La participaci¨®n sindical y Europa
La vicepresidenta Yolanda D¨ªaz ha sorprendido con una audaz propuesta para afrontar la falta de democracia en las empresas
En medio del ruido de las est¨¦riles querellas pol¨ªticas cotidianas, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, ha sorprendido con una audaz propuesta para afrontar la falta de democracia en las empresas. Un desaf¨ªo que afecta a las econom¨ªas m¨¢s desarrolladas y que ha ido de la mano de la precarizaci¨®n laboral y el aumento de las desigualdades.
En Estados Unidos, la pandemia y el consiguiente recurso al teletrabajo han acelerado la desafecci¨®n de los trabajadores con sus compa?¨ªas, provocando la denominada Gran Renuncia. Supone que unos cuatro millones de trabajadores abandonen cada mes su empleo. La administraci¨®n de Biden ha tomado nota de la situaci¨®n y apuesta por potenciar a los sindicatos para ¡°hacer crecer la clase media y construir una econom¨ªa que ponga a los trabajadores en primer lugar y fortalezca nuestra democracia¡±.
En las situaciones l¨ªmite es cuando se producen los cambios m¨¢s profundos. En la Alemania arrasada por la guerra, la construcci¨®n europea fue de la mano de la democratizaci¨®n de las empresas. En mayo de 1950, el ministro de Exteriores franc¨¦s, Robert Schuman, plant¨® la semilla de la federaci¨®n europea. El entonces inveros¨ªmil proyecto cont¨® con el apoyo de canciller alem¨¢n Konrad Adenauer. Al a?o siguiente, el 10 de abril de 1951, Alemania aprob¨® una ley sobre la participaci¨®n de los trabajadores en la gesti¨®n de las empresas hulleras y sider¨²rgicas. Capital y trabajo contaban con una representaci¨®n paritaria. La cogesti¨®n se extendi¨® posteriormente al resto de empresas.
Adenauer era consciente de que ten¨ªa necesidad tanto de un acuerdo con el obrero para asegurar la estructura social en su pa¨ªs como de un pacto con Francia para garantizar la contribuci¨®n alemana a la defensa de Europa. Es dif¨ªcil cuestionar el ¨¦xito de estos pactos.
La participaci¨®n de los trabajadores en las empresas ha sido retomada en varias ocasiones en la Uni¨®n Europea, pero con escasos resultados. El capitalismo triunfante de los beneficios exorbitantes no precisaba pactos. El ¨²ltimo intento de promover la participaci¨®n los trabajadores en las empresas en la UE ha sido con el pilar europeo de derechos sociales en 2017. Buenas recomendaciones, pendientes de concreci¨®n.
En Espa?a, la Constituci¨®n de 1978 establece que ¡°los poderes p¨²blicos promover¨¢n eficazmente las diversas formas de participaci¨®n en la empresa y fomentar¨¢n, mediante una legislaci¨®n adecuada, las sociedades cooperativas. Tambi¨¦n establecer¨¢n los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producci¨®n¡±. Pero no se ha promovido nada. En 2002, el diputado Ram¨®n J¨¢uregui, present¨® en nombre del PSOE, una proposici¨®n de Ley sobre la participaci¨®n de los trabajadores en las empresas. Y ah¨ª qued¨® la propuesta.
La iniciativa de D¨ªaz, que desea debatirla con empresarios, sindicatos y expertos, es fundamental para que este pa¨ªs aterrice en los problemas reales de empresas y ciudadanos. Es urgente para reducir el abismo entre pol¨ªtica y sociedad.
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