El abismo energ¨¦tico que no fue: as¨ª ha superado Europa el invierno m¨¢s cr¨ªtico de su historia
La fuerte ca¨ªda en el consumo de gas, la llegada r¨¦cord de metaneros y unas temperaturas m¨¢s suaves de lo normal han permitido al Viejo Continente capear el corte de suministro ruso
Hace justo un a?o, con la guerra reci¨¦n comenzada y la amenaza de Rusia de un corte del suministro, Europa tem¨ªa el peor escenario: un invierno fr¨ªo sin combustible para industrias y hogares. Hoy, con la primavera a la vuelta de la esquina, la Uni¨®n Europea ha cruzado el Rubic¨®n de la temporada de fr¨ªo con m¨¢s holgura de la prevista.
Los Veintisiete consum¨ªan unos 500 millardos de metros c¨²bicos (bcm) de gas, de los que Rusia suministraba unos 140, casi el 30%. La dependencia del gas ruso era mayor en grandes pa¨ªses como Italia (40%) o Alemania (60%). El cierre, a principios de septiembre, del gasoducto Nord Stream, v¨ªa principal de importaci¨®n del gas ruso redujo en 2022 esos 140 bcm a apenas 60. Las matem¨¢ticas no sal¨ªan.
?C¨®mo ha logrado, entonces, el continente, superar la mayor crisis energ¨¦tica de su historia? En corto, que todo lo que pod¨ªa salir bien sali¨® bien; y lo que pod¨ªa salir mal, no sali¨® mal. En largo, lo que sigue es un repaso detallado de las claves que han marcado el primer invierno sin casi gas ruso.
Temperaturas m¨¢s c¨¢lidas de lo habitual
El clima ha ayudado, y mucho, a superar este primer examen. Si el de 2022 hubiese sido un invierno crudo, con los mercurios sostenidamente bajo cero en el cuadril¨¢tero imaginario que se dibuja entre Par¨ªs, M¨²nich, ?msterdam y Berl¨ªn -en el que vive un alt¨ªsimo porcentaje de la poblaci¨®n comunitaria-, la situaci¨®n habr¨ªa sido radicalmente distinta. Pero la fortuna se ha aliado con el bloque: las temperaturas han sido suaves, con meses entre los m¨¢s c¨¢lidos de los ¨²ltimos 20 a?os y con semanas enteras m¨¢s propias de la primavera.
Esto ha sido clave: seg¨²n las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE), algo m¨¢s de la mitad de la ca¨ªda en la demanda de los hogares est¨¢ directamente vinculada con esta anomal¨ªa.
Pero estas temperaturas, extraordinariamente altas, tambi¨¦n tienen un env¨¦s. El cambio clim¨¢tico est¨¢ reduciendo las precipitaciones y aumentando los episodios de sequ¨ªa m¨¢s all¨¢ de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica: Francia est¨¢ viviendo su invierno m¨¢s seco desde 1959, y las centrales nucleares, que generan el 70% de su electricidad, necesitan agua para su refrigeraci¨®n.
En Espa?a ¡ªy tambi¨¦n en Portugal¡ª, el buen tono de los pantanos es esencial para el funcionamiento de hidr¨¢ulica. Y, como ha quedado patente en los ¨²ltimos tiempos, una menor actividad de ambas tecnolog¨ªas es sin¨®nimo de mayor utilizaci¨®n de los ciclos combinados, las centrales en las que se quema gas para obtener luz.
Los precios r¨¦cord laminan la demanda
El consumo de gas en la Uni¨®n Europea en 2022 disminuy¨® un 13%, un ahorro de 70 bcm respecto a 2021, la mayor reducci¨®n en t¨¦rminos absolutos de la historia, seg¨²n ha publicado la AIE en su ¨²ltimo monogr¨¢fico sobre el tema.
¡°Lo principal ha sido que la UE ha podido reducir su consumo, un esfuerzo que se ha repartido pr¨¢cticamente a partes iguales entre la industria y los hogares¡±, apunta Ben McWilliams, del centro de estudios bruselense Bruegel. ¡°Los altos precios han estimulado la disminuci¨®n de la demanda en los hogares y han sido clave en el cambio de algunas industrias al petr¨®leo¡±.
Seg¨²n los datos del propio centro de estudios, todos los pa¨ªses de la Uni¨®n redujeron su consumo en 2022, pero la ca¨ªda fue dr¨¢stica en los pa¨ªses del norte. En Finlandia gastaron un 48% menos de gas que la media de los tres a?os anteriores. Entre los pa¨ªses con mayor demanda, Alemania disminuy¨® su consumo un 14%, Italia un 7%, Francia el 9% y Espa?a apenas un 3%.
