Covid-19: Certezas, incertidumbres y problemas que plantea
M¨¢s all¨¢ de la elevada difusi¨®n del virus y su mayor letalidad en mayores, las inc¨®gnitas son numerosas: se desconoce si la pandemia quedar¨¢ en estacional o en patolog¨ªa end¨¦mica, y cu¨¢ndo llegar¨¢ la vacuna
Desgraciadamente las certezas son pocas porque se trata de un virus nuevo (en realidad una variable de un grupo bien conocido, los coronavirus). En todo caso sabemos que su difusi¨®n es muy grande, que existe un porcentaje elevado de los infectados que no muestran s¨ªntomas, o muy pocos, y que los efectos graves y la letalidad se focalizan en las personas con m¨¢s edad y con pluripatolog¨ªa (es decir, como casi todos los virus), mientras que los ni?os o no padecen enfermedad cl¨ªnica o se contagian muy poco (no hay estudios contundentes sobre el tema, aunque no est¨¢ notificado ning¨²n caso de muerte por debajo de diez a?os). Por otro lado, tiene un periodo de incubaci¨®n que puede prolongarse hasta 14 d¨ªas, aunque se han notificado algunos casos en que este ha sido mas prolongado.
Obviamente, las incertidumbres son muy numerosas. En primer lugar, no se conoce bien su letalidad (cociente entre muertos e infectados), y por lo tanto su gravedad en la pr¨¢ctica, que por lo dicho b¨¢sicamente depende del numero real de infectados que no est¨¢ bien identificado y del porcentaje de personas infectadas con mayor riesgo. Las experiencias internacionales, sobre todo la de China, la m¨¢s amplia, no han despejado estos interrogantes, aunque est¨¢n en evaluaci¨®n. Se ha dicho, por ejemplo, que en Espa?a la elevada letalidad tiene que ver con el envejecimiento de la poblaci¨®n, pero Jap¨®n, que es el pa¨ªs m¨¢s envejecido del mundo, tiene la mitad de letalidad; y no digamos Corea del Sur (el pa¨ªs con menor letalidad 0,9%) que, aunque menos que Espa?a, tambi¨¦n tiene un elevado porcentaje de personas mayores.
En ¨²ltima instancia se desconocen los efectos para la salud global de la pandemia y no se conocer¨¢ bien hasta el pr¨®ximo a?o si aument¨® la mortalidad total (en China llevan 81.077 casos y 3.218 muertes en un pa¨ªs con 1.395 millones de habitantes, y si como se dice el virus est¨¢ en disminuci¨®n, el impacto sobre la mortalidad anual ser¨¢ bastante reducido); pero es evidente que en pa¨ªses como Italia o Espa?a tendr¨¢ un impacto mayor. Algunos autores han realizado previsiones matem¨¢ticas muy minuciosas, pero todas ellas tienen un importante grado de incertidumbre con el que hay que contar, por lo que deben ser vistas con prudencia. Todo ello debe verse con cierta cautela, porque como dice el ¨²ltimo numero del New England (12/3/2020): ¡°La historia sugiere que tenemos un riesgo mucho mayor de temores exagerados y prioridades equivocadas¡±.
No se conoce si la pandemia desaparecer¨¢ totalmente despu¨¦s de alcanzar su m¨¢xima expansi¨®n, o se quedar¨¢ como una epidemia estacional o incluso como una enfermedad end¨¦mica. Y si bien existe la idea de que, como sucede con la mayor¨ªa de los virus respiratorios, la transmisi¨®n y la enfermedad tender¨¢n a desaparecer cuando se eleven las temperaturas, lo que se corresponde con su escasa incidencia hasta el presente en el hemisferio sur, no podemos garantizar que suceder¨¢ as¨ª.
Por otro lado, no se ha encontrado un tratamiento espec¨ªfico si bien se han ensayado varios, pero todos ellos est¨¢n en fase de prueba por lo que los resultados no son hasta ahora concluyentes, y no se sabe si se producir¨¢n antes de que remita la pandemia. Lo mismo puede decirse de la vacuna, en la que obviamente se esta trabajando mucho en este momento pero que parece poco probable, aunque no imposible, que se desarrolle antes del verano.
Tampoco est¨¢ clara cu¨¢l es la mejor estrategia para parar su transmisi¨®n, ya que se han ensayado dos modelos poblacionales: el de China, aislando rigurosamente a grandes grupos de poblaci¨®n, y el de Corea, que ha ido a identificar todos los casos mediante la realizaci¨®n de test generalizados, focaliz¨¢ndose el aislamiento sobre los positivos y sus contactos. En todo caso, es evidente que reducir los contactos de las personas infectadas y de todas las personas es una manera eficaz de cortar la cadena de transmisi¨®n y, por lo tanto, ambas estrategias son ¨²tiles y deben de valorarse de acuerdo con la situaci¨®n concreta de cada pa¨ªs; obviamente, cuanto antes se pongan en marcha, antes se lograra la contenci¨®n. De todas maneras, y como el periodo de incubaci¨®n es de alrededor de 14 d¨ªas, cualquier actuaci¨®n de este tipo no es de esperar que tenga un impacto razonable antes de este plazo.
Conviene recordar que el n¨²mero de casos detectados a 23/3/2020 es de 33.089 (71 por 100.000 habitantes) y la mortalidad de 2.182 personas (4,6/100.000), si bien 10.575 de los infectados y 873 fallecidos est¨¢n en la Comunidad e Madrid (160,2 y 13,2/100.000 respectivamente). Es evidente que las tasas poblacionales todav¨ªa no son muy importantes, pero en el caso de la Comunidad de Madrid superan a las de China, y por otro lado ya se ha se?alado que lo esperable es que los casos, y desgraciadamente tambi¨¦n los fallecimientos, se incremente en los pr¨®ximos d¨ªas. Lo m¨¢s preocupante es el aumento de los fallecimientos, porque el aumento de casos probablemente se debe a que se est¨¢n realizando m¨¢s pruebas, y por lo tanto se detectan casos que antes pasaban desapercibidos.
