Mercosur y el eterno retorno
La sinton¨ªa entre Bolsonaro y Fern¨¢ndez dista mucho de ser la que se necesita para empujar un acuerdo de este calibre
Cualquier mente curiosa que quiera saber cu¨¢les son las econom¨ªas m¨¢s cerradas del mundo tan solo tiene que consultar los World Development Indicators del Banco Mundial. All¨ª comprobar¨¢ que, en 2019, liderando la clasificaci¨®n, adem¨¢s de Sud¨¢n, la Am¨¦rica de Trump y Etiop¨ªa, figuran Brasil y Argentina. Los dos pa¨ªses sudamericanos son las dos ¨²nicas econom¨ªas que han estado ininterrumpidamente en esos puestos desde 1960, un dato que prueba que su moderado apoyo a las pol¨ªticas comerciales abiertas transciende sus muy convulsos ciclos pol¨ªticos.
Pese a ello, hace ya 30 a?os, las dos grandes econom¨ªas de Sudam¨¦rica, junto con Uruguay y Paraguay, anunciaron la creaci¨®n de Mercosur, una uni¨®n aduanera que seg¨²n los padres fundadores ten¨ªa como objetivo permitir al bloque regional una mejor integraci¨®n y un mayor protagonismo en la econom¨ªa global.
Los datos desafortunadamente muestran que los logros han estado muy por debajo de las promesas: la tarifa externa com¨²n sigue teniendo m¨²ltiples excepciones, y el insuficiente desarrollo de las reglas t¨¦cnicas ¡ªincluidas las sanitarias o las reglas de origen¡ª de facto supone la existencia de insalvables obst¨¢culos a la libre circulaci¨®n de mercanc¨ªas en el espacio econ¨®mico com¨²n. Como consecuencia de ello, la reasignaci¨®n de recursos dentro de la uni¨®n aduanera ha sido muy limitada. Aunque tanto Argentina como Brasil son hoy econom¨ªas m¨¢s abiertas que hace dos d¨¦cadas, su mayor integraci¨®n en la econom¨ªa global se debe b¨¢sicamente al aumento de sus exportaciones de materias primas a China, no a una diversificaci¨®n de su estructura exportadora. Seg¨²n el Mapa de Complejidad de la Universidad de Harvard, Brasil en los ¨²ltimos 15 a?os apenas ha sido capaz de a?adir a su estructura exportadora nueve nuevos productos ¡ªen Argentina suman 12¡ª que han tenido una contribuci¨®n marginal al aumento del bienestar de los ciudadanos. Mucho ruido para tan pocas nueces.
Por lo que respecta a la mejora de su capacidad de negociaci¨®n, Mercosur no ha llevado a que tanto Argentina como Brasil apalancaran y coordinaran sus pol¨ªticas comerciales respecto a terceros pa¨ªses. Frente a la experiencia de otros pa¨ªses latinoamericanos que se embarcaron tambi¨¦n en procesos de rebajas arancelarias a trav¨¦s de la firma de acuerdos de libre comercio que despu¨¦s, mediante la cl¨¢usula de naci¨®n m¨¢s favorecida, tendieron a generalizar al resto de pa¨ªses, la v¨ªa elegida por Brasil y Argentina ha mantenido su arancel promedio frente al exterior desde los a?os noventa en torno al 15%. Una buena prueba de la par¨¢lisis negociadora es que el acuerdo de Mercosur con la Uni¨®n Europea lleva m¨¢s 40 rondas de negociaciones y 20 a?os de diplomacia comercial. Debe ser uno de los tratados comerciales m¨¢s deseados, m¨¢s discutidos y que m¨¢s decepciones ha generado a sus negociadores de la historia. Porque cuando todo parece estar a punto de concluir, siempre aparece una nueva dificultad insuperable ¡ªpol¨ªtica, electoral, medioambiental, agr¨ªcola-sanitaria, relacionada con la propiedad intelectual o la contrataci¨®n p¨²blica¡ª que devuelve todo al principio y fuerza a volver a empezar.
En esta ocasi¨®n, tras el prometedor acuerdo pol¨ªtico al que llegaron la UE y Mercosur en junio de 2019, el inconveniente parece ser la exigencia europea de mayores garant¨ªas medioambientales y la renuencia de Brasil para admitir lo que percibe como una amenaza a su soberan¨ªa sobre el Amazonas. Junto a ella surgen otras explicaciones m¨¢s mundanas: desde sus or¨ªgenes, Mercosur ha avanzado ¡ªy retrocedido¡ª en funci¨®n de las relaciones personales de sus presidentes, y la sinton¨ªa entre Jair Bolsonaro y Alberto Fern¨¢ndez dista mucho de ser la que se necesita para empujar un acuerdo de este calibre. No parece muy prometedor.
Un an¨¢lisis fr¨ªo de la situaci¨®n sugiere que es muy poco probable que se abandone el proyecto de crear un ¨¢rea de libre comercio que integrar¨ªa a m¨¢s de 760 millones de ciudadanos, que afectar¨ªa a un 25% del PIB mundial y que facilitar¨ªa el acceso de las empresas sudamericanas a lo que hoy ya constituye su segundo mayor mercado de exportaci¨®n y el origen de casi 400 mil millones de euros de inversi¨®n directa, lo que sit¨²a a la UE como el primer inversor de la regi¨®n. Nadie ni en Europa, ni en Sudam¨¦rica podr¨ªa cargar con esa responsabilidad. Pero, parad¨®jicamente, tampoco parece f¨¢cil que se pueda firmar de forma inminente. Quiz¨¢s en unos a?os, cuando el panorama pol¨ªtico en ambas orillas se haya clarificado. Quiz¨¢s durante la presidencia espa?ola de la UE. En el entretanto, el acuerdo Mercosur-UE seguir¨¢ siendo la mejor concreci¨®n del mito del eterno retorno de la diplomacia comercial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.