Mantener las constantes vitales
Los sectores relacionados con el turismo, el ocio y el comercio son los m¨¢s castigados por la pandemia. Por ello, pese a que los ERTE han permitido a estos sectores mantener el tipo, es de vital importancia llevar a cabo una serie de medidas de apoyo directo al tejido empresarial m¨¢s da?ado. De lo contrario, aumentar¨¢ la mortalidad empresarial y, con ella, la tasa de paro.
La tercera ola de la pandemia de la Covid-19 (arrancada en la segunda mitad de enero, como consecuencia de los contactos producidos durante las pasadas fiestas navide?as) est¨¢ siendo m¨¢s severa que lo que lo fue la segunda ola (que se desarroll¨®, principalmente, durante el pasado mes de noviembre). El ritmo de contagios es el mayor registrado hasta la fecha desde la declaraci¨®n de la pandemia en nuestro pa¨ªs, lo que ha vuelto a llevar al l¨ªmite la capacidad de respuesta del sistema sanitario.
El riesgo de salud p¨²blica que supone esta cierta saturaci¨®n hospitalaria ha llevado a las autoridades competentes a reforzar las restricciones de movilidad y a limitar (cuando no interrumpir) el desarrollo de aquellas actividades econ¨®micas que conllevan un mayor contacto humano (aun cuando no se haya constatado de forma emp¨ªrica que sean el origen de un gran n¨²mero de contagios). Los sectores econ¨®micos m¨¢s castigados siguen siendo los relacionados con el turismo y el ocio, as¨ª como con el comercio, que en conjunto re¨²nen m¨¢s del 20% de los afiliados en nuestro pa¨ªs.
Los datos de afiliaci¨®n a la Seguridad Social de enero conocidos a principios de este mes de febrero no se han comportado de forma diferencial a lo que suele ser habitual en este primer mes del a?o. La cesi¨®n de unas 219.000 personas afiliadas es inferior a la producida justo el mismo mes del a?o pasado, cuando la pandemia a¨²n no se hab¨ªa manifestado en nuestro pa¨ªs con la rotundidad con la que lo hizo dos meses m¨¢s tarde. Los sectores que m¨¢s redujeron su volumen de empleos fueron, precisamente, los relacionados con el turismo, el ocio y el comercio, pero lo hicieron con menor intensidad tambi¨¦n de lo que suelen hacerlo en este mes del a?o y eso a pesar de haber sufrido, nuevamente, restricciones al normal desempe?o de su actividad.
La figura de los ERTE, cuya extensi¨®n hasta el 31 de mayo se alcanz¨® por acuerdo de los agentes sociales a finales de mes de enero, ha permitido, especialmente, a estos sectores econ¨®micos, aguantar el tipo y acoger a sus empleados a esta medida de flexibilidad interna, con la esperanza de que, pasada la tercera ola y retornada su actividad econ¨®mica puedan mantener el volumen de empleo actual (las empresas se comprometen a mantener los empleos durante, al menos, seis meses). El retraso administrativo en la solicitud por parte de las empresas (se puede realizar de forma retroactiva al momento de la limitaci¨®n o impedimento de la actividad) y su posterior aprobaci¨®n por parte de la autoridad laboral de los ERTE solicitados a partir de la segunda mitad del mes de enero podr¨ªan explicar el hecho de que todav¨ªa no hayamos visto el pico en el n¨²mero de trabajadores afectados de esta tercera ola (a cierre de enero rozan las 740.000 personas). A modo de comparativa, durante la segunda ola, el volumen de trabajadores afectados se increment¨® m¨¢s de un 20% y en esta ocasi¨®n apenas lo ha hecho en un 7%.
