Karlsruhe se rinde dos veces
Ahora solo queda por disolver el atentado jur¨ªdico del Tribunal Constitucional alem¨¢n a la primac¨ªa del derecho comunitario sobre el nacional
Los Veintisiete acaban de dar luz verde al Plan de recuperaci¨®n europeo Next Generation al aprobar la asignatura que le quedaba pendiente al gran impulso fiscal de 750.000 millones de euros: la ratificaci¨®n de la nueva Decisi¨®n de Recursos Propios, o sea, los impuestos europeos con que se amortizar¨¢n los eurobonos.
La han podido ratificar porque antes el Tribunal Constitucional de Alemania, con sede en Karslruhe...
Los Veintisiete acaban de dar luz verde al Plan de recuperaci¨®n europeo Next Generation al aprobar la asignatura que le quedaba pendiente al gran impulso fiscal de 750.000 millones de euros: la ratificaci¨®n de la nueva Decisi¨®n de Recursos Propios, o sea, los impuestos europeos con que se amortizar¨¢n los eurobonos.
La han podido ratificar porque antes el Tribunal Constitucional de Alemania, con sede en Karslruhe, se rindi¨® el 21 de abril en su bloqueo a los nuevos recursos financieros, que hab¨ªa decretado el 26 de marzo a instancias de la ultraderecha local. Entonces prohibi¨® temporalmente al presidente federal que los ratificase, hasta dirimir el litigio incoado.
Finalmente el 21 de abril le autoriz¨®, rechazando la paralizaci¨®n cautelar que pretend¨ªan los ultras. Argument¨® que el da?o para la recuperaci¨®n de la crisis econ¨®mica pand¨¦mica y para la credibilidad del pa¨ªs que generar¨ªa esa par¨¢lisis ser¨ªa superior al que evitar¨ªa, aduciendo como ¡°improbable¡± que acabase d¨¢ndoles la raz¨®n en la cuesti¨®n de fondo (a¨²n pendiente): la mella en su ¡°identidad constitucional¡± (art¨ªculo 79), y pues, en su pol¨ªtica econ¨®mica nacional.
La rendici¨®n al ¨ªmpetu europeo se aprecia en que sentencias anteriores de Karlsruhe hab¨ªan subrayado que lo esencial era conservar la capacidad de decisi¨®n de un n¨²cleo duro suficiente de esa pol¨ªtica econ¨®mica. Ahora invierte las tornas. Las garant¨ªas de Berl¨ªn a los eurobonos solo se violar¨ªan, proclama, ¡°si esos compromisos financieros no solo acarreasen el efecto de restringir la autonom¨ªa presupuestaria, sino que negasen esencialmente esa autonom¨ªa¡±. As¨ª que se conforma con mantener siquiera un m¨ªnimo grado de influencia.
La cosa era de caj¨®n. Porque aunque el esfuerzo fiscal de la Next Generation tendr¨¢ un impacto enorme, las responsabilidades nacionales que entra?a quedan acotadas. En el caso de Alemania, y puestos a lo peor ¡ªa saber, que fracasaran los nuevos impuestos y que ninguno de sus 26 socios cumpliese con su obligaci¨®n de aportar su cuota para reemplazarlos con dinero fresco directo¡ª, deber¨ªa a?adir, si no falla la calculadora, hasta 562.500 millones a su stock de deuda (o sea, tres cuartas partes de los 750.000, pues su cuota es del 25%), que alcanz¨® los 2,3 billones en 2020. Su ratio de endeudamiento pasar¨ªa as¨ª del 69,8% del PIB al 86,6%, apenas cuatro puntos m¨¢s que su pico de 2010, el 82,3%. Algo perfectamente digerible¡ y competitivo.
As¨ª que no habr¨¢ nubes para el fondo de recuperaci¨®n de la UE por la a¨²n pendiente decisi¨®n definitiva del tribunal alem¨¢n. Salvo para su engrandecimiento y deseable salto cualitativo futuro, por la insidiosa interferencia que entra?a su anuncio de que ¡°revisar¨¢¡± si la Decisi¨®n de recursos propios ¡°pudiera conducir a instrumentos permanentes que esencialmente supusieran la asunci¨®n de responsabilidades por causa de decisiones tomadas por otros Estados¡±. Justo el Tesoro permanente que alg¨²n d¨ªa se precisar¨¢ para alcanzar la uni¨®n fiscal y poder actuar como Joe Biden.
