El BCE tiene el foco algo desviado
No se entiende bien que el organismo se haya centrado en modificar su orientaci¨®n sobre las subidas de tipos de inter¨¦s, que nadie prev¨¦ antes de 2023
Esta semana el Banco Central Europeo (BCE) celebraba su primera reuni¨®n tras adelantar hace unos d¨ªas la revisi¨®n de su estrategia de pol¨ªtica monetaria, en la que pas¨® de un objetivo de algo por debajo del 2%, a uno sim¨¦trico alrededor del 2%, algo m¨¢s claro y flexible que el anterior. Eso sin llegar a los niveles de la Reserva Federal, que adopt¨® un objetivo de inflaci¨®n promedio hace varios meses, y se comprometi¨® a compensar los per¨ªodos de inflaci¨®n por debajo de su objetivo por otros por encima del mismo, una estrategia algo m¨¢s atrevida que la del BCE.
En esta reuni¨®n, el BCE afrontaba un doble reto. Por un lado, concretar y trasladar bien la nueva estrategia, dado que uno de los objetivos declarados de la presidenta Christine Lagarde en esta nueva etapa era mejorar la comunicaci¨®n. Y, por otro, tomar decisiones sobre las pol¨ªticas en curso y m¨¢s concretamente acerca de las compras de activos antes de la expiraci¨®n prevista el pr¨®ximo marzo del PEPP ¡ªel programa de emergencia de compra de bonos ligado a la pandemia¡ª que puede suponer un tensionamiento brusco de las condiciones financieras.
Las sensaciones que deja esta reuni¨®n son un tanto mixtas. Por ejemplo, no se entiende bien que, dentro del conjunto de medidas de pol¨ªtica monetaria, el BCE haya puesto el foco en modificar su orientaci¨®n (forward guidance) sobre las subidas de tipos de inter¨¦s, que nadie prev¨¦ antes de 2023, aparentemente queriendo reforzar de forma persistente el tono acomodaticio de la pol¨ªtica monetaria, en lugar de hacerlo sobre el programa de compras, una decisi¨®n m¨¢s acuciante cuando la eurozona est¨¢ cerca del l¨ªmite inferior de la pol¨ªtica monetaria. Igualmente sorprende que se hayan generado expectativas por los propios miembros del Consejo de Gobierno del BCE antes de la reuni¨®n, con declaraciones que auguraban un posible anuncio sobre alguna f¨®rmula de transici¨®n para el programa PEPP, que no se ha producido. Quiz¨¢s todo esto se debe al eterno debate interno, que Mario Draghi controlaba con desenvoltura florentina (a pesar de ser romano), y que ahora es m¨¢s dif¨ªcil de manejar.
Dicho esto, esta es s¨®lo la primera de una serie de reuniones que prometen ser intensas. La pr¨®xima, en septiembre, donde el BCE no podr¨¢ eludir dar una gu¨ªa sobre el PEPP. Si la carrera entre la variante Delta de la covid-19 y el ritmo de vacunaciones avanza bien y no frena excesivamente la fuerte recuperaci¨®n econ¨®mica y la inflaci¨®n abandona la zona deprimida de la ¨²ltima d¨¦cada, estaremos m¨¢s cerca de pasar a la fase de normalizaci¨®n monetaria. En este punto, la controversia en el seno del BCE se puede acentuar, por lo que ser¨¢n claves una clara orientaci¨®n y una buena comunicaci¨®n.
Sonsoles Castillo y Miguel Jim¨¦nez, BBVA Research
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