Por otro lado, la elevada letalidad de Italia y Espa?a probablemente est¨¢ relacionada con dos circunstancias: el porcentaje de afectados mayores de 80 a?os es muy elevado en ambos pa¨ªses (cinco veces m¨¢s alta en Italia que en China, Espa?a no facilit¨® datos etarios hasta el pasado s¨¢bado y con ellos parece confirmarse esta hip¨®tesis: m¨¢s casos en mayores de 80 a?os y mayor letalidad en este grupo de edad), y ah¨ª entra el papel de los casos en las residencias, y la baja dotaci¨®n de camas/1000 habitantes de ambos pa¨ªses (Espa?a 3, Italia 3,2, China 4,3, Corea del Sur 12,3; promedio OCDE 4,5 y UE 5,5).
Conviene ser conscientes de que la magnitud de la enfermedad ha sido magnificada por los medios de comunicaci¨®n por el sencillo m¨¦todo de retransmitir las muertes y los nuevos casos casi de uno en uno, con lo que el impacto parece mucho mayor y se ha favorecido cierto p¨¢nico entre una parte de la poblaci¨®n, por suerte no mayoritaria, pero que ha presionado de manera significativa a los centros sanitarios.
Necesitamos? una potente sanidad p¨²blica si queremos tener capacidad de respuesta ante estos imprevistos
Porque esta es otra parte, quiz¨¢s la m¨¢s relevante, de los problemas que enfrentamos: la capacidad del sistema sanitario p¨²blico para responder de una manera eficaz y de garantizar una asistencia sanitaria de calidad. Y aqu¨ª s¨ª que se est¨¢n observando diferencias entre autonom¨ªas, porque, aunque la sanidad p¨²blica fue sometida a un proceso de recortes, deterioro y privatizaci¨®n casi generalizada, este proceso no tuvo el mismo impacto en todas las comunidades. Y Madrid es un ejemplo relevante de esta agresi¨®n, porque se disminuy¨® el presupuesto, el n¨²mero de trabajadores del sistema sanitario y se cerraron muchas camas; es decir, se merm¨® de una manera significativa y poco responsable la capacidad de respuesta del sistema sanitario p¨²blico. Es probable que ello haya influido en la especial incidencia del virus en la regi¨®n, y en los problemas de saturaci¨®n de los centros que se est¨¢n viviendo estos d¨ªas. No menos relevante es el problema de las residencias privadas, con un deficiente control de las administraciones p¨²blicas, a pesar de las numerosas denuncias que pueden certificarse en las hemerotecas, y que probablemente han empeorado la situaci¨®n por tratarse de unas personas de extremo riesgo.
De esta epidemia, que pasar¨¢, como todas aquellas de las que hay referencia hist¨®rica, deber¨ªamos extraer algunas conclusiones. La primera tiene que ver con los riesgos de pandemias que existen hace tiempo. La OMS se?alaba en 2018 que ¡°Hay una necesidad no satisfecha de invertir m¨¢s en la preparaci¨®n para grandes epidemias y pandemias¡±. Y alertaba de que los cambios en el ecosistema y la globalizaci¨®n favorec¨ªan la aparici¨®n de pandemias ya en 2009, por lo que deber¨ªamos estar atentos y prepararnos para nuevas pandemias en a?os no muy lejanos, porque b¨¢sicamente desconocemos cu¨¢ndo va a aparecer un nuevo agente infeccioso de r¨¢pida propagaci¨®n. Teniendo en cuenta las necesarias precauciones al hacer predicciones, lo mas probable es que se presenten si el mundo, la globalizaci¨®n y nuestro modo de vida no cambian radicalmente, lo que a corto plazo no parece probable.
La segunda y no menos importante es que necesitamos de unos potentes servicios p¨²blicos, especialmente de una potente sanidad p¨²blica, si queremos tener capacidad de respuesta ante estos imprevistos, porque el sector privado se basa en los beneficios y atiende a las demandas econ¨®micamente solventes (en castellano, a las de los m¨¢s ricos), pero no a la protecci¨®n de la salud de todos, sin exclusiones ni discriminaciones, y eso es clave ante epidemias y enfermedades infectocontagiosas.
Y la tercera es que tenemos una poblaci¨®n de la que podemos sentirnos orgullosos, por supuesto, entre ellos los trabajadores del sistema sanitario p¨²blico; pero no s¨®lo ellos, porque hay mucha gente que est¨¢ dando la cara d¨ªa a d¨ªa, con menos visibilidad, pero no menos eficacia: empleados de alimentaci¨®n, transportes o seguridad, servicios b¨¢sicos en suma que nos siguen garantizando nuestra vida normal y todo aquello a lo que no damos importancia porque no nos falta: luz, agua, telefon¨ªa, etc.
Entre todos y todas podemos derrotar la pandemia porque, como ya dijo Roosevelt, ¡°a lo ¨²nico que hay que tenerle miedo es al miedo mismo¡±. Ahora se trata de ser responsables, de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de saber que s¨®lo con solidaridad y disciplina conseguiremos vencer a la pandemia.
* Marciano S¨¢nchez Bayle es patrono de la Fundaci¨®n Alternativas y portavoz de la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica, y Carlos S¨¢nchez Fern¨¢ndez es periodista y miembro de la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica
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