Los ERTE han puesto de manifiesto que son un potente instrumento de flexibilidad interna que, en ocasiones como las actuales, permite mantener el empleo, aun cuando la actividad econ¨®mica se desplome (en el a?o 2020, seg¨²n la Contabilidad Nacional del INE, el primero apenas se redujo un 3% de media anual, mientras que la segunda lo hizo en un 11% de media anual). Sin embargo, la dilataci¨®n de la pandemia y, con ella, de las medidas de restricci¨®n de las actividades econ¨®micas m¨¢s relevantes en nuestro tejido empresarial est¨¢ llevando a muchas de ellas a desaparecer inevitablemente. El n¨²mero de cuentas de cotizaci¨®n a la Seguridad Social sigue descendiendo (en el mes de diciembre ¨C¨²ltimo disponible- lo hicieron en un 6,8% interanual) y, en contraposici¨®n, el n¨²mero de concursos de acreedores aumentando (en el 4T20 fueron un 5,8% superiores al del mismo trimestre del a?o anterior), teniendo como protagonistas y contra su voluntad a empresas de los sectores del turismo, el ocio y el comercio (representaron m¨¢s del 40% de los concursos del 4T20).
El despliegue de las l¨ªneas de financiaci¨®n con aval del ICO en los primeros compases de la pandemia logr¨® atajar el problema de liquidez de muchas de estas empresas, sin embargo, la situaci¨®n ha llegado a ser insostenible para algunas de ellas, llegando a afectar seriamente a su solvencia y, por lo tanto, continuidad. Para mantener el empleo en los niveles actuales (18,8 millones de afiliados, aunque todav¨ªa sean un 2,2% inferior al nivel pre-pandemia de febrero de 2020) es necesario mantener las constantes vitales de las empresas.
En este sentido, numerosos economistas de todo el mundo han recomendado adoptar medidas complementarias a las puestas en marcha hasta ahora que se basen m¨¢s en ayudas directas y no en aumentar el ya comprometido y alto grado de apalancamiento de las empresas m¨¢s afectadas. El reciente anuncio del Ministerio de Asuntos Econ¨®micos de reformar el marco legal existente para impulsar las ayudas directas (una vez que la Comisi¨®n Europea revis¨® el pasado 28 de enero el marco comunitario de ayudas de Estado) va precisamente en esa direcci¨®n.
El refuerzo de la solvencia de las empresas m¨¢s afectadas por la pandemia, directa o indirectamente, debe ser bien dirigido hacia aquellas empresas que manifiesten la viabilidad de su negocio y, por tanto, garanticen la continuidad de los empleos. Se trata de maximizar los beneficios que supondr¨¢ esta pol¨ªtica p¨²blica, que convendr¨¢ tambi¨¦n evaluar ex ante y ex post.
La selecci¨®n de las empresas debe basarse en criterios objetivos, que garanticen la transparencia en su gesti¨®n. Algunos de estos criterios garantes de la viabilidad empresarial pueden ser los m¨¢rgenes declarados en ejercicios pre-pandemia (EBITDA, EBIT), pero quiz¨¢s tambi¨¦n sea necesario requerir seriedad y cumplimiento empresarial con los diferentes organismos p¨²blicos (estar al corriente de pago con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, por ejemplo) y privados (no estar en registros de ASNEF o de Riesgo de Cr¨¦dito de Banco de Espa?a, por ejemplo), as¨ª como con la sociedad y el medio ambiente, si procede normativamente por su tama?o empresarial (sostenibilidad).
Las cuentas depositadas por las empresas en el Registro Mercantil, las declaraciones trimestrales realizadas ante la Agencia Tributaria, la Central de Balances del Banco de Espa?a y las altas de afiliaci¨®n asociadas a cada cuenta de cotizaci¨®n empresarial de la Seguridad Social, entre otras fuentes de datos disponibles, deber¨ªan contribuir a realizar y agilizar este proceso de selecci¨®n de empresas.
Conviene implementar ya las medidas de apoyo directo al tejido empresarial m¨¢s da?ado por esta pandemia. Si no se mantienen las constantes vitales de estas empresas, aumentar¨¢ inevitablemente la mortalidad empresarial y, con ella, la tasa de paro.
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