A finales de febrero, el jefe de la energ¨¦tica italiana Enel, Francesco Starace, dec¨ªa a EL PA?S que el exceso de demanda ¡ªla grasa, podr¨ªamos decir: aquello que se puede reducir sin apenas impacto econ¨®mico¡ª rondaba el 15% de media en los pa¨ªses del bloque. Por encima de esa cifra, crecen las dudas: ?qu¨¦ ocurrir¨¢ cuando bajen los precios? ?ser¨¢ temporal o permanente? Una parte corresponder¨¢ a electrificaci¨®n ¡ªpor ejemplo, con la sustituci¨®n de calderas de gas por bombas de calor en los hogares¡ª; otra, en cambio ¡ªla m¨¢s peligrosa¡ª vendr¨¢ de la migraci¨®n de industrias que antes estaban asentadas en Europa a otros continentes.
¡°En algunos sectores las p¨¦rdidas empresariales han sido muy importantes¡±, recuerda Jorge Fern¨¢ndez, coordinador del laboratorio de Energ¨ªa del Instituto Vasco de Competitividad (Orkestra). Noticias como la deslocalizaci¨®n de f¨¢bricas de BASF [el gigante qu¨ªmico alem¨¢n] son un ejemplo de c¨®mo est¨¢ afectando a la industria la crisis energ¨¦tica¡±. Tambi¨¦n Samantha Dart, jefa de an¨¢lisis de gas de Goldman Sachs, advierte del s¨ªntoma BASF: ¡°Algunas p¨¦rdidas en la actividad industrial europea ser¨¢n permanentes¡±. Que la destrucci¨®n de demanda haya sido particularmente intensa en el sector industrial, opina Jos¨¦ Mar¨ªa Yusta, experto en mercados energ¨¦ticos e infraestructuras cr¨ªticas de la Universidad de Zaragoza, ¡°no es buena noticia y anticipa deslocalizaciones de plantas muy dependientes de unos costes energ¨¦ticos competitivos¡±.
El Atl¨¢ntico, convertido en un gigantesco corredor de metaneros
Tres letras han cambiado por completo el paradigma energ¨¦tico europeo: GNL, las siglas con las que se conoce al gas natural licuado que viaja (congelado) en grandes barcos metaneros. En 2022 han llegado a los puertos europeos 60 bcm de GNL m¨¢s que en 2021, un 60% m¨¢s. Dos terceras partes de estas nuevas importaciones llegaron de Estados Unidos, seg¨²n las cifras de la AIE, convirtiendo el oc¨¦ano Atl¨¢ntico en un inmenso corredor de energ¨ªa. El resto de suministradores est¨¢n a a?os luz del gigante norteamericano, pero entre ellos aparece a¨²n Rusia, de donde llegan 2 bcm de gas licuado. Sabedora de sus debilidades, Bruselas se ha cuidado mucho de vetar el GNL de Mosc¨².
En total, el GNL supuso en 2022 la tercera parte del gas importado y, sumado, se convierte en la principal alternativa de suministro para los pa¨ªses de la Uni¨®n, por delante de Noruega y, sobre todo, de Rusia que era el principal socio.
Para poder recibir este ingente volumen de gas por mar, Europa ha dado un paso al frente en infraestructuras. Alemania, el mayor consumidor, lleg¨® a la crisis sin una sola regasificadora, necesarias para procesar el GNL. Desde entonces, ya ha puesto en marcha dos, a la que hay que sumar una m¨¢s en Pa¨ªses Bajos. En los pr¨®ximos meses est¨¢ proyectada la construcci¨®n de una veintena larga, no solo en el norte: Italia tiene previstas tres nuevas, y Grecia, Chipre y Croacia, una cada una, seg¨²n los datos de Gas Infraestructure Europe (GIE). En el otro lado de la ecuaci¨®n, EE UU prev¨¦ hasta triplicar su capacidad de licuefacci¨®n de aqu¨ª a 2027, seg¨²n las cifras de Adrian Mason, de GlobalData Energy.
China: un favor involuntario a la UE
No todo son m¨¦ritos propios o respuesta ¡ªde compradores y vendedores de gas¡ª a los precios disparatados de los ¨²ltimos tiempos: en 2022, los astros tambi¨¦n se han alineado a miles de kil¨®metros de distancia. El voraz apetito de los Veintisiete ha coincidido con un repliegue sin precedentes del mayor importador mundial de GNL, cuya demanda se ha hundido por la pol¨ªtica de covid cero, dejando un inesperado margen de maniobra al resto de grandes consumidores, en gran mayor¨ªa europeos.
El fin de las restricciones a la movilidad en el gigante asi¨¢tico despierta ahora varios interrogantes: ?tendr¨¢ Europa un nuevo rival en su pugna por los cargamentos de gas? La respuesta m¨¢s probable de la media docena de especialistas consultados es que s¨ª. Eso reducir¨¢ el gas disponible en los mercados internacionales y encarecer¨¢ su cotizaci¨®n. ¡°La demanda global se moderar¨¢, pero no se espera una recesi¨®n y la recuperaci¨®n de China podr¨ªa tener un impacto positivo¡±, expone Fern¨¢ndez, de Orkestra. ¡°Este a?o algunas de estas circunstancias no se repetir¨¢n: competiremos tambi¨¦n con las importaciones de GNL desde China y Asia en general (Tailandia, India...), que ya est¨¢n repuntando¡±.
