Qui¨¦nes son, qu¨¦ cultivan y a cu¨¢nto venden los agricultores en Espa?a: el sector, explicado en gr¨¢ficos
Radiograf¨ªa de un sector que ha tomado las calles de las grandes ciudades
La ola de protestas de los agricultores ha llegado a Espa?a y quienes trabajan en el campo se han manifestado durante toda la semana en decenas de ciudades. Faltan cinco meses para las elecciones europeas y es en Bruselas donde se deciden muchas de las reglas que rigen el trabajo diario de los agricultores, desde las (ingentes) ayudas a las estrictas normas de producci¨®n.
?Qui¨¦nes son los agricultores en Espa?a? ?D¨®nde trabajan? ?Consiguen sacar beneficios de lo que cultivan? Los siguientes gr¨¢ficos radiograf¨ªan un sector que ha tomado las calles de grandes urbes donde normalmente apenas tiene presencia.
D¨®nde hay tierras agr¨ªcolas, qui¨¦n las gestiona y qu¨¦ producen
Casi la mitad del territorio espa?ol, unos 24 millones de hect¨¢reas, es considerada superficie agraria ¨²til. El 76% de la superficie trabajada se dedica al cultivo de secano (que no tiene sistemas de riego), y el resto al regad¨ªo (24%).
Por tipos de cultivo, la mitad de la superficie es tierra arable, con cereales, hortalizas y barbechos. Le siguen los pastos, esas tierras con hierba destinada a la ganader¨ªa (un 30%) y los cultivos le?osos, donde se ubican el olivar, frutales y vi?edos. Los invernaderos, con un gran crecimiento en la ¨²ltima d¨¦cada, apenas suponen un 0,3%.
?Qui¨¦n le saca provecho a ese suelo? El censo agrario de 2020 estim¨® que hay unas 900.000 explotaciones agrarias, de las que unos 660.000 titulares son perceptores de las ayudas europeas. El an¨¢lisis de qui¨¦n gestiona esas explotaciones indica que se trata de un sector muy fragmentado, con m¨¢s de la mitad de ellas muy peque?as, de menos de 5 hect¨¢reas. Est¨¢, adem¨¢s masculinizado, con siete de cada 10 jefes de explotaci¨®n hombres, que suelen tener una formaci¨®n basada en la experiencia pr¨¢ctica y edad avanzada (menos del 4% tiene menos de 35 a?os y los mayores de 65 suponen el 41%).
Cu¨¢ntos trabajadores hay y qu¨¦ suponen en la econom¨ªa
El sector agrario espa?ol ocupa a unas 770.000 personas, seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), el 3,6% de los ocupados de toda Espa?a.
Existen grandes diferencias entre las comunidades aut¨®nomas. Los agricultores son apenas el 0,3% de los ocupados de la Comunidad de Madrid, mientras rozan el 11% en Murcia.
El censo agrario del INE apunta hacia una profesionalizaci¨®n del sector, y a una disminuci¨®n de la fuerza de trabajo. En 2009, el titular de la explotaci¨®n agraria o sus familiares ejecutaban el 61% del trabajo; ahora realizan cerca del 51%. El resto lo hacen empleados, lo que, seg¨²n el Ministerio de Agricultura, muestra un ¡°cambio hacia explotaciones m¨¢s comerciales, que dependen m¨¢s de los trabajadores contratados¡±. Algunos an¨¢lisis han destacado que esta especializaci¨®n ha contribuido al aumento de la productividad del campo espa?ol en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
La agricultura representa el 2,3% del PIB de Espa?a, por debajo de la construcci¨®n (6%), y muy lejos de la industria (16%) o los servicios (75%).
El valor del trabajo (y las subvenciones)
Igual que en el resto de sectores y en la vida diaria, los costes de producci¨®n en el campo han subido. De media, los precios que pagan los agricultores son hoy un 20% m¨¢s altos que en 2019, empujados sobre todo por la gasolina y los productos para proteger los cultivos de plagas y enfermedades. Fueron a¨²n mayores en 2022, cuando se dispar¨® el precio de la electricidad.
Los beneficios de la actividad agraria son m¨¢s inestables que otros, dependientes de la climatolog¨ªa, la fluctuaci¨®n de precios y otros factores que se escapan al control directo del agricultor. Incluso en a?os de buenas cosechas, determinados cultivos dan p¨¦rdidas, como se ve en la siguiente tabla.
Es por esto que la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC) es tan importante para el sector y se est¨¢ hablando de ella en las protestas de estas semanas, sobre todo por su burocracia y la multitud de normas y exigencias de seguimiento y control que coexisten. Esta ayuda, una de las m¨¢s importantes que da la Uni¨®n Europea, est¨¢ entrando en una nueva fase (para los a?os 2023-2027) en la que pretende estar m¨¢s centrada en el rendimiento y la obtenci¨®n de resultados que hasta ahora.
Productividad por debajo del resto de Europa
La productividad del campo espa?ol es de hecho baja. El valor que se consigue sacar del trabajo del campo cada a?o ha sido de 1.183 euros por hect¨¢rea en 2022 (de media), m¨¢s de 400 euros por debajo de lo que alcanza en Francia o Alemania y menos de la mitad que en Italia (la media UE es de 1.433 euros por hect¨¢rea). Mientras ese valor ha ido creciendo en los pa¨ªses de nuestro entorno, en Espa?a disminuy¨® un 11% en 2022.
