Alumnos contra profesores: la batalla de los apuntes
La web de descargas de notas acad¨¦micas Wuolah hace caja a trav¨¦s de los estudiantes que suben las explicaciones
La pr¨¢ctica de compartir apuntes es tan antigua como la propia universidad. Sin embargo, internet ha permitido extender esta actividad extramuros del grupo de compa?eros, convirtiendo lo que en principio era una actividad sin ¨¢nimo de lucro en un negocio donde las plataformas digitales hacen caja a partir del trabajo de los profesores.
Wuolah es la ¡°plataforma l¨ªder de descarga de apuntes entre los pa¨ªses de habla hispana¡±, donde ¡°cada d¨ªa miles de estudiantes intercambian documentos¡±, seg¨²n la p¨¢gina web de esta empresa que naci¨® gracias a una idea que tuvieron cuatro universitarios sevillanos en 2015. En ella, los estudiantes pueden ¡°descargar de forma gratuita los m¨¢s de cuatro millones de documentos con publicidad que hay subidos a la plataforma¡± o hacerlo sin publicidad, pero abonando una cantidad de dinero determinada. La plataforma recomienda hacer las descargas pagando porque ¡°es una buena forma de suprimir el contenido de los documentos que puede distraer¡± al alumno, como son los logos de las empresas que se anuncian en los m¨¢rgenes de los apuntes.
En concreto, seg¨²n promocionan esta semana, un Wuolah Coin equivale a una descarga sin publicidad. Por diez de estas monedas (cuestan 4,95 euros) se tienen diez apuntes sin anuncios. Por 200 monedas (el precio es de 19,95 euros) se tiene acceso a 200 notas.
Por otro lado, la compa?¨ªa remunera a los usuarios que suben los apuntes en funci¨®n del n¨²mero de descargas. Seg¨²n explica Enrique Ruiz, uno de los fundadores, si se lo toman ¡°muy en serio¡± los estudiantes pueden ganar al mes ¡°unos 100 euros¡±, aunque la mayor¨ªa de ellos ¡°suele ganar unos 30 o 40 euros al a?o¡±. La empresa, por su parte, ha recaudado m¨¢s de un mill¨®n de euros de rondas de inversi¨®n y ha sido apadrinada por la aceleradora de start-ups de la Junta de Andaluc¨ªa.
Seg¨²n Ruiz, ¡°el gran incentivo¡± para los estudiantes ¡°es el reconocimiento social¡±, es decir, ¡°ver el n¨²mero de las descargas y sentir la admiraci¨®n¡± del resto de compa?eros. Sin embargo, esta pr¨¢ctica est¨¢ generando malestar entre diferentes profesores universitarios, que denuncian, entre otras cuestiones, que da lugar a un nuevo modelo de negocio que amenaza sus derechos de propiedad intelectual.
Beneficios variables
Andr¨¦s Recalde, catedr¨¢tico de Derecho Mercantil de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, explica que ¡°la ganancia que los estudiantes pueden obtener¡± con sus materiales ¡°es m¨ªnima, pero una aplicaci¨®n empresarial juega con grandes n¨²meros¡±. As¨ª, ¡°mis apuntes, junto con los de muchos otros profesores, le pueden suponer un beneficio significativo, por mucho que a los estudiantes poco les reporte¡±.
El profesor se?ala que cuando deja a sus alumnos los materiales de estudio que ha elaborado, lo hace ¡°gratuitamente¡±, con fines docentes. ¡°No me importa que los estudiantes los utilicen o los transformen. Tan solo espero que se respete una indicaci¨®n sobre mi autor¨ªa¡±. Por eso, cree que si ¨¦l no se lucra con sus materiales did¨¢cticos, tampoco lo deben hacer otras personas.
La gran inc¨®gnita que generan plataformas como Wuolah es si se vulneran los derechos de propiedad intelectual de los profesores al haber ¨¢nimo de lucro. Mar¨ªa ?ngela Fern¨¢ndez, asociada s¨¦nior del despacho de abogados Bird & Bird, se?ala que no es una ¡°cuesti¨®n sencilla¡± de responder. Aunque hay que analizar cada caso, se pueden diferenciar tres supuestos. En primer lugar, que el profesor no est¨¦ amparado por la ley de propiedad intelectual, que ¡°no permite la protecci¨®n de ideas abstractas¡±. As¨ª, por ejemplo, si el docente solo explica las leyes de la termodin¨¢mica, esas ideas no ser¨ªan susceptibles de salvaguarda porque se trata de conceptos ¡°ya existentes¡±.
Tampoco habr¨ªa vulneraci¨®n si se cita ¡°al autor y la fuente con el fin de la docencia¡±. Pero ¡°no puedes copiar un manual entero, aunque sea identificando al autor. La cita debe limitarse a ense?ar un concepto¡±, advierte.
Cuesti¨®n distinta tiene lugar cuando el maestro expresa ¡°de una forma novedosa¡± los conceptos, en cuyo caso la ¡°obra¡± s¨ª podr¨ªa ser susceptible de amparo. Ser¨ªa el caso, por ejemplo, del profesor de Derecho Romano que crea una historia para explicarle a sus alumnos las instituciones que hab¨ªa en Roma, ilustra la abogada.
Y es que, las explicaciones del profesor en clase son susceptibles de protecci¨®n cuando son de su propia autor¨ªa, es decir, cuando van m¨¢s all¨¢ de reproducir un manual. ¡°Partiendo de esta premisa, los alumnos que las transcriben literalmente no pueden atribu¨ªrselas. Por tanto, para llevar a cabo actos de explotaci¨®n, el alumno necesitar¨ªa la autorizaci¨®n previa del docente o de otro modo estar¨ªa infringiendo los derechos de propiedad intelectual que le corresponden¡± al titular de la asignatura, sostiene Cristina Villasante, socia de Ecija Abogados.
De ser as¨ª, y ¡°sin perjuicio de las consecuencias que la plataforma haya podido prever en sus t¨¦rminos y condiciones, como la cancelaci¨®n de la cuenta del usuario o la retirada de los contenidos, el profesor podr¨ªa reclamar al alumno infractor una indemnizaci¨®n por da?os y perjuicios¡±, manifiesta.
Fuera de estos casos, el alumno podr¨ªa desarrollar una creaci¨®n propia susceptible de explotaci¨®n econ¨®mica. Para ello, los apuntes deben elaborarse ¡°de forma original¡±, utilizando las explicaciones del profesor como ¡°meras citas que complementan el resto del texto¡±, explica Villasante. Ser¨ªa el caso del estudiante que crea un esquema nuevo para aprender las valencias.
El rinc¨®n del vago
Antes que Wuolah, otras p¨¢ginas de descarga de apuntes como Patata Brava o el Rinc¨®n del Vago pusieron a prueba los derechos de autor. Javier D¨ªaz de Olarte, responsable jur¨ªdico del Centro Espa?ol de Derechos Reprogr¨¢ficos, critica que ¡°en Espa?a se olvida que la propiedad intelectual es un derecho, probablemente porque recae sobre algo inmaterial a lo que resulta f¨¢cil acceder¡±. Sin embargo, ¡°no todo lo que puede hacerse con un simple clic es legal¡±. Por eso, defiende ¡°la importancia de la labor creativa, en su faceta cultural y econ¨®mica, y la necesidad de respetar el producto de esa actividad¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.