Incluso si la recuperaci¨®n en China no es inmediata, la situaci¨®n puede empeorar. ¡°Los pa¨ªses europeos no est¨¢n firmando contratos plurianuales, lo que nos deja en manos de un mercado a corto plazo, m¨¢s vol¨¢til y especulativo¡±, apunta Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza. Esa resistencia a sellar acuerdos a varios a?os vista tiene que ver, sobre todo, con la imposibilidad de prever el ritmo de la transici¨®n energ¨¦tica: de lo r¨¢pido que crezcan el biometano (una mol¨¦cula id¨¦ntica, pero producida con residuos) y las renovables depender¨¢ en gran medida el patr¨®n futuro de consumo de gas f¨®sil.
Dep¨®sitos mucho m¨¢s llenos: un inesperado colch¨®n para el invierno que viene
La reducci¨®n del consumo y el crecimiento de las importaciones de GNL ha provocado que la Uni¨®n registre m¨¢ximos de almacenamiento de gas a estas alturas del a?o, con los almacenes con un nivel de llenado cercano al 60%. ¡°Es un r¨¦cord hist¨®rico [para estas fechas]: el escenario de referencia preve¨ªa un nivel alrededor del 40%, por debajo del 30% en el caso de un invierno fr¨ªo¡±, recuerda Yusta. Este mejor tono simplificar¨¢ la tarea de rellenado ¡°con el aprovisionamiento por gasoducto desde Argelia y Noruega, y la llegada de barcos metaneros durante la primavera y el verano¡±. Bruselas ha fijado como objetivo que los dep¨®sitos del bloque alcancen un 90% de llenado el pr¨®ximo 1 de noviembre. Una cifra, que con los niveles actuales, parece factible.
El a?o pasado, la instrucci¨®n de la UE de llegar a esa fecha con los almacenamientos al 80% ¡°dio lugar a una presi¨®n alcista sobre el precio del gas natural en toda Europa durante todo el verano¡±, rememora Fern¨¢ndez. ¡°Ahora es posible volver a llenar los almacenamientos a niveles superiores al 90%, pero el contexto es de mayor competencia por el GNL¡±. En este entorno, dice, ¡°la seguridad de suministro para el invierno tambi¨¦n depender¨¢ de que se mantengan las pol¨ªticas de reducci¨®n del consumo, de que se contin¨²e impulsando el cambio de combustibles en industria y hogares y de la penetraci¨®n de energ¨ªas renovables¡±. Especialmente, si el pr¨®ximo invierno es m¨¢s fr¨ªo.
Gonzalo Escribano, del Real Instituto Elcano, se muestra m¨¢s optimista: ¡°Viendo el nivel de llenado actual, si no llegamos al 100%, vamos a estar cerca. Y eso quiere decir que mucho tendr¨¢n que cambiar las cosas para que tengamos problemas de suministro el a?o que viene¡±. Pero advierte: ¡°?Qu¨¦ precio tendremos que pagar? EE UU va a mandar todo el que pueda, pero lo cobrar¨¢ caro¡±.
Precios: ?calma chicha o bajada definitiva?
Entre agosto de 2021 y agosto de 2022, el precio del gas en Europa se multiplic¨® por 15: de 20 euros por megavatio/hora a m¨¢s de 300. Hoy, con el invierno casi acabado, la cotizaci¨®n del gas se ha contenido y se sit¨²a alrededor de los 50 euros. Ni siquiera la reciente ola de fr¨ªo ha inmutado este nuevo ¡ªy fr¨¢gil¡ª equilibrio de fuerzas.
El precio actual es muy bueno en comparaci¨®n con el verano, pero sigue siendo el doble de que antes de la crisis y a¨²n no sabemos si esta estabilizaci¨®n ser¨¢ definitiva. ¡°Este nivel no es sostenible en lo que queda de a?o¡±, opina Dart, de Goldman Sachs. ?El motivo? Los propios precios actuales, que ¡ªcree¡ª presionar¨¢n al alza la demanda, tanto en Europa como en el resto del mundo. ¡°No llegar¨¢n a los 350 euros del verano pasado, pero s¨ª pensamos que pueden rondar los 100 euros en el tercer trimestre de este a?o¡±, escribe por correo electr¨®nico. Es decir, en plena temporada de llenado de dep¨®sitos.
Superado el a?o de la crisis energ¨¦tica, toca mirar ya a la siguiente prueba de fuego: pronto habr¨¢ que llenar de nuevo los dep¨®sitos para el pr¨®ximo invierno. Tras un a?o de guerra, y a pesar del cerrojazo del Nord Stream 1, Mosc¨² sigue suministrando aproximadamente el 10% de la demanda europea de gas. Si cierra totalmente ese flujo remanente, el pr¨®ximo se pondr¨ªa en s¨¢nscrito. ¡°Sin embargo, si algo nos ha ense?ado la historia de los mercados de energ¨ªa es que las condiciones pueden cambiar en muy poco tiempo¡±, avisa Fern¨¢ndez, de Orkestra. ¡°Hay una falsa sensaci¨®n de que la crisis ha terminado¡±, sentencia Thierry Bros, de Sciences Po.
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