Europa ha vuelto
En 2010 Bruselas proyectaba tensi¨®n, problemas y melancol¨ªa. Hoy cuando hablas con alguien all¨ª destilan optimismo e ilusi¨®n por el futuro
En marzo, cuando comenzaron los confinamientos, los economistas empezamos a anticipar posibles escenarios. El m¨¢s preocupante era el impacto sobre las finanzas p¨²blicas y una nueva crisis de deuda como la de 2010. Las estimaciones anticipaban que el Tesoro espa?ol ten¨ªa que aumentar sus emisiones en m¨¢s de 100.000 millones, hasta un r¨¦cord de 300.000 millones.
El Banco Central Europeo (BCE) resolvi¨® r¨¢pidamente las dudas al inicio de la pandemia, prorrog¨® su programa de compras en junio y en diciembre garantiz¨® que se mantendr¨¢ al menos hasta marzo de 2022. La deuda p¨²blica cierra 2020, tras la peor ca¨ªda del PIB desde la Guerra Civil, con tipos negativos de sus bonos hasta el plazo de 10 a?os. Sin esta intervenci¨®n, Espa?a no podr¨ªa haber activado las medidas extraordinarias para mitigar los efectos depresivos y el hundimiento del turismo.
El BCE ya llevaba a?os comprando deuda y el nuevo programa fue una continuidad. Lo que era impensable en marzo es que la Uni¨®n Europea aprobar¨¢ el mayor plan de est¨ªmulo fiscal de su historia, con emisi¨®n de deuda p¨²blica europea y transferencias directas a los Estados. El plan se aprob¨® con un acuerdo pol¨ªtico del m¨¢ximo nivel entre la Comisi¨®n, el Consejo y el Parlamento Europeo. El Ejecutivo comunitario vuelve a ser el interlocutor bilateral con los pa¨ªses, algo que no suced¨ªa desde Jacques Delors. Ver a todos los pa¨ªses poniendo la vacuna a la vez con el mismo ritual fue emocionante para los europe¨ªstas convencidos desde peque?itos, como es mi caso.
En 2010 Bruselas proyectaba tensi¨®n, problemas y melancol¨ªa. Hoy cuando hablas con alguien all¨ª destilan optimismo e ilusi¨®n por el futuro. Esa energ¨ªa positiva ser¨¢ necesaria para recuperar la normalidad tras el trauma psicol¨®gico de la pandemia. Si las vacunas permiten contener la pandemia, se normalizar¨¢ la movilidad interna dentro de los pa¨ªses, como ya ha sucedido en Asia. Pero lo m¨¢s complicado ser¨¢ recuperar la movilidad entre pa¨ªses. Es clave que Europa d¨¦ ejemplo normalizando normas de seguridad comunes. Para el sector tur¨ªstico espa?ol es clave.
Con Biden en la Casa Blanca las relaciones con EE UU volver¨¢n a la normalidad. Asia siempre recel¨® de Occidente, pero ahora la situaci¨®n es de extremo rechazo. El plan europeo de recuperaci¨®n busca reposicionar al continente en la revoluci¨®n digital. La clave ser¨¢ encontrar el equilibrio aristot¨¦lico entre el uso masivo de datos y la protecci¨®n de los derechos individuales. Europa debe recuperar posici¨®n e influencia tambi¨¦n en el tablero geopol¨ªtico.
Espa?a a¨²n no se hab¨ªa recuperado de las cicatrices de la crisis anterior, sumida en una crisis de identidad y territorial y con populistas de izquierdas y de derechas en el Parlamento, igual que en Francia e Italia. Tranquiliza saber que Europa, como nos ense?¨® Ortega y Gasset, no es el problema sino la soluci¨®n. La vacuna que evitar¨¢ que los espa?oles cometamos los mismos errores de los ¨²ltimos dos siglos. El futuro es ilusionante, el pasado es incierto.
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