Cuando la pausa del caf¨¦ acaba en accidente
Los jueces no tienen un criterio unificado a la hora de determinar si son laborales los percances que se producen durante los descansos de las jornadas de trabajo
Nunca 15 minutos dieron tanto de s¨ª en los tribunales. Este es el descanso m¨ªnimo al que tienen derecho los trabajadores que hacen m¨¢s de seis horas diarias. La pausa del bocadillo genera multitud de conflictos judiciales por cuestiones tales como si se puede salir a fumar o si la empresa debe compensar a sus empleados por el tiempo no disfrutado. Uno de los temas estrella de estos litigios son los accidentes ocurridos durante el reposo. En ellos, los asalariados tienen que pelear el car¨¢cter laboral de los percances para obtener as¨ª la m¨¢xima cobertura durante su baja. La cuesti¨®n es que la l¨ªnea que separa el simple alto en la jornada de los momentos de ocio es, a menudo, difusa. Los jueces miran con lupa caso por caso, y no todos tienen una respuesta sencilla, lo que, por otra parte, dificulta establecer un criterio unificado.
La ley presume que todos los percances que sufran los asalariados durante su jornada, esto es, ¡°en tiempo y lugar de trabajo¡±, son accidentes laborales. Esto quiere decir que son las empresas y las mutuas profesionales las que, en caso de oponerse al pago, deben probar que el siniestro no tuvo ninguna relaci¨®n con las funciones del empleado. Por tanto, la primera cuesti¨®n que debe averiguar un operario que se lesiona durante la pausa para el bocadillo es si este descanso computa como tiempo efectivo de trabajo. Esta es una cuesti¨®n que se acuerda por convenio colectivo o, en su defecto, por contrato. Seg¨²n advierte V¨ªctor Canalda, abogado y profesor de Derecho Laboral en la UOC, ¡°solo si se reconoce el descanso como parte de la jornada entra en juego la presunci¨®n de laboralidad del suceso¡±.
Si el par¨®n no est¨¢ comprendido dentro del horario laboral, las tornas cambian, y es entonces el asalariado el que deber¨¢ demostrar que el percance estaba relacionado con su actividad profesional. As¨ª, por ejemplo, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid descart¨® que el infarto sufrido por un empleado de 54 a?os durante su pausa para el desayuno fuera por el trabajo: el operario fumaba 30 cigarrillos diarios desde hac¨ªa 40 a?os, y su puesto no implicaba ¡°grandes esfuerzos f¨ªsicos ni intelectuales¡± que pudieran haber desencadenado el episodio.
Sin embargo, en julio de 2020, el Tribunal Supremo calific¨® como accidente laboral la lesi¨®n cardiovascular sufrida por un moledor de corcho durante sus 15 minutos de pausa. Los magistrados subrayaron que ¡°la breve duraci¨®n del descanso y, sobre todo, la necesidad de reanudar inmediatamente la actividad productiva¡± vinculan esta interrupci¨®n a la prestaci¨®n del servicio. Es decir, una parada tan limitada no paraliza la jornada. Por eso, no puede descartarse que una enfermedad que se manifiesta s¨²bitamente se considere como un percance del trabajo, aunque, en ese momento, el operario no estuviera haciendo un gran esfuerzo.
En realidad, lo determinante para que el accidente se declare laboral es que la lesi¨®n se produzca, tal y como reclama la ley, ¡°con ocasi¨®n o por consecuencia del trabajo¡±. Una f¨®rmula muy amplia, indica Pere Vidal, letrado en Augusta Abogados, que ha permitido a los jueces determinar el origen profesional de innumerables situaciones, ¡°concediendo as¨ª una mayor protecci¨®n a los empleados¡±. Las dudas surgen, sobre todo, cuando los asalariados se lesionan en las inmediaciones de su centro de trabajo, puesto que es normal que utilicen su tiempo de descanso para ir a por un caf¨¦ o cualquier otra tarea personal.
En estos casos, explica Canalda, los tribunales aplican el criterio de la ¡°ocasionalidad relevante¡±, seg¨²n el cual se considera que el suceso tuvo que ver con el trabajo si el empleado estaba realizando una actividad ¡°habitual, social y normal¡± en el mundo laboral. As¨ª lo entendi¨® el TSJ de Navarra cuando, en una resoluci¨®n de febrero de 2016, fall¨® a favor de una camarera que sufri¨® la cogida de una vaca mientras cruzaba la calle, en plenas fiestas patronales, para incorporarse a su turno despu¨¦s de salir a por un bocadillo. De igual manera, el Tribunal Supremo confirm¨®, en una sentencia de 2018, que la ca¨ªda en la calle de una psic¨®loga cuando iba a tomar caf¨¦ era accidente laboral. La clave, subraya el letrado, est¨¢ en que estos eventos no se hubieran producido de no haber ido a trabajar. ¡°Lo que viene a decir el Supremo en estos casos es que el nexo de causalidad nunca se ha roto porque la pausa era necesaria y la utilizaci¨®n de los 15 minutos se produce con criterio de total normalidad¡±, aclara.
Como se?ala Vidal, ¡°es muy dif¨ªcil establecer generalizaciones o pautas v¨¢lidas para los diferentes supuestos¡±. De hecho, expone, existe un c¨²mulo de decisiones judiciales que ¡°vienen dedic¨¢ndose a la tarea de descifrar si hubo o no interrupci¨®n del nexo causal con el trabajo¡±. As¨ª, se ha fijado que la parada de 20 minutos que hace un empleado en su camino de regreso de la oficina para refrescarse en un bar no rompe este v¨ªnculo, mientras que el par¨¦ntesis de tres horas tomando copas con los amigos s¨ª.
Los tribunales tienen en cuenta, en definitiva, si la actividad desarrollada por el empleado cuando tuvo el accidente le desvinculaba de su prestaci¨®n profesional. Por ejemplo, se han descartado casos como el ahogamiento en una playa durante un descanso del viaje de negocios, pero, en cambio, se han admitido otros, como el de la hemorragia cerebral que sufri¨® una educadora social mientras asist¨ªa a un curso de mindfulness para rebajar el estr¨¦s laboral.
Citas amorosas
En 2019, la justicia francesa consider¨® accidente de trabajo el fallecimiento por infarto de un ingeniero mientras disfrutaba de una cita amorosa durante un viaje de negocios. La empresa se opuso a pagar la indemnizaci¨®n argumentando que el motivo del deceso hab¨ªa sido una relaci¨®n ad¨²ltera que no ten¨ªa ninguna relaci¨®n con su vida profesional. El Tribunal de Apelaci¨®n de Par¨ªs, en cambio, dio la raz¨®n a los familiares del fallecido. Seg¨²n se?al¨®, los viajes de negocio son tiempo de trabajo y una relaci¨®n sexual forma parte de los actos de la vida cotidiana, al igual que ducharse o comer.
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