Los para¨ªsos fiscales agrietan el Estado del bienestar
El desv¨ªo de beneficios por parte de empresas y la ocultaci¨®n de grandes fortunas generan agujeros millonarios en los ingresos p¨²blicos de los Estados
El dinero que ricos y multinacionales desv¨ªan cada a?o a los para¨ªsos fiscales no solo supone un agujero para las finanzas de los Estados, hoy en d¨ªa muy maltrechas por la pandemia. Son derechos que se agrietan, como ponen de manifiesto los Papeles de Pandora, una investigaci¨®n coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci¨®n (ICIJ). Los 427.000 millones de d¨®lares (368.200 millones de euros) que cada a?o acaban en estos territorios, seg¨²n el organismo independiente Tax Justice Network (TJN), se corresponden a casi 34 millones de salarios de personal de enfermer¨ªa.
¡°Cuando las grandes empresas y los ricos defraudan, todos sufrimos por unos servicios p¨²blicos m¨¢s deficientes¡±, reflexiona Alex Cobham, director ejecutivo de TJN. ¡°Adem¨¢s, los gobiernos son menos capaces de redistribuir y, por lo tanto, tambi¨¦n sufrimos mayores desigualdades¡±.
El concepto puede aparecer complejo, pero a efectos pr¨¢cticos es muy sencillo: toda evasi¨®n y elusi¨®n fiscal son servicios p¨²blicos potenciales que se evaporan. ¡°Es complicado de visualizar, porque son hospitales y escuelas que no existen¡±, ejemplifica Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal de Oxfam. ¡°Y hay una segunda parte: al final el Estado tiene que recortar gasto o aumentar la presi¨®n sobre las familias, que es lo que pas¨® en la anterior crisis. Es una especie de s¨¢ndwich para el ciudadano¡±.
Un s¨¢ndwich que exacerba la injusticia tributaria porque afecta m¨¢s a quien menos tiene, subraya Jos¨¦ Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia y presidente de la Comisi¨®n Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (Icrict). ¡°La elusi¨®n y evasi¨®n fiscal tienden a reducir los ingresos de los gobiernos, pero tambi¨¦n han generado un cambio en la composici¨®n de los impuestos hacia tributos indirectos, sobre todo en los pa¨ªses en desarrollo, que claramente han contribuido a aumentar la regresividad del sistema¡±, explica.
Un ejemplo claro es la ca¨ªda en picado del tipo del impuesto de sociedades ¨Den la OCDE, del 32,2% del a?o 2000 al 23,2% en 2020¨D o la pr¨¢ctica desaparici¨®n del mapa del tributo sobre el patrimonio. Con estos mimbres es inevitable pensar en aquella expresi¨®n del economista ?John Kenneth Galbraith que opon¨ªa ¡°la opulencia privada y la miseria p¨²blica¡±. Y parece cumplirse la profec¨ªa de que el modelo de crecimiento capitalista no puede sostener el Estado del bienestar.
El triunfo del libre mercado y la eclosi¨®n de la globalizaci¨®n justo han sido el terreno f¨¦rtil para que los para¨ªsos fiscales proliferaran a partir de los a?os noventa, y con ellos naciera una poderosa y silenciosa industria dedicada a dise?ar sofisticadas t¨¦cnicas para eludir impuestos y ocultar patrimonios. Legal o ilegalmente.
La opacidad que rodea este fen¨®meno dificulta adem¨¢s calcular su tama?o real, y mantuvo el debate alejado de la agenda p¨²blica durante a?os. Las cosas empezaron a cambiar tras la crisis financiera de 2008, recuerda el investigador Nicholas Shaxson en un art¨ªculo publicado por el FMI, con la presi¨®n cada vez mayor sobre los Gobiernos por cerrar los abultados d¨¦ficits presupuestarios y a la vez calmar a unos votantes furiosos por los recortes y la creciente desigualdad.
Ese doloroso despertar dej¨® claro que el abuso fiscal transfronterizo es m¨¢s grave de lo que se pensaba y que los para¨ªsos fiscales no solo son islas perdidas en el medio del oc¨¦ano. De ah¨ª que mejorara el intercambio de informaci¨®n entre pa¨ªses y arrancaran los trabajos de la OCDE y el G-20 para adaptar las reglas fiscales a un nuevo contexto globalizado y digitalizado. Mientras tanto, filtraciones como los Papeles de Panam¨¢ han acercado el fen¨®meno a los ciudadanos y obligado a los pol¨ªticos a mirar de frente el problema.
La apuesta es alta. Los Gobiernos saben que los esc¨¢ndalos y el aumento de la desigualdad generan un c¨®ctel explosivo. ¡°Parte de ello tiene que ver con la falta de recursos y parte con la sensaci¨®n de que hay tratamientos diferenciados¡±, destaca Ruiz, de Oxfam. ¡°Esto alimenta los populismos, pero tambi¨¦n la idea de que hay que bajar impuestos porque cada uno gestiona mejor su dinero. Es una falsa dicotom¨ªa de la que se aprovechan algunos grupos pol¨ªticos¡±.
Gobernanza
El economista Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn considera que ¡°los defraudadores hacen mucho m¨¢s da?o que el dinero que se llevan¡±: los abusos fiscales dificultan el desarrollo de las pol¨ªticas p¨²blicas, lo que a su vez mina la confianza ciudadana y reduce la disposici¨®n a pagar impuestos. Es la pescadilla que se muerde la cola. ¡°Si veo que una parte importante de dinero sale del pa¨ªs, reduzco mi propensi¨®n y compromiso fiscal. Es un c¨ªrculo vicioso del que es dif¨ªcil salir y que alimenta el populismo¡±, opina.
El economista Gabriel Zucman, uno de los mayores expertos en para¨ªsos fiscales, lo deja claro en su libro El Triunfo de la injusticia (Taurus, 2021): ¡°Existe un riesgo significativo de que cada vez m¨¢s votantes, falsamente convencidos de que la globalizaci¨®n y la justicia son incompatibles, caigan v¨ªctimas de los pol¨ªticos proteccionistas y xen¨®fobos, y acaben por destruir la propia globalizaci¨®n¡±. El proyecto Missing Profits, en el que participa como investigador en la Universidad de Berkeley, estima que las multinacionales desv¨ªan cada a?o a para¨ªsos fiscales cerca del 40% de sus beneficios, que en 2018 fueron 900.000 millones de d¨®lares (776.000 millones de euros), casi cuatro veces el PIB de Portugal.
Cobham, de TJN, recuerda que la participaci¨®n de los impuestos en el gasto p¨²blico suele asociarse a ¡°una mejor gobernanza y una representaci¨®n pol¨ªtica m¨¢s eficaz¡±. Explica que las investigaciones apuntan a que los Gobiernos suelen gastar m¨¢s en salud, proporcionalmente, cuando los impuestos suponen una proporci¨®n mayor del gasto p¨²blico. ¡°Es por eso que los abusos fiscales de grandes empresas y ricos no solo dejan menos dinero en las arcas p¨²blicas; hacen que sea menos probable que ese dinero se gaste bien, en beneficio de todos los ciudadanos¡±.
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