Inflaci¨®n, la puntilla de la generaci¨®n milenial: ¡°En el s¨²per parece que no te llevas nada, pero pagas un dineral¡±
La escalada de precios golpea con fuerza a una generaci¨®n con la que ya se hab¨ªa cebado la gran depresi¨®n financiera de 2008 y que ahora busca f¨®rmulas para escapar de las garras de esta crisis
Christian Garc¨ªa (32 a?os) busca a toda costa c¨®mo escapar de las garras de la inflaci¨®n. Cuenta que desplazarse en coche se ha convertido en un lujo y que ha reducido las suscripciones a plataformas de streaming. Incluso lleva un registro de todos los gastos que afronta mes a mes. ¡°500 euros de alquiler, 150 de gasolina, 120 entre luz y agua, 37 de internet, 120 de terapia de salud mental y¡ ?la comida!¡±, detalla. Se considera afortunado porque tiene un trabajo estable como inform¨¢tico, pero admite que, si los precios no se relajan, cada vez le resultar¨¢ m¨¢s complicado salir adelante y cumplir sus expectativas personales. ¡°?C¨®mo puedo ampliar mi familia cuando el sueldo es el justo para pagar el alquiler, el coche y las facturas del hogar?¡±, se pregunta.
Los mileniales ¡ªcomo se conoce a la generaci¨®n de los nacidos entre 1981 y 1996¡ª est¨¢n acostumbrados a vivir en la incertidumbre. Sobre todo los mayores, los que hoy tienen 40 a?os. Esos atestiguaron c¨®mo la gran crisis financiera de 2008 estrechaba su v¨ªa de acceso al mercado laboral, reduc¨ªa sus aspiraciones y mermaba sus ingresos. Justo cuando las aguas de la econom¨ªa parec¨ªan m¨¢s calmadas, la irrupci¨®n de la pandemia de coronavirus volvi¨® a truncar sus sue?os. Y ah¨ª ya se resinti¨® todo ese grupo comprendido entre los 25 y los 41 a?os. De hecho, un informe elaborado por el servicio de estudios de CaixaBank indica que los ingresos de los m¨¢s j¨®venes llegaron a caer m¨¢s de un 20% en el arranque de esa crisis, en 2020. La proporci¨®n es cuatro veces superior a la de los adultos.
A la factura de la pandemia se a?ade estos d¨ªas otra que jam¨¢s hab¨ªan visto. Ahora, en forma de escalada de precios. Es m¨¢s: los mileniales estaban acostumbrados a un entorno de subidas muy raqu¨ªticas, cuando no de deflaci¨®n. Eso es historia. La inflaci¨®n roza los dos d¨ªgitos ¡ªen marzo fue del 9,8%¡ª, la m¨¢s alta desde 1985, y amenaza con erosionar sus ahorros. El c¨®ctel que dispara los precios re¨²ne numerosos ingredientes amargos para los mileniales. Acercarse al supermercado, repostar en las gasolineras, o incluso tomar una ca?a al salir del trabajo es m¨¢s costoso y dif¨ªcil de asumir, sobre todo para quienes acaban de independizarse o guardan poco a poco para dar este paso.
La generaci¨®n milenial se ha sumergido en un mundo que no esperaba. Pedro Rey, profesor de Esade, explica que la elevada incertidumbre conlleva dos fen¨®menos opuestos. ¡°Por un lado, hay j¨®venes que tienden a frenar sus compras y se ven m¨¢s forzados a ahorrar. Se han dado tantos golpes contra la pared que ahora son muchos m¨¢s conscientes de sus gastos y m¨¢s prudentes. Por otro, ante el miedo a que los precios sigan aumentando, otros prefieren gastar hoy y no ma?ana. Pero este es un comportamiento m¨¢s sofisticado, en el que entra en juego la capacidad del consumidor de anticipar estos fen¨®menos y de saberse acomodar a ellos¡±, afirma.
La vivienda, el mayor gasto
Seg¨²n un informe de Fedea, antes de la pandemia los mileniales ya acusaban tener una menor retribuci¨®n que la generaci¨®n anterior. De acuerdo con ese estudio, en 2019, el salario mensual real de los j¨®venes de entre 18 y 35 a?os era m¨¢s bajo que en 1980. Con diferencias: era un 26% inferior para aquellos con edades de entre 30 y 34 a?os, pero hasta el 50% para los de 18 a 20 a?os. Ese sueldo sufre hoy el bocado de la inflaci¨®n. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), en 2020 la vivienda se com¨ªa una cuarta parte de su n¨®mina. Alberto Moll¨¢ G¨®mez, de 25 a?os, desde hace un a?o comparte piso con un compa?ero en el barrio valenciano de Benimaclet. ¡°Ahora vivir solo es inasumible por todos los gastos que se acumulan en el d¨ªa a d¨ªa. Entre el alquiler, el agua, la luz y la cesta de la compra tengo que desembolsar al menos 1.000 euros cada mes. Hace un a?o la factura de la electricidad nos costaba 65 euros, mientras que ahora vale m¨¢s del doble¡±, lamenta. Las dificultades econ¨®micas abarcan tambi¨¦n su esfera profesional. Su ocupaci¨®n de aut¨®nomo como director de fotograf¨ªa le obliga a renovar el equipo para garantizar la calidad del servicio a los clientes. Aun as¨ª, no se puede permitir cambiar la c¨¢mara de video y los objetivos cada dos a?os. ¡°Ser¨ªa un coste adicional de entre 6.000 y 8.000 euros¡±, calcula.