A pesar de estas cifras, las empresas agr¨ªcolas, ganaderas, de silvicultura y pesca (conocidas como ¡°sector primario¡±) llevan varios a?os saliendo de su peor momento.
Las medianas, peque?as e incluso las microempresas han tenido en 2022 sus mejores rentabilidades, por encima del 15%.
El valor generado por la producci¨®n agraria en Espa?a rond¨® en 2023 los 32.000 millones de euros. A pesar de que fue una mala campa?a, se trata de una cifra r¨¦cord para el campo espa?ol y se debe en gran medida a que los precios aumentaron considerablemente mientras los costes intermedios descendieron. Espa?a ocupaba en 2022 el tercer puesto dentro de la UE, por detr¨¢s de Francia e Italia, y por delante de Alemania.
Si bien las cifras absolutas colocan a Espa?a a la cabeza de la UE por producci¨®n, la productividad del trabajo agr¨ªcola espa?ol est¨¢ por debajo de la media europea.
Cu¨¢ntos fertilizantes se usan y cu¨¢nto cuestan
En 2022, los agricultores espa?oles compraron 3,6 millones de toneladas de fertilizantes. Esta cantidad roza el m¨ªnimo hist¨®rico registrado durante la crisis econ¨®mica.
Igual que en 2008, los recortes en el consumo de estos productos buscan reducir el impacto del aumento generalizado de los precios. En 2022, el sector agr¨ªcola lleg¨® a pagar hasta el doble que tres a?os antes por los fertilizantes.
Esta escalada en los costes de los fertilizantes comenz¨® tras la pandemia, pero se intensific¨® con la guerra en Ucrania y la incertidumbre sobre las exportaciones procedentes de Rusia, uno de los principales productores. El incremento ha sido menor para los productos fitosanitarios (herbicidas e insecticidas, entre otros).
La contracci¨®n del consumo de estos productos ocurre adem¨¢s tras las nuevas restricciones europeas al uso de fertilizantes qu¨ªmicos o productos fitosanitarios (aprobadas en 2019), cuyo objetivo es paliar el impacto negativo de estos elementos en la biodiversidad y la calidad de las aguas. La Comisi¨®n Europea pretende reducir en un 50% el uso de pesticidas antes de 2030.
Los precios: crecen las diferencias entre origen y destino
En la ¨²ltima semana de enero, un kilo de calabacines costaba 1,63 euros en los mercados mayoristas como Mercamadrid. El precio de las mismas hortalizas en origen estaba unos 70 c¨¦ntimos por debajo. Estos n¨²meros, cuyas diferencias se explican por la adici¨®n de costes de transporte, embalaje o almacenamiento, suelen evolucionar en paralelo: cuando un extremo se encarece, ocurre lo mismo en el otro.
Pero desde 2019, los precios en origen y destino de muchas de las frutas y hortalizas que monitoriza el Observatorio de Precios de los Alimentos se han alejado cada vez m¨¢s entre s¨ª. Es el caso, por ejemplo, de la lechuga romana, donde el precio en origen es pr¨¢cticamente el mismo que en 2019 (0,26 euros por unidad) y el de destino ha aumentado un 33% (de 0,5 a 0,72 euros).
Hay casos donde el precio de destino sube como consecuencia del aumento de lo que cobra el agricultor en origen: ocurre con la cebolla, de 0,12 euros al kilo a comienzo de 2022 a los 0,47 actuales (en destino: de 0,26 a 0,7, una subida parecida de m¨¢s del doble).
Como se ve en el gr¨¢fico, tambi¨¦n han aumentado las diferencias en origen y destino de calabacines, limones, peras, pl¨¢tanos, tomates y zanahorias.
Los costes de los cereales han seguido estos a?os su propia din¨¢mica. Despu¨¦s de un 2022 de precios altos, empujados por la invasi¨®n rusa de Ucrania, han vuelto a desplomarse, condicionados por el fin del pago de costes de aduana y otros impuestos del grano ucranio.
A?o r¨¦cord en importaciones extraeuropeas
Una de las razones de las protestas de los agricultores es la importaci¨®n de productos de fuera de la UE que no tienen que cumplir con los estrictos requisitos impuestos a la producci¨®n continental.
Es cada vez m¨¢s el g¨¦nero agr¨ªcola que llega a Espa?a desde pa¨ªses no europeos: su cantidad ha aumentado un 80% en los ¨²ltimos diez a?os y 2023 (incluso a falta de datos definitivos de diciembre) ha sido el a?o en el que m¨¢s se ha importado desde esos pa¨ªses (hay datos desde 2002). A la vez, las exportaciones a esos pa¨ªses est¨¢n disminuyendo.
Desde fuera de la UE se importa sobre todo (alrededor del 90%) cereales, cultivos de leguminosas, verduras y tub¨¦rculos ¨Ctodos productos que tambi¨¦n se producen en Espa?a y de hecho ocupan una parte importante del suelo cultivado espa?ol¨C.
Fuentes
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.