Justicia informa a 135.000 personas de los seguros de vida que ten¨ªan sus fallecidos
La pandemia eleva un 54% los informes sobre derechos de cobro de los beneficiarios
El incremento de las muertes por la pandemia se refleja en el registro de seguros de coberturas de fallecimientos: 134.697 personas supieron el a?o pasado que su familiar ten¨ªa un seguro de vida o de accidentes. Esta cifra r¨¦cord ¡ªque no representa el n¨²mero de fallecidos, ya que se pueden realizar varias consultas sobre una persona¡ª supone un incremento del 53,67% sobre la actividad de 2019. Por el contrario, 166.517 consultas dieron resultado negativo, ya que el fallecido no estaba asegurado. Justicia informa a los parientes si el fallecido tiene seguro y con qu¨¦ compa?¨ªa para que el interesado lo reclame.
2020 ser¨¢ un a?o r¨¦cord para muchas estad¨ªsticas por la covid-19. Tambi¨¦n para las consultas que ha recibido el registro de contratos de seguros de cobertura de fallecimiento, dependiente del Ministerio de Justicia. Seg¨²n la documentaci¨®n a la que ha tenido acceso EL PA?S, el a?o pasado este ministerio recibi¨® 305.244 consultas para saber si otras tantas personas eran beneficiarias de alg¨²n seguro de vida o de accidente de un fallecido.
Esta cifra supone 81.000 consultas m¨¢s que en 2019, un aumento del 31,2%, sin duda influido por los fallecimientos provocados por la pandemia.
21 millones de p¨®lizas de vida
No hay que olvidar que en Espa?a hay 20,92 millones de p¨®lizas de seguros de vida en vigor hasta septiembre de 2020, seg¨²n los datos de la patronal del seguro, Unespa. No significa que haya casi 21 millones de asegurados porque algunos titulares tienen varias p¨®lizas.
De todas las peticiones recibidas el a?o pasado en Justicia, en 134.697 casos el fallecido estaba asegurado y en m¨¢s de 166.517 no. La mayor parte de las consultas se realizaron por Internet: la sede electr¨®nica del ministerio tramit¨® un total de 182.634, mientras que los notarios (que hacen este tr¨¢mite de forma casi autom¨¢tica cuando se pide el registro de ¨²ltimas voluntades) solicitaron 116.088 y por correo postal llegaron otras 6.522.
El registro de seguros tambi¨¦n responde a personas que, en vida, quieren conocer qu¨¦ p¨®lizas de vida o de accidentes tienen contratados. Son las llamadas ¡°notas informativas¡±, que sumaron 4.030 en 2020.
Seg¨²n la documentaci¨®n del ministerio, La Rioja fue la que m¨¢s solicitudes realiz¨®, 27.300, seguida de Barcelona, con 13.891, Bizkaia, con 13.837 y Valencia con 13.118 en total. En el listado no aparece Madrid por ser la sede del Ministerio de Justicia y no se recoge como provincia individual.
Los seguros de vida que no est¨¢n recogidos en el registro son los de empresa. La raz¨®n es que se entiende que si un trabajador fallece, la compa?¨ªa se pondr¨¢ en contacto con sus familiares para comunicarles el importe al que tienen derecho. Adem¨¢s, apuntan en el sector, ¡°es muy dif¨ªcil mantener las altas y bajas de grandes empresas que var¨ªan con frecuencia sus plantillas¡±.
Se conocen los asegurados, no los beneficiarios
Tampoco se incluyen los de mutualidades de previsi¨®n social o de profesionales ni los seguros en los que el tomador (contratante) y beneficiario (el que cobra en caso de fallecimiento) sean la misma persona. No incluyen planes de pensiones ni otros productos de ahorro.
El registro se nutre de todas las aseguradoras que est¨¢n obligadas a informar semanalmente al registro de los titulares de sus p¨®lizas. No se recogen los beneficiarios porque eso ir¨ªa en contra de la ley de protecci¨®n de datos, sino los asegurados.
Seg¨²n el Ministerio de Justicia, ¡°el acceso al registro (para pedir certificados) solo podr¨¢ realizarse una vez fallecido el asegurado, previa acreditaci¨®n de tal circunstancia, y siempre que hayan transcurrido 15 d¨ªas desde la fecha de defunci¨®n¡±.
Para realizar dicha solicitud se debe adjuntar el certificado de defunci¨®n, rellenar la solicitud y abonar una tasa de 3,78 euros. Una vez que est¨¢ todo en orden, el registro emite una certificaci¨®n donde figuren, si existen, los seguros que tuviera contratado el asegurado y cu¨¢l es la compa?¨ªa de la que era cliente. Con este certificado, el interesado podr¨¢ acudir a las aseguradoras para saber si es beneficiario de las mismas.
Puede suceder que la persona que hace la consulta no sea el beneficiario del seguro. En este caso, la aseguradora no est¨¢ obligada a revelar la identidad de la persona con derecho a cobrarlo.
El certificado se puede solicitar por correo, por Internet o acudiendo personalmente a la sede central del registro, as¨ª como a las gerencias territoriales de Justicia. Estos datos se mantendr¨¢n disponibles durante cinco a?os despu¨¦s del fallecimiento del asegurado.
Los seguros que se incluyen en el registro son los de vida, los seguros de ahorro o planes de jubilaci¨®n (salvo los seguros de ahorro puro en los que no haya ninguna prestaci¨®n si fallece el asegurado, muy pocos en la pr¨¢ctica) y los seguros de accidentes para caso de fallecimiento.
Tambi¨¦n recoge los seguros vinculados con tarjetas de cr¨¦dito o seguros que se hayan obtenido por una promoci¨®n comercial. Este fue uno de los temas pol¨¦micos, ya que hubo una ¨¦poca en la que las tarjetas inclu¨ªan seguros aunque, en ocasiones, el cliente no era consciente de tenerlos.
La iniciativa que arranc¨® en 2002, pero se aprob¨® en 2007
El 22 de octubre de 2002, el senador Ram¨®n Espasa (PSC-PSOE) present¨® una moci¨®n para que el Gobierno del PP creara el registro de asegurados. Todos los partidos lo apoyaron, aunque el PP pidi¨® seis meses para estudiar el asunto. En 2004, lleg¨® el PSOE a La Moncloa, y el reglamento segu¨ªa sin existir. No fue una realidad hasta marzo de 2007, algo que para muchos refleja el escaso inter¨¦s de pol¨ªticos y aseguradoras por impulsarlo. La Asociaci¨®n de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc), se encarg¨® desde 2005 de recordar con insistencia al Gobierno de Zapatero su injustificado retraso en la creaci¨®n del registro, considerado como uno de los m¨¢s efectivos de Europa.
Espasa, en la misma l¨ªnea que defendi¨® Ausbanc, record¨® que los beneficiarios de los seguros de vida ¡°en muchas ocasiones no conocen la existencia de estas p¨®lizas, d¨¢ndose el caso, con demasiada frecuencia, que se produce un fallecimiento y existe un seguro de vida que cubre ese riesgo, pero por desconocer la existencia de la p¨®liza, los beneficiarios se quedan sin cobrar¡±. ¡°Adem¨¢s, pasados los cinco a?os prescribe el contrato. La aseguradora no dice nada y no paga la indemnizaci¨®n que ten¨ªa obligaci¨®n de satisfacer y el buen fin que ten¨ªa aquel ahorro, proteger de un riesgo de muerte del tomador a sus beneficiarios, se deja de cumplir¡±, a?adi¨®.
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