Inminente final del t¨²nel
El FMI y la OCDE revisan al alza el crecimiento mundial en 2021. Y eso que no cuentan con el ¨²ltimo ¡®Plan de empleo americano¡¯, de 1,7 billones
El final del t¨²nel de la crisis pand¨¦mica a nivel mundial est¨¢ a la vuelta de la esquina. La luz empezar¨¢ a alumbrar este mismo a?o, y con mucha m¨¢s fuerza de lo previsto. Gracias a los ingentes planes de gasto e inversi¨®n p¨²blicos.
Ese es un resumen, a brochazo, de los dos grandes papeles del FMI (el Outlook y el Fiscal Monitor) de ayer y anteayer: prev¨¦n un crecimiento del 6% del PIB mundial en 2021. Y coinciden con el ¨²ltimo informe provisional de la OCDE (9/3): augura un 5,6%. Previsiones ambas superiores a las previas de los dos organismos.
Pueden quedarse cortos: no incluyen en sus c¨¢lculos el impacto del Plan de empleo americano, por 1,7 billones de d¨®lares, anunciado por Joe Biden el 31 de marzo. Cierto que puede retrasarse por filibusterismo opositor y de los enemigos de los impuestos: Europa no ostenta el monopolio de los obst¨¢culos.
Pero si el efecto del anterior Plan de rescate americano (por 1,9 billones de d¨®lares, vigente desde el 11 de marzo) deb¨ªa ¡°incrementar el crecimiento mundial en un 1%¡±, seg¨²n la OCDE, algo parecido debe suceder con el nuevo. Y adem¨¢s, le seguir¨¢ otro gran paquete, centrado en revitalizar salud y escuela. Objetivo ¨²ltimo: disputar la hegemon¨ªa a China.
Algunas reacciones europeas al activismo de Biden resultan torponas. Como la coartada del presidente del Eurogrupo, el austeritario Paschal Donohoe. Se refugia en el paralelismo de los paquetes de ambas regiones decididos en 2020 para sostener que no hay que comparar nada (To compare the UE and US pandemic packages misses the point, FT, 29/3). Error. Medirse con lo bueno estimula.
O como las cansinas jeremiadas de los eurotr¨¦mulos sobre los defectos propios y la mayor ambici¨®n, tama?o y rapidez de los dem¨¢s... que ya veremos.
La cosa va al rev¨¦s. Europa debe secundar el activismo fiscal de Biden: en bien del crecimiento mundial (y su mejor distribuci¨®n) y en el suyo propio. Y competir mejor: porque el nuevo presidente americano le ha puesto el list¨®n m¨¢s alto: el de disputar la hegemon¨ªa mundial.
Eso significa acelerar la aplicaci¨®n de su plan de recuperaci¨®n. Sortear la chinita de Karlsruhe, sustituyendo, incluso provisionalmente, sus primeros desembolsos (v¨ªa BEI, o con endeudamiento propio de la Comisi¨®n como en el SURE). Y aumentar su dotaci¨®n, como requer¨ªa el Tribunal de Cuentas comunitario. Y...
Pero competir ?desde el aplauso! Porque los est¨ªmulos de Biden tienen un efecto arrastre en la econom¨ªa europea (y global). Porque sus objetivos y estructura (pol¨ªtica clim¨¢tica, energ¨ªa renovable, I+D) calcan la Next Generation EU. Y porque congelan el designio de los halcones de volver al austeritarismo.
Obvio. Pues la expansi¨®n fiscal debe continuar ¡°mientras sigue la vacunaci¨®n, mejora la capacidad de detecci¨®n y la recuperaci¨®n econ¨®mica se refuerza¡±, reza el Monitor. O¨ªdo: no hasta que esta empiece. Hasta que sea imparable.
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