La cuenta atr¨¢s definitiva para el fin de la calefacci¨®n central
En un a?o, todas las instalaciones comunitarias deber¨¢n contar con dispositivos que permitan facturar el consumo de manera individual
¡°Aqu¨ª la calefacci¨®n central funciona muy bien¡±, cuenta Eva Bargue?o, de 56 a?os y vecina del barrio de Pac¨ªfico en Madrid. Aunque a continuaci¨®n a?ade un detalle que hace pensar que quiz¨¢s el sistema no sea tan bueno: ¡°Alguna tarde, si hace mucho calor, tengo que abrir un poquito la ventana y luego la cierro¡±. Bargue?o muestra unos aparatitos que le acaban de instalar en los tres radiadores de su ¨¢tico, apagados en un d¨ªa en que la calefacci¨®n ya comienza a sobrar en la capital. Se trata de repartidores individuales de costes y los estrenar¨¢ el pr¨®ximo oto?o. A partir de entonces, cada piso pagar¨¢ por separado el calor que consuma. Una medida ordenada por Bruselas en 2012, a la que Espa?a llega tarde y que encara ya su recta final. Salvo causa justificada, las calefacciones centrales pasar¨¢n a la historia dentro de un a?o: el 1 de mayo de 2023.
Hasta entonces queda un intenso proceso de adaptaci¨®n. Ante la amenaza de una multa europea, el Gobierno aprob¨® la medida por real decreto en agosto de 2020. La norma estableci¨® un calendario progresivo: en las zonas m¨¢s fr¨ªas, desde este mes de mayo las comunidades con calefacci¨®n central sin sistemas para repartir el consumo se arriesgan ya a sanciones que van de los 1.000 a los 10.000 euros. La obligaci¨®n se extender¨¢ en octubre a un gran n¨²mero de ciudades (Madrid y Zaragoza, entre otras) y acabar¨¢ la pr¨®xima primavera con los municipios de la zona clim¨¢tica C, que engloba casi toda la cornisa cant¨¢brica y de la que tambi¨¦n forma parte Barcelona. Las zonas A, B y alfa (casi todo el litoral mediterr¨¢neo, el valle del Guadalquivir y las islas), quedan exentas. La patronal de empresas instaladoras de repartidores de consumo, AERCCA, calcula que 1,6 millones de hogares en Espa?a deb¨ªan adaptarse y solo 250.000 han dado ya el paso. Es decir, quedan 1,3 millones de casas y un a?o por delante.
Ignacio Abati es presidente de esa patronal, que engloba a una quincena de compa?¨ªas, y resume el sentir del sector. ¡°Hemos notado mucha m¨¢s actividad, pero esper¨¢bamos y est¨¢bamos preparados para mucho m¨¢s¡±, afirma. Abati cree que ni los costes ni el proceso justifican la tardanza de muchos en actuar. La instalaci¨®n es sencilla y, en las modalidades m¨¢s b¨¢sicas, puede costar unos 150 euros por vivienda (o 6 euros al mes, si se opta por la modalidad de alquiler). Por eso considera que ¡°el problema es m¨¢s de comunicaci¨®n, de que la gente sea consciente de que esto es probablemente la soluci¨®n de eficiencia energ¨¦tica m¨¢s rentable de todas¡±.
Tradicionalmente, los gastos de la calefacci¨®n central se han dividido entre todos los vecinos en las cuotas de comunidad. La eficacia de la nueva medida se basa en que, al pasar la factura a cada hogar en funci¨®n de su consumo, el uso se racionaliza. Salvador D¨ªez Lloris, presidente del Consejo General de Administradores de Finca, avala la teor¨ªa. ¡°Se ahorra, en lo que he podido comprobar, en torno a un 15% o un 20%¡±, asegura. Algunos estudios europeos elevan el porcentaje hasta el 30%. No es un dato balad¨ª porque la norma excluye a las comunidades que demuestren que la instalaci¨®n no se amortiza con los ahorros en cuatro a?os. AERCCA considera que la excepci¨®n no afecta a m¨¢s del 5% de los edificios con calefacci¨®n central y, para evitar la piller¨ªa, el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica public¨® una nota aclaratoria en la que detallaba c¨®mo se acredita esa circunstancia.
Un asunto ¡°sensible¡±
Pero D¨ªez Lloris explica que tomar algunas decisiones no es f¨¢cil en seg¨²n qu¨¦ vecindarios. ¡°La calefacci¨®n central siempre es un servicio sensible¡±, apunta el administrador, quien recuerda que, adem¨¢s, ¡°los ¨²ltimos meses han coincidido con un periodo complicado por los precios de la energ¨ªa¡±. Los costes de calefacci¨®n, detalla, se han multiplicado hasta por cuatro en algunas escaleras, aunque ¡°est¨¢ afectando menos precisamente donde ya tienen contadores individuales¡±.
En teor¨ªa, la carest¨ªa del gas y el gas¨®leo deber¨ªan animar a las comunidades a dar el paso. Pero en la pr¨¢ctica se traduce en que antes tendr¨¢n que solucionar el problema de la factura del ¨²ltimo invierno, que en muchos casos conllevar¨¢ inevitablemente una derrama. En la inmobiliaria Fincas Blanco apuntan al mismo problema. ¡°Hay una diferencia muy grande entre las comunidades que tienen fondos acumulados y las que no¡±, se?ala Mercedes Blanco, quien dirige la unidad de la compa?¨ªa dedicada a la administraci¨®n de fincas y cree que es un buen momento para plantear otro tipo de reformas por las ayudas de los fondos europeos de recuperaci¨®n. ¡°Cuando propones una inversi¨®n de cara al ahorro energ¨¦tico y tiene un coste bajo, todo el mundo est¨¢ m¨¢s receptivo¡±, a?ade.
Bargue?o, la vecina de Madrid, no sabe lo que ha costado la instalaci¨®n. Es inquilina y no tiene claro c¨®mo pagar¨¢ la factura, porque la calefacci¨®n hasta ahora la cubr¨ªa su casero, pero muestra un radiador que gotea: ¡°Ahora tendr¨¦ una excusa para que me lo cambien¡±. Ocho pisos m¨¢s abajo trabaja a esa hora Mario Alberto Herrera, de 38 a?os. Es instalador de ISTA, la multinacional alemana que lidera el sector en Espa?a. Clic, clac. En menos de un minuto, pone un aparato en un radiador. Luego lo registra con una tableta. Es la opci¨®n m¨¢s sencilla. Una vez instalados e identificados todos los radiadores de una casa, la empresa ya puede individualizar el consumo del domicilio. ¡°Son unos 20 minutos por vivienda, aunque no es lo mismo una casa con cinco radiadores que una con 25, que tambi¨¦n las hay¡±, aclara. Para este edificio con m¨¢s de 100 puertas, han venido varios compa?eros y les llevar¨¢ al menos dos d¨ªas.
Un ajetreo para Paco Otero, de 54 a?os y portero de la comunidad. Muchas personas han intentado dejarle las llaves para que abra la puerta a los t¨¦cnicos, a lo que se ha negado. Y entre quienes no se han enterado, pese a los carteles que anuncian los trabajos en el portal, al menos cuatro han bajado ya a preguntarle. ¡°La gente tiene miedo porque sabe que hay muchas estafas en las casas¡±, cuenta, ¡°unos vecinos incluso me hicieron subir con ellos a su casa durante toda la instalaci¨®n porque no se fiaban¡±.
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