El Supremo de Nueva York frena la subida del sueldo a los repartidores a petici¨®n de las grandes plataformas
Cuatro compa?¨ªas, entre ellas Uber, hab¨ªan demandado a la ciudad por una ley pionera en EE UU que fija un salario m¨ªnimo para los repartidores de comida a domicilio
Un juez de Manhattan ha bloqueado este viernes la aplicaci¨®n de una ley pionera en EE UU que fija un sueldo m¨ªnimo para los repartidores de comida a domicilio. El fallo responde a la demanda presentada la v¨ªspera contra la ciudad de Nueva York por cuatro plataformas de distribuci¨®n, por considerar que el incremento salarial redundar¨ªa en un mayor coste para los restaurantes y, por consiguiente, para el cliente. La nueva norma salarial, aprobada el mes pasado gracias al impulso del consistorio, obligar¨ªa a las plataformas DoorDash, Grubhub, Uber y Relay -esta ¨²ltima, de ¨¢mbito local- a pagar a los repartidores de comida 17,96 d¨®lares por hora y a aumentar esa cantidad a 20 d¨®lares en 2025. Los repartidores ganan actualmente unos 11 d¨®lares la hora, seg¨²n estimaciones municipales. Las cuatro empresas, que funcionan a trav¨¦s aplicaciones, abarcan casi todas las entregas de comida en la ciudad.
En Nueva York hay unos 65.000 repartidores, o deliveristas, como se denominan en espanglish, dado que la mayor¨ªa son de origen hispano. Son el eslab¨®n m¨¢s vulnerable del mercado laboral: no dejan de trabajar ni siquiera en circunstancias extremas, como demostr¨® su actividad incesante durante la pandemia, en medio de la nieve o con el agua a la altura del manillar en las peri¨®dicas inundaciones que se ciernen sobre la ciudad. En octubre de 2021 recibieron un primer respaldo del Ayuntamiento, que estableci¨® un paquete de m¨ªnimos de seguridad en su trabajo, entre ellos poder usar el ba?o de los restaurantes a los que sirven. A?o y medio despu¨¦s, el pasado 12 de junio, se sumaba un sueldo m¨ªnimo para los trabajadores adscritos a plataformas, que reciben los encargos directamente a trav¨¦s de las apps. Son la mayor¨ªa de cuantos operan en la ciudad. Actualmente, tambi¨¦n la mayor¨ªa de ellos depende de la arbitrariedad de las propinas para redondear el jornal.
Los servicios de reparto de comida solicitaron este jueves una orden de restricci¨®n temporal ante el Tribunal Supremo de Manhattan para impedir que los cambios entraran en vigor el 12 de julio. ¡°Toda la ley de la ciudad depende de la falsa suposici¨®n de que los restaurantes no ganan dinero con las entregas: debe frenarse [su aplicaci¨®n] antes de perjudicar a los restaurantes, los consumidores y los mensajeros a los que pretende proteger¡±, dijo el jueves el portavoz de Uber, Josh Gold, en un comunicado. Los gigantes de la distribuci¨®n DoorDash y Grubhub presentaron una demanda conjunta. Uber present¨® la suya propia, al igual que Relay Delivery, la ¨²nica de ¨¢mbito local. Por separado, portavoces de las tres primeras plataformas expresaron este viernes su satisfacci¨®n por el fallo.
A cinco d¨ªas de la entrada en vigor de la ley, que supon¨ªa una avanzadilla en el pa¨ªs, el juez Nicholas Moyne, del Tribunal Supremo de Manhattan, ha dejado en suspenso temporalmente, se ignora por cu¨¢nto tiempo, su aplicaci¨®n. La orden temporal refuerza las demandas de las aplicaciones, seg¨²n el sindicato Los Deliveristas Unidos. ¡°Est¨¢ claro que estas compa?¨ªas multimillonarias har¨¢n todo lo que est¨¦ en su mano para impedir que los m¨¢s de 65.000 repartidores [dependientes] de plataformas ganen un sueldo que les permita vivir en Nueva York. Esta maniobra legal para sacar adelante su modelo de negocio se produce a expensas de los trabajadores, que apenas pueden vivir en una ciudad con una crisis de asequibilidad¡±, dijo el sindicato en un comunicado, la v¨ªspera de conocerse el respaldo judicial a las demandas. Nueva York es la ciudad m¨¢s cara de EE UU y se encuentra entre las tres m¨¢s caras del mundo.
¡°Creo que seguir¨¢n haciendo todo lo que puedan para pagar a los trabajadores lo m¨ªnimo posible, o al menos para continuar dilatando el proceso¡±, manifest¨® Ligia Guallpa, de la ONG Proyecto Justicia Laboral, que apadrin¨® la ley municipal. Desde el Departamento de Protecci¨®n del Consumidor y del Trabajador del consistorio tampoco se han ahorrado cr¨ªticas tanto a las demandas de las plataformas como a la sentencia: ¡°Al ponerse del lado de Uber, la orden de Moyne anula temporalmente la norma del 12 de junio¡± aprobada por la agencia municipal, ha dicho mediante un comunicado su responsable, Vera Mayuga. ¡°Estas aplicaciones pagan actualmente a los trabajadores muy por debajo del salario m¨ªnimo, y este aumento salarial ayudar¨ªa a sacar de la pobreza a miles de neoyorquinos trabajadores y a sus familias¡±, en su mayor¨ªa inmigrantes.
Gustavo Ajche, tal vez el repartidor m¨¢s conocido de Nueva York -documenta fotogr¨¢ficamente a trav¨¦s de sus redes sociales las duras condiciones de su oficio-, ha calificado el fallo de decepcionante y triste. ¡°Estas empresas tienen la capacidad de pagar el salario m¨ªnimo que la ciudad propuso, pero seguir¨¢n torciendo el brazo porque tienen el dinero y el poder para hacerlo¡±, explica Ajche, fundador de Los Deliveristas Unidos. El r¨¦cord de temperaturas alcanzado esta semana, con el term¨®metro por encima de los 30 grados cent¨ªgrados y niveles de humedad que superan el 60%, a?ade c¨®lera a la frustraci¨®n de los trabajadores. Como recordaba Ajche en una entrevista anterior a este diario, la pandemia sac¨® de las sombras a los repartidores, considerados entonces trabajadores esenciales y hoy preteridos, ¡°y doblemente marginados¡±, por la decisi¨®n del juez Moyne. ¡°Arriesgamos nuestra salud en la calle d¨ªa a d¨ªa para servir a los neoyorquinos¡±, incide.
No es una pelea menor, ni siquiera una repetici¨®n de la sempiterna lucha de David contra Goliat. Independientemente de lo que dure el bloqueo judicial, los deliveristas, como se denominan, son parte fundamental de un proceso productivo en el que la tecnolog¨ªa est¨¢ conformando nuevas realidades econ¨®micas, ¡°de un debate sobre el valor y la consideraci¨®n del trabajo, un escenario nuevo que a¨²n no se ha acabado de dibujar¡±, recordaba recientemente Hildaly Col¨®n, del sindicato de repartidores. Es suma, sobre la precariedad de las condiciones laborales en la llamada gig economy.
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