La deuda espa?ola es alta, pero no es un drama
Lo que importa de la deuda es si se puede pagar, si es sostenible, no las cifras absolutas
La deuda p¨²blica espa?ola es alta. Alcanz¨® en 2022 la cifra r¨¦cord de 1,5 billones de euros; creci¨® en el ¨²ltimo trienio m¨¢s que en los dem¨¢s socios europeos; se ubica entre sus cuatro colistas; y supuso un aumento neto de 299.646,167 millones de euros durante el tiempo que Pedro S¨¢nchez lleva en La Moncloa.
Una deuda alta entra?a riesgos. Si se desata una crisis financiera global, los especuladores encarecen el coste de su carga. Pero del riesgo al peligro hay un trecho. Pues lo que importa es si se puede pagar, si es sostenible. La clave no consiste tanto en la cifra absoluta del debe, sino en la relativa de este con el haber. La proporci¨®n entre deuda y PIB.
Las familias lo saben bien: una hipoteca que se amortiza a raz¨®n de 1.000 euros al mes es m¨¢s digerible a largo plazo si los ingresos familiares (el digamos, PIB del hogar) la triplican, hasta 3.000 euros; y mucho menos si suman solo 1.500 euros.
Por eso, en los an¨¢lisis serios sobre finanzas p¨²blicas prima el criterio de la deuda relativa sobre la cuant¨ªa absoluta. As¨ª, el Tratado de la UE no postula cantidades, sino proporciones: acercarse a una relaci¨®n deuda/PIB del 60%.
Los reduccionismos, acad¨¦micos o partidistas, seg¨²n los cuales Espa?a sigue una pol¨ªtica ¡°terror¨ªficamente expansiva¡± porque gastar¨ªa ¡°m¨¢s de 200 millones al d¨ªa¡± para soportar su deuda, y todo ello acabar¨¢ en ¡°ruina¡± y en ¡°quiebra¡± (esas cosas se escriben, y en ese tono) carecen de inter¨¦s. En realidad, es el ¨²ltimo cartucho h¨²medo de los profetas de la recesi¨®n, frustrados por unos datos macro que, gusten o no, lideran a los grandes pa¨ªses de la eurozona. Lo relevante es si la carga del endeudamiento p¨²blico es soportable. Y si lo seguir¨¢ siendo ¡ªo no¡ª en un futuro inmediato. Que se avecina duro, con continuas alzas de los tipos de inter¨¦s: que encarecen el coste de las nuevas emisiones del Tesoro.
De momento, la situaci¨®n exige vigilancia porque se ha llegado a un alto nivel: suele considerarse tal a partir del 100%: igual deuda que PIB anual. Y es poco consuelo mejorar a Grecia, Italia y B¨¦lgica.
Pero no legitima dramatismos. La digesti¨®n ¡ªsostenibilidad¡ª es a¨²n ligera. Pese a los aumentos de tipos del BCE en 2022 (del -0,5% al 2% en la facilidad de dep¨®sito a los bancos, el tipo m¨¢s conspicuo), el Tesoro se las agenci¨® para que su coste subiera muy moderadamente, en 10 puntos b¨¢sicos (del 1,64% al 1,73%). Sobre todo porque desde la Gran Recesi¨®n de 2008/2011 los vencimientos se han alargado de cinco a?os a ocho. Aprovech¨®, claro, la era de ¨®ptima baratura de los tipos para reperiodificar el endeudamiento. Y eso seguir¨¢ as¨ª un tiempo.
Esa es la contabilidad, de cuenta de resultados y tesorer¨ªa. La contabilidad de balance (la mochila o patrimonio con el que se responde) requiere examinar adem¨¢s si la deuda aumenta o se reduce (siempre proporcionalmente al PIB) a lo largo del tiempo.
Y aqu¨ª conviene, como siempre, exhibir y comparar datos, antes que proferir dicterios. ?Qu¨¦ comparaci¨®n m¨¢s ¨²til que la de los ¨²ltimos cuatro mandatos en Espa?a para juzgar la calidad de las distintas gestiones gubernamentales, pero siempre teniendo en cuenta los distintos vientos de la coyuntura europea e internacional? Los juicios de valor quedan para despu¨¦s. Miremos atentamente el gr¨¢fico, que sigue los datos del Banco de Espa?a (deuda seg¨²n el Protocolo de D¨¦ficit Excesivo; cuadro 11.1 del Bolet¨ªn Estad¨ªstico). Y punteemos.
El Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar recibi¨® en marzo de 1996 de Felipe Gonz¨¢lez una deuda (de todas las Administraciones p¨²blicas) del 62,7% del PIB, cercana por arriba al tope de Maastricht (y del posterior Pacto de Estabilidad), del 60%. La redujo hasta el 47,7% (abril de 2004), un notorio descenso de 15 puntos, gracias a un intenso crecimiento por la burbuja inmobiliaria y la ausencia de crisis internacionales.
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero parti¨® de ese 47,7%, que redujo hasta el r¨¦cord hist¨®rico del 35% a inicios de 2008, pero la Gran Recesi¨®n le oblig¨® a aumentar gastos, en un contexto de desplome del crecimiento e ingresos hasta colocarla en un 69,9%: un aumento de 22,2 puntos.
El r¨¦cord de endeudamiento lo cosech¨® Mariano Rajoy: 31,8 puntos entre la herencia recibida, en diciembre de 2011, del 69,9%; y el legado que dej¨® a su sucesor, del 101,7%, tras un rescate financiero que se prometi¨® gratis total.
?Y Pedro S¨¢nchez? Partiendo del 101,7% de Rajoy en junio de 2018, lo elev¨® hasta el 123,1% en el segundo trimestre de 2021, y ha acabado baj¨¢ndolo al 113,06% a finales de 2022: una reducci¨®n r¨¦cord de cinco puntos en un a?o. Y un aumento de 11,4 puntos, un tercio que el de su predecesor. Tras lidiar con la pandemia y la inflaci¨®n causada por la guerra de Ucrania.
Esos son los datos. Los juicios, de los lectores.
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