Joan Benach: ¡°Una econom¨ªa que necesita personas precarias dopadas con cafe¨ªna y ansiol¨ªticos no es sana¡±
Es el coordinador del equipo de expertos del Ministerio de Trabajo que ha estudiado la relaci¨®n entre los problemas de salud mental y la precariedad, una ¡°pandemia t¨®xica¡±
Joan Benach (Barcelona, 65 a?os), doctor en Salud P¨²blica por The Johns Hopkins University y catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa en la Universitat Pompeu Fabra, ha coordinado la elaboraci¨®n del informe Precariedad laboral y salud mental. Conocimientos y pol¨ªticas, un encargo del Ministerio de Trabajo. Este estudio calcula que un tercio de los problemas de salud mental en la poblaci¨®n activa son atribuibles a las jornadas interminables, los bajos salarios y tantos otros determinantes de la precariedad. ¡°Cambiar la realidad no solo requiere hacer visibles los problemas y comprender sus causas, sino, sobre todo, disponer del poder pol¨ªtico necesario para actuar y evitar la pandemia t¨®xica que hoy representa la precariedad laboral y social¡±, dice en una entrevista con este peri¨®dico a trav¨¦s de correo electr¨®nico.
Pregunta. Espa?a es un pa¨ªs con salarios por debajo de la media europea, con una tasa de temporalidad en la franja superior, con una proporci¨®n de desempleo alt¨ªsima y la m¨¢s elevada entre los j¨®venes, trabajamos m¨¢s horas que la media de la OCDE y distribuidas de forma m¨¢s expandida a lo largo del d¨ªa. ?Su estudio ha encontrado una relaci¨®n causal entre estas variables y la alta prevalencia de problemas de salud mental?
Respuesta. Contrariamente a lo que se suele creer, la precariedad laboral no solo tiene que ver con el tipo de contrato o el salario, sino que es un fen¨®meno multidimensional. Adem¨¢s de la estabilidad y seguridad, es imprescindible tener en cuenta la escasez de derechos, el escaso poder de negociaci¨®n, o la vulnerabilidad, indefensi¨®n y discriminaci¨®n que se padece cuando se trabaja. El conocimiento cient¨ªfico muestra con claridad c¨®mo la precariedad laboral es un determinante social t¨®xico de la salud. El mal empleo penetra en los cuerpos y mentes de las personas precarizadas y genera ansiedad, depresi¨®n, abuso de drogas y alcohol, y un mayor riesgo de suicidio.
P. ?Qu¨¦ ha aprendido sobre la relaci¨®n de precariedad y salud mental que no supiera antes de la elaboraci¨®n de este estudio? ?Cu¨¢les son los aspectos m¨¢s originales?
R. El estudio, que pr¨®ximamente ser¨¢ publicado de forma m¨¢s extensa como libro, es original por dos razones principales. En primer lugar, porque es la primera vez en el mundo que un Gobierno encarga un estudio sobre dos temas de tanta importancia social como son la precariedad laboral y la salud mental. Y segundo, porque, para comprender temas tan complejos, hemos hecho un trabajo transdisciplinar integrando el mejor conocimiento disponible de la sociolog¨ªa, derecho del trabajo, epidemiolog¨ªa, psicolog¨ªa y salud p¨²blica, entre otras disciplinas. Mediante una visi¨®n cr¨ªtica, hemos logrado obtener una s¨ªntesis nueva y plantear propuestas pol¨ªticas que van mucho m¨¢s all¨¢ de la visi¨®n limitada y fragmentaria de cada disciplina.
P. Una de las conclusiones m¨¢s contundentes es que un tercio de los casos de depresi¨®n en la poblaci¨®n activa en 2020 son atribuibles a la precariedad. ?Le sorprendi¨® este resultado?
R. No. Hace a?os mostramos que el impacto sobre la salud mental era m¨¢s del doble en los trabajadores precarizados, siendo los m¨¢s afectados la clase trabajadora, migrantes, j¨®venes y mujeres. Pero es esencial comprender mejor las causas y el impacto global de la precariedad sobre nuestras vidas. Es lamentable que a¨²n no dispongamos de un sistema de informaci¨®n e investigaci¨®n adecuado para medir integralmente la precariedad, con indicadores v¨¢lidos y comparables. En la sociedad actual no basta con medir el desempleo y la temporalidad, hay que medir todas las dimensiones de la precariedad laboral y social y conocer todos sus efectos en la salud y calidad de vida.
