El c¨®digo de barras cumple medio siglo en plena forma
Al d¨ªa se escanean unos 6.000 millones de estas peque?as etiquetas a rayas, seg¨²n Aecoc
Hace 50 a?os, en un supermercado de Ohio (Estados Unidos), el c¨®digo de barras de un paquete de chicles que costaba 67 c¨¦ntimos de d¨®lar pas¨® por debajo de un esc¨¢ner. Este hecho puede parecer anodino, pero es hist¨®rico: fue el primer c¨®digo de barras en ser escaneado. Hoy se estima que unos 6.000 millones de estas peque?as etiquetas a rayas desfilan al d¨ªa frente los lectores electr¨®nicos de todo el mundo, que avisan de que ha pasado con su sonido particular.
La idea de crear esta catalogaci¨®n fue de varios directivos de las principales empresas de la industria y distribuci¨®n alimentaria en Estados Unidos. Tras varias propuestas, la etiqueta cuadrada de barras verticales que conocemos ahora fue desarrollada por la multinacional IBM e implantada por la asociaci¨®n nacional de cadenas alimenticias americanas en 1966. Siete a?os m¨¢s tarde, en 1973, el invento del ingeniero George J. Laurer se valid¨® en el Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (MIT) y lleg¨® al paquete de chicles de Ohio.
M¨¢s all¨¢ de los detalles anecd¨®ticos, este sistema revolucion¨® los m¨¦todos de almacenamiento, prolifer¨® r¨¢pidamente en todo el mundo y no tard¨® en cruzar el Atl¨¢ntico. Tres a?os despu¨¦s de que arrancase en EE UU lleg¨® a Bruselas, a la European Article Numbering Association (EAN), y en Espa?a se implant¨® en 1981. En este caso fue a parar a un pionero estropajo de la marca 3M. Su mayor ventaja es que ahorraba tiempo a las empresas que trabajaban con grandes cantidades de stock. Los recuentos de cada tipo de producto llevaban mucho tiempo y a?adirles un c¨®digo que se?alaba precio, tama?o o cantidad ¡ªy que adem¨¢s se le¨ªa con aparato electr¨®nico¡ª evitaba tener que hacer las cuentas a mano. Un proceso que pod¨ªa llevar d¨ªas. Adem¨¢s, reduc¨ªa las colas a la hora de pagar, ya que los empleados no ten¨ªan que introducir en caja uno a uno los importes a mano, y evitaba errores al cobrar.
La Asociaci¨®n Espa?ola de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) se?ala que este identificador permite reconocer r¨¢pidamente un art¨ªculo de forma ¨²nica y global dentro de un punto de la cadena de suministro. En Europa se utiliza el denominado como sistema EAN ¡ªpor referencia al organismo regulador¡ª, que incluye 13 d¨ªgitos: los tres primeros indican el pa¨ªs de comercializaci¨®n, los cuatro o cinco siguientes se asocian a la empresa o marca y los ¨²ltimos al c¨®digo espec¨ªfico del producto. En cu¨¢nto a las ic¨®nicas barras, solo contienen la informaci¨®n num¨¦rica mediante s¨ªmbolos para permitir su lectura con esc¨¢neres. En la actualidad, GS1 es la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que proporciona los est¨¢ndares globales para una comunicaci¨®n comercial eficiente, tiene presencia en 116 pa¨ªses y su representante en Espa?a es, precisamente, Aecoc.
Pero la ciencia es acumulativa, de nada sirve el c¨®digo sin una tecnolog¨ªa capaz de interpretarlo de forma r¨¢pida. Aqu¨ª entran en escena otros dos ingenieros: Jerome Swartz y Sheldon Harrison fueron los fundadores de Symbol Technologies, la compa?¨ªa que lanz¨® el esc¨¢ner capaz de identificar en un conjunto de barras negras un paquete de chicles. El peque?o haz de luz roja, como el que vemos en los supermercados, es absorbido por las barras oscuras y se refleja en los espacios en blanco. En el siguiente paso un dispositivo del esc¨¢ner toma la luz reflejada y la convierte en una se?al el¨¦ctrica con la que se interpreta la informaci¨®n codificada a trav¨¦s de una interface de salida.
Desde este feliz desarrollo cient¨ªfico en paralelo, el c¨®digo de barras ha saltado desde la alimentaci¨®n a pr¨¢cticamente todos los productos, permitiendo identificar informaci¨®n importante sobre el objeto con un sistema estandarizado a nivel global. Desde el chicle americano y el estropajo 3M, se ha ido extendiendo hasta llegar a m¨¢s de 1.000 millones de productos en todo en mundo y sigue vigente medio siglo despu¨¦s.
Pese a que han surgido versiones m¨¢s modernas, como los c¨®digos QR (por sus siglas en ingl¨¦s de Quick Response o respuesta r¨¢pida), que enlazan el c¨®digo impreso en el producto con una direcci¨®n de internet en la que se vuelca la informaci¨®n, la idea es la misma: datos agrupados en poco espacio, ordenados y de acceso sencillo. Medio siglo m¨¢s tarde seguimos ante un primario all in one que hoy, tal vez, habr¨ªamos llamado startup y atribuir¨ªamos a tres o cuatro emprendedores.
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