A esa rendici¨®n le sigui¨® casi inmediatamente otra, el 18 de mayo, en un asunto de inter¨¦s concomitante. El Tribunal Constitucional alem¨¢n dio carpetazo final a los pleitos (siempre ultraderechistas) contra el Programa de Compras de Activos P¨²blicos (PSPP), que puso en marcha el BCE de Mario Draghi en 2015 para rematar la Gran Recesi¨®n, y que bajo Christine Lagarde se han ampliado mediante el programa contra la crisis pand¨¦mica (PEEP).
Tras desafiar ilegalmente al Tribunal de Justicia de la UE ¡ªquien ostenta la verdadera competencia final en estos asuntos¡ª, que hab¨ªa validado en 2018 el programa de Draghi, los magistrados alemanes consideraron que se hab¨ªa adoptado sin explicitar los motivos de su ¡°proporcionalidad¡±. Y el 5 de mayo de 2020 obligaron al Bundesbank a parar en tres meses sus compras de bonos p¨²blicos si en ese plazo no se documentaban, poniendo a la vez en un brete al Parlamento y al Gobierno federal y sus compromisos europeos.
En su reciente sentencia rebobinan y dan por satisfechas sus reclamaciones de explicaci¨®n de esa ¡°proporcionalidad¡±, con lo que reculan en su estrategia de demolici¨®n de las pol¨ªticas monetarias expansivas de Fr¨¢ncfort que han salvado a la zona euro.
Pero lo hacen con un cinismo insuperable. Intentan salvar su error aparentando que es el BCE quien rectific¨® su falta de proporcionalidad en el PSPP: de evaluaci¨®n sobre su relaci¨®n coste-beneficio, de discusi¨®n de otras opciones, de las interacciones con la pol¨ªtica fiscal y de an¨¢lisis de los posibles efectos negativos¡ aludiendo a que lo hizo posteriormente a su ultim¨¢tum del 5 de mayo. Indica que lo hizo en el Consejo de Gobierno del 3 y 4 de junio, cuyas prolijas actas dan cuenta de una discusi¨®n en profundidad sobre todo ello; y que envi¨® a trav¨¦s del Bundesbank ¡°documentos clasificados¡± al Parlamento alem¨¢n.
Falso de media falsedad. El banco central hizo todo eso, s¨ª, y en esa fecha, s¨ª. Pero hab¨ªa evaluado la proporcionalidad y dem¨¢s exigencias much¨ªsimo antes. Desde el principio del programa de compras. Concretamente, en el consejo de Gobierno del 21 y 22 de enero de 2015, en que aprob¨® el PSPP tras una discusi¨®n larga, detallista y enconada¡ como Karlsruhe hubiese podido apreciar simplemente habiendo le¨ªdo las actas de ese encuentro decisivo: ?aquel en que se inaugur¨®!
Ah¨ª est¨¢ todo. La propuesta de expansi¨®n cuantitativa inmediata para activar la an¨¦mica inflaci¨®n y las posiciones contrarias de los halcones; las opciones entre ¡°actuar en esta reuni¨®n¡± y la de ¡°esperar y ver¡±; las ventajas e inconvenientes de cada una; las caracter¨ªsticas, conveniencia y proporcionalidad de las compras, seg¨²n la ¡°clave de reparto¡± de cada pa¨ªs en el capital; su cuant¨ªa, discutida en 50.000 millones de euros, finalmente elevados a 60.000 millones; la evaluaci¨®n de eventuales p¨¦rdidas¡
Si los magistrados las hubieran le¨ªdo hace seis a?os, si hubieran trabajado, si hubiesen visto lo que era p¨²blico, como estaban obligados, no habr¨ªan interferido en el banco central, no habr¨ªan desafiado al TJUE, no hubiesen hecho el rid¨ªculo. Otros cumplieron. Como el experto Charles Wyplosz, que profundiz¨® en las entra?as de las actas y celebr¨® la nueva transparencia de la entidad en un temprano art¨ªculo tambi¨¦n p¨²blico (ECB minutes: what really tell us, Vox-CEPR, 2/3/2015).
As¨ª que rendido el tribunal alem¨¢n por fuerza de los argumentos en el aspecto econ¨®mico-monetario de estas batallas, solo queda por disolver su atentado jur¨ªdico a la primac¨ªa del derecho comunitario sobre el nacional, y del TJUE sobre s¨ª mismo. Pero para ello, la Comisi¨®n Europea deber¨¢ cumplir el compromiso de la vicepresidenta V¨¨ra Jourov¨¢ de abrir un expediente de infracci¨®n a Alemania: porque de lo contrario ¡°dar¨ªamos un impulso¡± a los h¨²ngaros y polacos que pretenden imitar los golpes de Karslruhe a la construcci¨®n europea (Der Spiegel, 29/9/2020). Si Ursula von der Leyen no lo impide. Tendr¨¢ que explicarse.