No hay hachazo; apenas, pellizco fiscal
El catastrofismo de ciertos titulares es, am¨¦n de est¨²pido, pertinaz
El hachazo augurado para este a?o por los tremendistas ha quedado apenas en rasgu?o: los nuevos impuestos recaudan migajas. Pero el catastrofismo de ciertos titulares es, am¨¦n de est¨²pido, pertinaz: prev¨¦ para 2022 sablazos, golpes y mazazos tributarios.
En realidad, no hay alzas de tipos impositivos. Si acaso alg¨²n ligero retoque en las cotizaciones de los aut¨®nomos (tres d¨¦cimas sobre el 30,6%) y el adelanto de la reducci¨®n de las bonificaciones de las empresas espec¨ªficas tenedoras de viviendas (del 85% al 40%).
Ni siquiera la modificaci¨®n del impuesto de sociedades es un alza del tipo impositivo, sino un suelo del 15%... para una figura que prev¨¦ exacciones del 30% y del 25%: consiste en que tras las exenciones y deducciones, ese impuesto no quede como un agujero de emmental; que ascienda al menos al 15%. As¨ª que el resultado ser¨¢ un pellizco simb¨®lico: de 400 millones de euros adicionales en (el segundo a?o) 2023.
Ya tiene escrito el agudo fiscalista Antoni Dur¨¢n-Sindreu que ¡°nuestro sistema tributario es un coladero de privilegios, incentivos, deducciones, exenciones y reg¨ªmenes especiales¡±, pautados seg¨²n la influencia de los grupos de presi¨®n m¨¢s activos en cada momento.
Otro gallo nos cantara ¡ªtanto a detractores como a partidarios de una fiscalidad contundente, m¨¢s cercana a la europea, que nos aventaja en siete puntos porcentuales de recaudaci¨®n¡ª, si ese suelo tipo efectivo m¨ªnimo del 15% para 2022 fuese sobre beneficios (resultado contable) de las empresas facturantes por m¨¢s de 750 millones, como acaba de acordar la OCDE.
Pues no. Es m¨¢s benigno, grava la base imponible y no los beneficios, lo que ser¨ªa una inyecci¨®n en vena para Hacienda. Quiz¨¢ su levedad ayude a afianzar la recuperaci¨®n, pero entonces, mejor callen los jerem¨ªas que profetizan ruinas empresariales.
Y es que la secuencia de sociedades es escandalosa. En 2007 recaudaba 44.823 millones; cay¨® a menos de la mitad y en 2019 caz¨® solo 23.733 millones. La previsi¨®n tras el sablazo para 2022 la sit¨²a en 24.477 millones: ni la cuarta parte de lo que colectar¨¢ el impuesto sobre la renta. Tanto el IRPF como la tercera gran figura impositiva, el IVA, se han recuperado holgadamente desde la anterior Gran Recesi¨®n, a diferencia de sociedades. Suben, respectivamente, de 72.614 millones en 2007 a 100.132 en 2022; y de 55.851 millones a 75.651.
Parte de la ins¨®lita mengua en la tasa empresarial obedece al generoso trato de sus p¨¦rdidas (compensables en varios a?os) y a la exenci¨®n de los beneficios generados por las filiales en el exterior (incluidos para¨ªsos/semipara¨ªsos fiscales), para evitar la doble imposici¨®n... logrando a veces lo contrario, la doble exenci¨®n.
El cepillo por sociedades debe registrar en 2022 una t¨ªmida resurrecci¨®n desde 2019 (23.733 millones), aunque inferior a 2018. La nueva senda que ahora se otea (descrestando cada vez m¨¢s deducciones injustificadas) no ha sido coser y cantar.
Es producto de una intensa labor legislativa, europea y dom¨¦stica. Punta de lanza de la OCDE en la lucha contra la erosi¨®n de las bases fiscales, por elusi¨®n y evasi¨®n, la UE remodel¨® hace un quinquenio su vieja directiva de ¡°matrices y filiales¡±. El texto (2016/1164) fij¨® el pago de impuestos donde se generen beneficios; persigui¨® la ¡°planificaci¨®n fiscal abusiva¡± y ¡°el traslado de beneficios¡± fuera del mercado interior.
La traspuso a casa, en julio, la ley espa?ola 11/2014, de medidas de prevenci¨®n y lucha contra el fraude fiscal. Prohibi¨® las amnist¨ªas fiscales y el software de doble uso apto para trampas contables, limit¨® a mil euros las transacciones f¨ªsicas. Y ensanch¨® los beneficios exteriores cotizantes de las sociedades (tambi¨¦n a los inmobiliarios y financieros), por encima del est¨¢ndar europeo. Y el Real decreto-ley 4/2021 combate la doble deducci¨®n de gastos.
La panoplia de exigencias legales se multiplica. Si bien a la tortuga le cuesta alcanzar a la liebre elusora/evasora. Por eso los inspectores de Hacienda agrupados en IHE piden m¨¢s: que se obligue a bancos y entidades espa?olas a proporcionar informaci¨®n sobre sus clientes de para¨ªsos.
Y sus colegas t¨¦cnicos (unos 8.500) representados en Gestha se quejan por no poder investigar, ellos, a las grandes empresas, que ¡°suponen el 80% de la evasi¨®n¡± y a las que ¡°se dedica solo un 20% de la fuerza inspectora¡±. A¨²n queda trecho.
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