Otro 14% de los ingresos de los mileniales iban antes de esta crisis a llenar la nevera. Christian Garc¨ªa acude a distintos supermercados y est¨¢ atento a los precios para identificar los alimentos que m¨¢s se han encarecido. ¡°Los tomates, las patatas y todos los productos que contienen harina o cereales han subido una barbaridad. No consumo cruasanes, pero me he dado cuenta de que el lunes una bolsa puede estar a 90 c¨¦ntimos y el fin de semana la puedes encontrar a 2,40 euros¡±, a?ade. La consulta de las aplicaciones de las cadenas de distribuci¨®n para comparar y acumular cupones se ha vuelto imprescindible antes de coger el carrito de la compra.
La consultora Kantar considera que los mileniales no son un grupo especialmente aficionado a las rebajas. Aun as¨ª, ha observado en el ¨²ltimo a?o un crecimiento del 2% de las compras promocionales. Entre los canales de compra que m¨¢s se han expandido (un 8%) entre los consumidores m¨¢s j¨®venes destacan las tiendas de descuento. Como ¨²ltimo recurso, renuncian a caprichos que antes se permit¨ªan m¨¢s a menudo. Jos¨¦ S¨¢nchez (30 a?os) ha recortado los bollos y las patatas fritas de su lista de la compra para dar prioridad a productos b¨¢sicos. ¡°A veces parece que no te est¨¢s llevando nada, pero est¨¢s pagando un dineral¡±, constata.
Otro de los cambios de h¨¢bito para contener el gasto consiste en limitar el ocio. ¡°Si antes de la pandemia sal¨ªa a cenar con mi novia tres veces a la semana, ahora lo hacemos la mitad. Pero nunca renunciar¨ªa a las ca?as del viernes y a jugar al p¨¢del. Eso no se puede negociar¡±, bromea Jos¨¦ S¨¢nchez. ¡°A pesar de sus ganas de volver a la normalidad, los j¨®venes se han acostumbrado a salir menos [por la pandemia]. La inflaci¨®n ralentizar¨¢ la salida de la anterior crisis, que ya fue fuerte y duradera¡±, agrega Rey, en referencia al golpe que sufri¨® el sector del ocio y la restauraci¨®n.
Para quienes tienen veh¨ªculo, es especialmente sangrante el encarecimiento del carburante. Los mileniales dedican alrededor del 7% de su salario en llenar el dep¨®sito y mantener el coche, seg¨²n el INE. Pero con la crisis, esa proporci¨®n va en aumento. Al menos para Carmen Tejeda, de 27 a?os, que usa el coche para ir al trabajo. Vive con sus padres en el campo en Badajoz y casi todos los d¨ªas recorre una treintena de kil¨®metros para ir y volver con los dedos cruzados para no quedarse en reserva. ¡°Mi coche tiene ya 22 a?os y me veo obligada a repostar cada dos semanas o antes¡±, apunta. Con la subida, el combustible se come casi la mitad de su sueldo.
Una generaci¨®n con menos estabilidad
Tejeda sue?a con su independencia. Tiene un contrato de media jornada como monitora de transporte y prepara una oposici¨®n de Educaci¨®n Infantil. Su objetivo es encontrar cuanto antes un empleo m¨¢s estable a jornada completa que le permita vivir por su cuenta, aunque considera que frente a un panorama tan incierto y cambiante, su futuro pende de un hilo. ¡°Somos una generaci¨®n con bastante menos estabilidad que la de nuestros padres con 20 o 30 a?os. El sistema actual nos obliga a retrasar el ritmo de vida¡±, se queja. En Espa?a, apenas tres de cada veinte j¨®venes de entre 16 y 29 a?os han podido emanciparse, seg¨²n el Consejo de la Juventud de Espa?a.
El dif¨ªcil momento econ¨®mico empuja a esta generaci¨®n a replantearse su escala de prioridades. Adaptarse de inmediato. Cambiar de planes. Las vacaciones de verano siguen, de momento, entre los de S¨¢nchez. Sin embargo, si los precios no paran de aumentar, no descarta dar marcha atr¨¢s. ¡°Todos los gastos se acumulan y la cantidad que suman es muy grande. Pero la verdadera preocupaci¨®n es no saber d¨®nde est¨¢ el fin de esta escalada¡±, zanja. Por su parte, Christian Garc¨ªa, que ahora vive solo en un piso en Valencia, est¨¢ pensando en compartir vivienda con su pareja. ¡°No llevamos ni un a?o, pero si los precios no bajan, a lo mejor nos mudamos antes para dividir las cuentas¡±, afirma. Otra opci¨®n, advierte, ser¨ªa buscar un segundo empleo por la noche o durante el fin de semana, como cocinero o profesor de inform¨¢tica. Ante la incertidumbre, esta generaci¨®n parece dispuesta a apretar los dientes para poder seguir adelante.
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