Sinfon¨ªa del plan

Criticar es deporte nacional. Seguramente hay motivos para ello a menudo y en muchas ocasiones una intenci¨®n constructiva. Para la econom¨ªa espa?ola, el momento es de urgencia. Existe ya un plan que el Consejo de Ministros aprob¨® ayer y que ser¨¢ enviado a Bruselas este viernes para su validaci¨®n, con la vista puesta en que, en verano, lleguen los primeros fondos. Puede que adolezca de falta de concreci¨®n, pero, en este momento, tal vez nos baste con unas l¨ªneas directrices y, sobre todo, que sea ambicioso. Avanzar en torno a un plan no es una cuesti¨®n despreciable por dos motivos. En primer lugar, los criterios de gasto vienen marcados por la UE y son distintos de los habituales, m¨¢s transformadores. En segundo lugar, el sector empresarial espa?ol se ha involucrado para promover ¡°proyectos tractores¡±. No muy lejos de aqu¨ª, otro de los grandes receptores de fondos europeos, Italia, con el muy reputado Mario Draghi a la cabeza, pretende modernizar su pa¨ªs, con un plan que no difiere tanto del espa?ol en concreci¨®n, pero que identifica sin complejos problemas estructurales sin tapujos. En ambos territorios, la credibilidad y profundidad de la acci¨®n va a depender de su control y de reformas aparejadas e incentivos que acompa?en al gasto.

El plan supone un movimiento muchas veces ansiado y que la aritm¨¦tica electoral ha hecho casi imposible hasta ahora: poder incrementar partidas de gasto que los economistas han considerado, hasta ahora, m¨¢s prioritarias que los pol¨ªticos (investigaci¨®n, digitalizaci¨®n, formaci¨®n o sostenibilidad ambiental) sin que esto vaya en detrimento de los gastos habituales (gasto social y sanitario, por ejemplo). Los porcentajes de gasto son como los colores, van por gustos y seg¨²n c¨®mo cada cual hubi¨¦ramos dise?ado el plan. Tal vez hubiera sido preferible poner algo m¨¢s en I+D, que solamente se lleva un 7% del gasto. Esta distribuci¨®n se puede mejorar aun si las partidas dedicadas a sostenibilidad y digitalizaci¨®n ¡ªque son mayoritarias¡ª estimulan la investigaci¨®n aplicada.

Los grandes enunciados del plan l¨®gicamente suenan bien, aunque habr¨¢ que esperar a conocer todos los detalles en unos d¨ªas. El documento incluye 110 inversiones y 102 reformas. Los llamados ¡°macroplanes tractores¡± incluyen el coche el¨¦ctrico, la rehabilitaci¨®n de edificios y el 5G, pero tambi¨¦n la preservaci¨®n de recursos h¨ªdricos o la econom¨ªa de los cuidados. Todos y cada uno de ellos deben tener los incentivos adecuados para que el gasto no sea cosa de un d¨ªa, sino que perduren y generen su propia inercia. Desde la posibilidad de cubrir energ¨¦ticamente un parque el¨¦ctrico de veh¨ªculos hasta la cobertura y coste para el ciudadano de acceder al 5G son cuestiones cruciales.

Por ¨²ltimo, Espa?a no podr¨¢ alejarse de las medidas transversales que ya han tomado otros pa¨ªses con los que competimos en todo (Italia, Portugal), que se han adelantado a anunciar una reducci¨®n de impuestos a corto plazo y mejores incentivos, como la eliminaci¨®n de burocracia. Las acciones futuras de pol¨ªtica econ¨®mica deben estar coordinadas dentro y fuera del pa¨ªs para que sean un todo sinf¨®nico y no terminen siendo un collage algo desafinado, con resultados desiguales.