?Deber¨ªa pagar impuestos solo la gente de a pie?

Soy el mayor esc¨¦ptico frente a los pol¨ªticos que ven en la reducci¨®n de impuestos a los ricos la soluci¨®n a todos los problemas. De hecho, la afirmaci¨®n de que las rebajas de impuestos pueden hacer magia es un ejemplo buen¨ªsimo de idea zombi, una idea que se mantiene viva, a pesar de las pruebas abrumadoras en su contra, porque su supervivencia redunda en beneficio de los donantes ricos.

Pero hasta a m¨ª me tom¨® por sorpresa que los republicanos que negocian una posible ley de infraestructuras descartaran pagarla en parte dando al Servicio de Impuestos Internos (IRS por sus siglas en ingl¨¦s) m¨¢s recursos para perseguir la evasi¨®n fiscal. Se trata de algo muy importante. El Departamento del Tesoro cree que el ¡°desfase fiscal¡±, impuestos debidos pero no pagados, supera los 500.000 millones de d¨®lares anuales; algunos c¨¢lculos dan una cifra mucho m¨¢s elevada. Y el Gobierno de Biden propone dar al IRS recursos suficientes para reducir este desfase, como forma de ayudar a pagar la inversi¨®n en el futuro de Estados Unidos.

Pero si el Gobierno sigue esta senda, lo har¨¢ aparentemente sin el respaldo del Partido Republicano. Seamos claros: a m¨ª no me sorprende saber que un n¨²mero considerable de senadores se muestre comprensivo con los intereses de los fraudes fiscales de los ricos, que sean objetivamente favorables a la evasi¨®n fiscal. S¨ª me sorprende, sin embargo, que est¨¦n dispuestos a mostrar tan abiertamente sus simpat¨ªas. Al fin y al cabo, hay una gran diferencia entre defender que hay que bajar los impuestos a los ricos, y sostener de hecho que debemos permitir a los ricos que no pagan lo que la ley establece que se salgan con la suya.

Para empezar, no creo que ni siquiera los derechistas se atreviesen a utilizar los habituales argumentos favorables a la rebaja de los tipos fiscales, con todo lo dudosos que son, para defender la evasi¨®n fiscal. ?Qui¨¦n sostendr¨ªa en serio que lo ¨²nico que mantiene en movimiento a los ¡°creadores de puestos de trabajo¡± es su creencia de que pueden evadir los impuestos que la ley les obliga a pagar?

?Y qui¨¦nes son aqu¨ª los posibles electores? Cuando un millonario o multimillonario evade impuestos, lo hace a expensas de todos los dem¨¢s: un mayor d¨¦ficit podr¨ªa significar un menor margen para el gasto social, pero tambi¨¦n significa un menor margen para las rebajas de impuestos legales. De modo que todo el mundo deber¨ªa estar a favor de que se tomen medidas contra los defraudadores, es decir, todos menos los propios defraudadores. Podr¨ªamos pensar incluso que los estadounidenses ricos que pagan lo que deben, ya sea por escr¨²pulos o porque les importa su reputaci¨®n, se enfadar¨ªan especialmente con aquellos de sus iguales que se saltan las normas.

Una cosa antes de seguir: he estado escribiendo como si la evasi¨®n fiscal fuera una actividad a la que se dedican solo los ricos. Claramente, eso no es completamente cierto; si alg¨²n fontanero o mec¨¢nico de coches les ha ofrecido un descuento por pagar en efectivo, seguramente se hacen una idea de cu¨¢les son los motivos. Pero, en su mayor¨ªa, los estadounidenses obtienen sus rentas de sueldos y salarios, ambos sometidos a retenciones y declarados autom¨¢ticamente a la Administraci¨®n, de modo que tienen pocas oportunidades de defraudar.

De modo que la evasi¨®n fiscal afecta principalmente a los ingresos de sociedades o, mejor dicho, a los ingresos de ¡°sociedades¡±, porque se produce principalmente a trav¨¦s de compa?¨ªas y otras entidades, como las sociedades an¨®nimas de tipo S, que no producen de hecho bienes y servicios, sino que son principalmente ficciones contables. Hay algunas razones leg¨ªtimas por las que se permite la existencia de estas entidades, como, por ejemplo, ayudar en la planificaci¨®n de las jubilaciones. Pero tambi¨¦n ofrecen formas de ocultar ingresos a las autoridades fiscales: declaraci¨®n de ingresos por debajo de la cifra real, exageraci¨®n de gastos, beneficios personales ¡ªcomo el apartamento que la Organizaci¨®n Trump proporcionaba a su jefe financiero¡ª declarados como gastos de empresa y no como rentas de personas f¨ªsicas.

Y estas oportunidades de ocultar rentas se concentran en la cima; recientemente se ha calculado que m¨¢s del 20% de las rentas percibidas por el 1% m¨¢s rico de la poblaci¨®n queda sin declarar. ?C¨®mo puede entonces alguien justificar que no se persigan estos abusos? Hasta donde yo he visto, los republicanos que se oponen al reforzamiento de las medidas antifraude ni siquiera intentan justificarse, excepto planteando alegaciones viejas y desacreditadas hace tiempo de que el IRS ataca directamente a los grupos conservadores. Pero parecen decididos a defender los privilegios de los defraudadores fiscales ricos. ?Por qu¨¦?

Algunos grandes defraudadores son tambi¨¦n grandes donantes pol¨ªticos. Lo que yo insinuar¨ªa es que la fuerza que los defraudadores tienen en el Partido Republicano ha ido aumentando de hecho a medida que el partido ha ido enloqueciendo. Siempre ha habido ricos a los que les disgusta que la derecha asuma la hostilidad racial y las guerras culturales, pero est¨¢n dispuestos a tragarse su asco mientras los republicanos sigan manteniendo bajos los impuestos. Pero a medida que el Partido Republicano se ha ido volviendo m¨¢s extremista, a medida que se convert¨ªa en el partido de las mentiras electorales y la insurrecci¨®n violenta, ?qu¨¦ ricos siguen dispuestos a aceptar esa compensaci¨®n?

Algunos estadounidenses acaudalados siempre han sido derechistas radicales. Pero en cuanto al resto, la base del partido dentro de la clase donante se compone cada vez m¨¢s de los ricos con menos escr¨²pulos y menos preocupados por su reputaci¨®n, que son precisamente el tipo de gente que m¨¢s probabilidades tiene de evadir impuestos descaradamente. De modo que, a lo mejor, una forma de entender la oposici¨®n al fortalecimiento del IRS es que representa una alianza imp¨ªa entre supremacistas blancos y defraudadores fiscales. ?Verdad que este es un pa¨ªs asombroso?

Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2021. raducci¨®n de News Clips