Bal¨®n de ox¨ªgeno del BCE
El nuevo objetivo de inflaci¨®n deber¨ªa ser la primera etapa de una pol¨ªtica monetaria pospandemia
El cambio de estrategia de inflaci¨®n por parte del Banco Central Europeo (BCE) es una decisi¨®n inteligente, y beneficiosa para una econom¨ªa endeudada como la espa?ola, pero no despeja las dudas acerca del riesgo de burbujas financieras inherente al mantenimiento de una pol¨ªtica ultraexpansiva durante un tiempo prolongado.
Uno de los rasgos m¨¢s destacables de la evoluci¨®n reciente es el retorno de la inflaci¨®n, desde tasas negativas al final del pasado a?o hasta un 2,6% en junio y apuntando inexorablemente al alza, al menos a corto plazo ¡ªuna circunstancia que hubiera dado alas a los halcones que preconizan un endurecimiento de las condiciones monetarias¡ª. Parad¨®jicamente, al aceptar un objetivo sim¨¦trico en torno al 2% ¡ªahora los precios pueden desviarse al alza, y no solo a la baja¡ª el banco central aporta mayor credibilidad a la meta que persigue, la de una inflaci¨®n positiva.
La decisi¨®n no se pod¨ªa retrasar m¨¢s. En primer lugar, porque las tensiones est¨¢n siendo m¨¢s intensas, por el encarecimiento de la electricidad as¨ª como la reversi¨®n de las bajadas del precio del petr¨®leo que tuvieron lugar el a?o pasado en los meses iniciales de la pandemia. A partir de agosto habr¨¢ nuevos efectos de reversi¨®n de bajadas de precios, en este caso en los servicios, de modo que la tasa de inflaci¨®n volver¨¢ a ascender hasta situarse por encima del 3%. O incluso m¨¢s en el caso de Alemania.
Adem¨¢s, la escalada de los costes internacionales de producci¨®n podr¨ªa trasladarse a la inflaci¨®n interna. Los indicadores de precios pagados por la industria rozan m¨¢ximos de dos d¨¦cadas, y una tendencia similar se vislumbra en los servicios. Tarde o temprano las empresas tendr¨¢n que repercutir los costes a los precios de venta. En los segmentos que se acercan al pleno empleo, tambi¨¦n deber¨ªan provocar incrementos salariales, iniciando un proceso de inflaci¨®n subyacente. No olvidemos que todos los pa¨ªses de la eurozona, salvo Espa?a, Grecia e Italia, mantienen tasas de paro inferiores al 10%, acariciando en algunos casos el pleno empleo de la poblaci¨®n activa (Alemania, Austria y Holanda, por ejemplo). En Espa?a, sin embargo, el d¨¦ficit de empleo es patente, especialmente entre j¨®venes y trabajadores s¨¦nior (gr¨¢fico).
Por otra parte, el apoyo monetario sigue siendo imprescindible para mantener la senda de recuperaci¨®n econ¨®mica. Si bien la actividad mejora, fruto de la liberaci¨®n de la demanda que se hab¨ªa quedado embalsada durante la crisis y del incremento de la movilidad, tambi¨¦n surgen nuevas incertidumbres, tal la ¡°variante delta¡± del virus y su impacto en la econom¨ªa global y en especial en el turismo. El entorno sigue siendo extraordinariamente vol¨¢til, y por tanto era crucial que la pol¨ªtica monetaria ampliara su capacidad de reacci¨®n, algo que ha conseguido flexibilizando el objetivo de inflaci¨®n.
Si bien el contexto aboga por el mantenimiento de los est¨ªmulos monetarios, ojo con los efectos colaterales. El m¨¢s visible es el incremento acusado del precio de la vivienda registrado en la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos. En los grandes centros urbanos el metro cuadrado prosigue su escalada, inmune a la pandemia. Espa?a va por ese camino aunque con algo de retraso.
Consciente de los riesgos para la estabilidad financiera, el BCE promete incorporar el precio de la vivienda en su medici¨®n de la inflaci¨®n. Esta es una buena idea, aunque compleja metodol¨®gicamente y que llevar¨¢ tiempo en realizarse: inundar los mercados de liquidez y a la vez limitar la inflaci¨®n de activos financieros y de vivienda, esa es la cuadratura del c¨ªrculo a que se enfrentan los banqueros centrales.
El BCE da un respiro, pero la clave no est¨¢ en la inflaci¨®n, sino en si prorroga su programa de compra de deuda iniciado con la pandemia. El reto para la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola es aprovechar la ventana de oportunidad, prepar¨¢ndose a un entorno de menor dependencia del banco central en su colocaci¨®n de deuda, y limitando los riesgos asociados a un contexto de abundante liquidez.
Turismo
Los indicadores coyunturales de actividad apuntaban hasta fechas recientes a una temporada tur¨ªstica alentadora. A mediados de junio, las reservas de viajes en avi¨®n hacia Espa?a se situaban un 5,2% por encima de los niveles registrados en el mismo periodo de 2019 (los valores eran de un 70% inferiores a inicios de a?o). Desde entonces, sin embargo, el sector se resiente del incremento de contagios provocado por la variante delta y las medidas preventivas anunciadas por algunos gobiernos. As¨ª pues, a finales de junio, las reservas ca¨ªan un 23,4% con respecto al mismo periodo de 2019.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_
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