P. ?Qu¨¦ reacci¨®n le genera la frase ¡°no necesitas un psic¨®logo, necesitas un sindicato¡±, que tanto se ha popularizado ¨²ltimamente? ?Qu¨¦ es m¨¢s importante para que mejore la salud mental de los espa?oles: una ca¨ªda en los ¨ªndices de precariedad o un refuerzo de la atenci¨®n psicol¨®gica y psiqui¨¢trica en la sanidad p¨²blica?
R. Tratar de eliminar la precariedad laboral a la vez que atender a las personas que sufren trastornos de salud mental derivados de su situaci¨®n laboral deben ser objetivos complementarios. Hay que prevenir y hay que curar y cuidar: ambas cosas son imprescindibles. Ahora bien, el precarizado y excesivamente medicalizado sistema de salud mental no puede evitar el sufrimiento de muchas personas que a menudo se autoculpabilizan de sus dolencias. La precariedad laboral es un problema social causado por tener relaciones de empleo y trabajo nocivas. Por tanto, las soluciones sobre la precariedad y el sistema de salud, deben ser pol¨ªticas. Eso significa que hay que politizar el sufrimiento generado por la precariedad.
M¨¢s que aumentar el n¨²mero de profesionales, que tambi¨¦n es necesario, lo que necesitamos es desarrollar una salud mental comunitaria donde casi todo est¨¢ por hacer¡±
P. Intentando ser m¨¢s concreto, ?har¨ªa m¨¢s por la salud mental de los espa?oles una reducci¨®n de entre cinco u ocho horas de la jornada semanal, como plantean en su estudio, o que se triplique el n¨²mero de psic¨®logos y psiquiatras de la sanidad p¨²blica, hasta situarnos en la media europea?
R. El informe propone numerosas recomendaciones, as¨ª como la necesidad de abrir debates sociales tan importantes como el trabajo garantizado, la renta b¨¢sica universal, la democratizaci¨®n de las empresas o el tiempo de trabajo. Acortar las jornadas laborales y reducir la precariedad podr¨ªa tener un impacto muy positivo. Permitir¨ªa reducir el desempleo, racionalizar horarios, el estudio y la vida familiar, as¨ª como aumentar las relaciones sociales y la participaci¨®n pol¨ªtica. Al mismo tiempo, mejorar¨ªa el descanso, la salud y la calidad de vida. En relaci¨®n con la atenci¨®n, m¨¢s que aumentar el n¨²mero de profesionales, que tambi¨¦n es necesario, lo que necesitamos es desarrollar una salud mental comunitaria donde casi todo est¨¢ por hacer. Un sistema p¨²blico, no precarizado y no medicalizado, cuyo centro de gravedad sean la atenci¨®n primaria y los determinantes sociales, y que trabaje en estrecha coordinaci¨®n con los sistemas de protecci¨®n social.
P. Espa?a es el pa¨ªs con mayor consumo de ansiol¨ªticos por habitante. ?En qu¨¦ medida depende la econom¨ªa espa?ola, o al menos su mercado de trabajo, de una fuerza laboral que realmente no est¨¢ en condiciones reales de trabajar de forma saludable?
R. Medicalizar los trastornos de salud mental derivados de la precariedad laboral tratando de solucionar problemas a base de consumir medicamentos no es una soluci¨®n adecuada. Primero, porque no va a la ra¨ªz del problema, lo que significa que en el mejor de los casos la medicaci¨®n trata s¨ªntomas y no causas. Segundo, porque la utilizaci¨®n masiva de medicamentos genera dependencia y iatrogenia, es decir, efectos secundarios que da?an la salud; y tercero, porque aumenta la aceptaci¨®n de una realidad social intolerable. Eso se ve claro con un fen¨®meno insuficientemente estudiado como es el presentismo laboral, es decir, el tener que ir a trabajar incluso estando enfermos. Una econom¨ªa que necesita personas precarias, dopadas con cafe¨ªna, ansiol¨ªticos y antidepresivos para poder trabajar no es una sociedad sana.
