsesi¨®n por el d¨¦ficit y se centre en cosas m¨¢s importantes¡±.
Y si Sanders est¨¢ poni¨¦ndoselo f¨¢cil a una estrategia pol¨ªtica infame de los republicanos, Buttigieg se lo est¨¢ poniendo a otra: la estrategia de lastrar la econom¨ªa con austeridad fiscal cuando un dem¨®crata ocupa la Casa Blanca y despu¨¦s endeudarse libremente en cuanto el Partido Republicano recupera el poder. Si los dem¨®cratas ganan, deber¨ªan seguir un programa progresista, no malgastar capital pol¨ªtico limpiando el caos causado por los republicanos.
Una vez m¨¢s, si Buttigieg logra convertirse en el candidato, el partido deber¨¢ apoyarlo sin reservas. Diga lo que diga sobre el d¨¦ficit, no har¨ªa lo que hacen los republicanos: utilizar el miedo a la deuda como excusa para recortar programas sociales.
?A qui¨¦n nombrar¨¢n candidato los dem¨®cratas? No s¨¦ la respuesta. Lo importante, sin embargo, es que el partido se mantenga centrado en sus virtudes y en los defectos de Trump.
Porque el hecho es que todos los dem¨®cratas que aspiran a ser presidentes, desde Bloomberg hasta Bernie, son al menos moderadamente progresistas; todos quieren mantener y ampliar la red de seguridad social, y al mismo tiempo subirles los impuestos a los ricos. Y todos los sondeos indican que EE UU es esencialmente un pa¨ªs de centro-izquierda, raz¨®n por la cual, durante la campa?a electoral de 2016, Trump prometi¨® subirles los impuestos a los ricos y proteger los principales programas sociales.
Pero ment¨ªa, y a estas alturas cualquiera con una mente abierta lo sabe. De modo que los dem¨®cratas tienen una oportunidad perfecta para presentarse, honestamente, como los defensores de la Seguridad Social, de Medicare, de Medicaid [seguro m¨¦dico para personas pobres] y la ahora popular Ley de Atenci¨®n Sanitaria Asequible, en contraste con los republicanos, que defienden de manera m¨¢s o menos abierta los intereses de los plut¨®cratas frente a los de las familias trabajadoras.
Sin embargo, ser¨¢ una oportunidad perdida si el candidato o la candidata dem¨®crata, sea quien sea, convierte la elecci¨®n en un refer¨¦ndum sobre la sanidad de pagador ¨²nico o la reducci¨®n del d¨¦ficit, ninguna de las cuales constituye una posici¨®n especialmente popular. Las cosas ir¨¢n a¨²n peor si los propios dem¨®cratas acaban pele¨¢ndose por la pureza ideol¨®gica o la probidad presupuestaria.
La cuesti¨®n que, sea quien sea el candidato, los dem¨®cratas deben construir una coalici¨®n tan amplia como sea posible. De lo contrario, estar¨¢n regal¨¢ndole las elecciones a Trump, y eso ser¨ªa una tragedia para el partido, para el pa¨ªs y para el mundo.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa
? The New York Times, 2020.
Traducci¨®n de News Clips
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