El d¨ªa despu¨¦s
A pesar de informaci¨®n muy incompleta, de la incertidumbre extrema todav¨ªa existente, no viene mal abrir la intuici¨®n, con los elementos de informaci¨®n disponibles, a ese ejercicio de anticipaci¨®n de la direcci¨®n de algunos cambios y, en su caso, de adaptaci¨®n de comportamientos de los agentes econ¨®micos p¨²blicos y privados.
La severidad del trauma originado por el maldito virus no dispone de muchos precedentes. Ha puesto patas arriba muchas cosas, convicciones, instituciones, modos de actuar. Ha abierto muchos interrogantes acerca de c¨®mo quedar¨¢ el paisaje despu¨¦s de la batalla. Doy por sentado que la batalla, terminar¨¢, claro. Su final no nos devolver¨¢ a la situaci¨®n anterior a la invasi¨®n del virus, pero existir¨¢ un momento a partir del cual la apariencia de normalizaci¨®n ser¨¢ mayor que la de reclusi¨®n. Y la realidad de entonces, la disposici¨®n de los agentes econ¨®micos, de las instituciones del sistema econ¨®mico, el papel de cada uno, puede ser algo distinto. Algunas de esas variaciones ser¨¢n circunstanciales, pero otras es posible que dispongan de mayor permanencia, que terminen arraigando. Por eso es razonable que muchos responsables empresariales, en todos los sectores, se est¨¦n cuestionando no solo por el tipo de recuperaci¨®n, sino por el calado de la reconstrucci¨®n, por la conformaci¨®n del paisaje y del paisanaje.
A pesar de informaci¨®n muy incompleta, de la incertidumbre extrema todav¨ªa existente, no viene mal abrir la intuici¨®n, con los elementos de informaci¨®n disponibles, a ese ejercicio de anticipaci¨®n de la direcci¨®n de algunos cambios y, en su caso, de adaptaci¨®n de comportamientos de los agentes econ¨®micos p¨²blicos y privados. En alguna medida se tratar¨¢ de respuestas a algunos de los excesos que ya se hab¨ªan puesto de manifiesto en los ¨²ltimos a?os, algunos de los cuales provocaron la emergencia y r¨¢pida propagaci¨®n de aquella otra crisis global, la desencadenada en EEUU en el verano de 2007. Enuncio los que pueden ser alteraciones significativas que tratar¨¦ de documentar en las pr¨®ximas entregas:
1. Mayor protagonismo del sector p¨²blico en la actividad econom¨ªa.
El papel central que han desempe?ado las instituciones p¨²blicas en la gesti¨®n de la crisis sanitaria y luego econ¨®mica har¨¢ dif¨ªcil prescindir de su concurso en la actividad econ¨®mica. Desde los bancos centrales a las agencias gubernamentales. Desde las adquisiciones de deuda p¨²blica y privada a los apoyos a las empresas y a los trabajadores, las instituciones p¨²blicas han revelado un protagonismo que no desaparecer¨¢ de la noche a la ma?ana.
?2. M¨¢s deuda y menos inflaci¨®n.
Si ya antes de la pandemia el mundo manten¨ªa niveles record de endeudamiento, privado y p¨²blico, ahora mucho m¨¢s. La gran cuesti¨®n ser¨¢ no solo como atender el servicio de esas deudas, sino la fragilidad a la que se somete la estabilidad financiera internacional. Cualquier chispazo pude alterar esa calma chicha con que los mercados de bonos transitar¨¢n al d¨ªa despu¨¦s.
3. M¨¢s atenci¨®n medioambiental
No hay evidencia de que el origen del virus este asociado a las malas pr¨¢cticas destructoras del planeta, pero si las hay ya de la mayor conciencia medioambiental que la reducci¨®n de emisiones durante la cuarentena ha generado. La sensibilidad de la poblaci¨®n no ha dejado de crecer, al tiempo que, en las decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica favorecedoras de la recuperaci¨®n, y de la posterior reconstrucci¨®n, las inversiones en tecnolog¨ªas compatible con el respeto a los Acuerdos de Paris 2015.
4. Empresas socialmente m¨¢s responsables
Tambi¨¦n es una tendencia que viene de atr¨¢s. La dimensi¨®n sanitaria de esta crisis ha acentuado esa proyecci¨®n medi¨¢tica de las actuaciones tendentes a fortalecer la reputaci¨®n. No tiene vuelta de hoja. En mayor medida al observar el n¨²mero de excluidos que esta pandemia ya est¨¢ dejando.
5. Globalizaci¨®n m¨¢s lenta
Es altamente probable que los gobiernos sean m¨¢s conscientes de la dependencia que suponen esas cadenas de valor transfronterizas dispersas en lejanos pa¨ªses. Es posible que algunas tentaciones proteccionistas que emergieron hace a?os se concreten ahora. Es igualmente posible que China genere m¨¢s suspicacias que antes. Pero ser¨ªa dif¨ªcil presagiar una desglobalizaci¨®n en toda regla.
6. Digitalizaci¨®n fortalecida y extendida
Tampoco es nueva la extensi¨®n de las tecnolog¨ªas digitales. Los procesos de robotizaci¨®n, de extensi¨®n de la automatizaci¨®n, de la inteligencia artificial, del manejo a gran escala de los datos, no ha conocido recesi¨®n alguna. La pandemia, adem¨¢s, ha contribuido a la alfabetizaci¨®n digital m¨¢s amplia. A sacrificar convenciones como los encuentros presenciales. A convencer de su car¨¢cter esencial, no solo para la actividad econ¨®mica.
7. Demograf¨ªa dominante
A las inquietudes que generaba desde hace a?os la evoluci¨®n demogr¨¢fica se a?aden ahora las derivadas de la pandemia sobre los mayores. La recesi¨®n volver¨¢ a situar aspectos como las pensiones, el patrimonio inmobiliario de las familias o la compatibilidad entre el h¨¢bitat de los mayores y el vaciamiento de territorios en un primer plano. Nacer¨¢n menos y los mayores reivindicar¨¢n m¨¢s atenci¨®n.
8. Reacciones adaptativas de las empresas y personas
Dependiendo de la percepci¨®n de arraigo, esas tendencias motivar¨¢n adaptaciones en el comportamiento de los agentes econ¨®micos. Consumidores, empresas e instituciones p¨²blicas se adecuar¨¢n a ese nuevo entorno. Los patrones de consumo, las decisiones de inversi¨®n, el tama?o y la composici¨®n de los censos de oferentes en los distintos sectores, puede cambiar de forma significativa.
La significaci¨®n y alcance de cada una de esas tendencias ser¨¢ desigual. Su importancia puede cambiar a medida que avance esta presunta transici¨®n a la normalidad o, desde luego, si nos vemos obligados a una nueva reclusi¨®n. Concluimos reivindicando el ejercicio, la conjetura. Que la incertidumbre no nos amilane. Les espero en la pr¨®xima.
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