P. ?En alg¨²n momento se le ha pasado por la cabeza, como apuntan desde algunos sectores, que esta prevalencia tan alta de los problemas de salud mental y de consumo de ansiol¨ªticos puede no deberse a la precariedad, sino a que en Espa?a los trabajadores sean m¨¢s vagos o m¨¢s fr¨¢giles que en otros pa¨ªses?
R. Toda la evidencia cient¨ªfica nacional e internacional muestra que la precariedad laboral es un determinante social de la salud. Eso comporta sobre todo dos cosas: a mayor precariedad laboral, peor salud mental; y que esta produce desigualdades entre grupos sociales, donde la clase trabajadora, mujeres, migrantes y j¨®venes son los m¨¢s afectados, adem¨¢s de colectivos olvidados como los trabajadores culturales, las personas con diversidad funcional, las personas trans, entre otros. Ello indica que no estamos ante un problema individual sino ante un fen¨®meno social y colectivo que requiere de la acci¨®n pol¨ªtica para ser eliminado. Una visi¨®n individual del fen¨®meno no permite entender sus causas estructurales, adem¨¢s de que culpabiliza a las personas de su sufrimiento y salud.
P. ?En qu¨¦ sectores cree que los trabajadores sufren m¨¢s problemas de salud mental?
R. La reciente pandemia puede ayudar a ilustrar la situaci¨®n. Con la covid-19 se habl¨® mucho, casi siempre ret¨®ricamente, de la importancia de trabajadores y trabajadoras esenciales. Colectivos que trabajan en sectores como la salud, educaci¨®n, cuidados, alimentaci¨®n, transporte, cultura o comunicaci¨®n, entre otros, con enfermeras, cajeras de supermercado, camareros, educadoras, transportistas, limpiadoras, cuidadoras de ni?os o ancianos, trabajadoras de servicios sociales, periodistas y artistas, entre otros muchos trabajos. Trabajos que son esenciales, pero que est¨¢n insuficientemente valorados y mal pagados, y que lleva a cabo la clase trabajadora o una clase media proletarizada, donde predominan muchas mujeres y migrantes.
Aunque los estudios son a¨²n limitados, quienes trabajan en las plataformas digitales presentan elevados niveles de estr¨¦s, malestar emocional, trastornos del sue?o, ansiedad y depresi¨®n¡±
P. ?Qu¨¦ papel cree que juegan plataformas como Uber y Glovo, que mantienen relaciones por cuenta ajena con sus empleados, aunque en la pr¨¢ctica sean laborales, en este debate?
R. La econom¨ªa de las plataformas digitales ilustra muy bien la preocupante realidad de la precariedad laboral. Quienes trabajan all¨ª se ven sometidos a salarios exiguos, una disciplina constante, pero invisible, horarios laborales irregulares, largas jornadas y frecuentes episodios de discriminaci¨®n. Aunque los estudios son a¨²n limitados, quienes trabajan en las plataformas digitales presentan elevados niveles de estr¨¦s, malestar emocional, trastornos del sue?o, ansiedad y depresi¨®n.
P. ?Cree que la prevalencia de los problemas de salud mental de los trabajadores espa?oles va a empeorar o a mejorar en los pr¨®ximos a?os?
R. La precariedad no es un destino inexorable ni una maldici¨®n hist¨®rica. Como todo problema social, todo depender¨¢ de las pol¨ªticas que se lleven a cabo. En el informe se?alamos un gran n¨²mero de intervenciones basadas en el mejor conocimiento disponible, pero cambiar la realidad no solo requiere hacer visibles los problemas y comprender sus causas, sino, sobre todo, disponer del poder pol¨ªtico necesario para actuar y evitar la pandemia t¨®xica que hoy representa la precariedad laboral y social. No debemos aceptar tener que trabajar para poder existir, sino reclamar poder trabajar y vivir dignamente en un entorno habitable y con buena salud. Como se?ala la periodista filipina y premio nobel Maria Ressa, la pregunta es: ?qu¨¦ estamos dispuestos a hacer y sacrificar para lograrlo?
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