Tsukiko Tsukahara, consultora: ¡°Las empresas inclusivas y diversas son m¨¢s innovadoras y competitivas¡±
La empresaria japonesa fund¨® en 2018 la asesor¨ªa Kaleidist, especializada en crear ambientes laborales donde las mujeres y las minor¨ªas tengan mayor representaci¨®n y responsabilidad
Tsukiko Tsukahara (Tokio, 51 a?os) tiene un compromiso con el feminismo y con el colectivo LGTBI+. Desde Kaleidist, asesor¨ªa que fund¨® en 2018 y que actualmente preside, ayuda a empresas, gobiernos y organizaciones para crear ambientes laborales m¨¢s inclusivos y diversos. ¡°Muchas corporaciones no terminan de entender por qu¨¦ es importante para su negocio¡±, explica desde su cuidada y moderna oficina en Tokio, en el barrio de Minato, donde se concentran los cuarteles generales de muchas empresas. Tsukahara colabora, adem¨¢s, con ...
Tsukiko Tsukahara (Tokio, 51 a?os) tiene un compromiso con el feminismo y con el colectivo LGTBI+. Desde Kaleidist, asesor¨ªa que fund¨® en 2018 y que actualmente preside, ayuda a empresas, gobiernos y organizaciones para crear ambientes laborales m¨¢s inclusivos y diversos. ¡°Muchas corporaciones no terminan de entender por qu¨¦ es importante para su negocio¡±, explica desde su cuidada y moderna oficina en Tokio, en el barrio de Minato, donde se concentran los cuarteles generales de muchas empresas. Tsukahara colabora, adem¨¢s, con Catalyst, una ONG centrada en mejorar la realidad laboral femenina; y es una de las representantes japonesas en el G-20 Empower, la alianza del sector privado internacional para impulsar la presencia de la mujer en puestos de liderazgo.
P. Jap¨®n se encuentra a la cola en igualdad. Actualmente, se ubica en la posici¨®n 125, de 146 pa¨ªses, seg¨²n el informe de brecha de g¨¦nero de 2023 del Foro Econ¨®mico Mundial.
R. La brecha entre hombres y mujeres es amplia, con una presencia femenina muy baja en pol¨ªtica o en econom¨ªa. Nunca hemos tenido una primera ministra mujer, ni tampoco al frente de ministerios duros, como Finanzas; y la representaci¨®n de mujeres en ¨®rganos de Gobierno es menor del 10% en la C¨¢mara de Representantes [la C¨¢mara Baja], que sube al 27% en la de Consejeros [la Alta]. Ahora tenemos cinco ministras en el Gobierno [de un total de 16 miembros] y se puede ver como un logro. Todo esto perpet¨²a la baja participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres.
P. Hace menos de un a?o, solo eran dos mujeres en el Gabinete.
R. Y si descendemos en el escalaf¨®n es a¨²n peor: no hay viceministras. Tiene algo de parad¨®jico que el Ejecutivo obligue a las empresas a desarrollar un plan de igualdad y que en el seno del poder no se aplique una pol¨ªtica transversal.
P. ?Lo podr¨ªamos llamar postureo feminista?
R. Quiero pensar que hay un compromiso [pol¨ªtico]. Nuestro Gobierno tiene muchos proyectos [relacionados con la igualdad]. A pesar de ello, echo de menos un enfoque general, sist¨¦mico. El Gobierno se preocupa mucho por la brecha salarial, pero hay mucho m¨¢s. Todo esto hace dif¨ªcil llegar al n¨²cleo de la problem¨¢tica.
P. Hace d¨¦cadas, trabaj¨® para el Gobierno, ?qu¨¦ recuerda?
R. Estuve en el Ministerio de Transporte cuando ten¨ªa unos 30 a?os. Entonces, no era tan consciente sobre la desigualdad. En el equipo ¨¦ramos una decena de mujeres y yo era la m¨¢s joven. Casi todos los d¨ªas, alg¨²n se?or del ministerio, con rangos y edades superiores a los que yo ostentaba, me propon¨ªa ir a tomar algo. Como reci¨¦n llegada, no siempre era f¨¢cil dar una negativa. Si aceptaba, luego ten¨ªa que volver a la oficina a horas tard¨ªas, a las 22.30 o las 23.00, para terminar mi trabajo. Es un tipo de experiencia que no recomendar¨ªa a nadie. Posteriormente, trabaj¨¦ en una empresa internacional mucho m¨¢s inclusiva y diversa, en Boston Consulting Group. Esos contrastes me llevaron a reflexionar sobre la desigualdad de g¨¦nero y acabar dedic¨¢ndome a ello.
P. ?Ha cambiado la situaci¨®n en su pa¨ªs?
R. En 2016, se lanz¨® una ley para fomentar el empoderamiento femenino que ha obligado a las empresas de m¨¢s de 300 empleados a desarrollar un plan de igualdad. Como son bastante cumplidoras, m¨¢s del 95% lo ha realizado. Es un avance, pero creo que no lo hacen de coraz¨®n, no lo interiorizan.
P. ?Se podr¨ªa relacionar la falta de avances en igualdad con la escasa movilizaci¨®n social y reivindicativa en Jap¨®n?
R. El MeToo o la lucha LGTBI+ son buenos ejemplos de movilizaciones sociales que consiguen avances. Pero los movimientos sociales no tienen mucha tradici¨®n en Jap¨®n, no somos una sociedad movilizada.
P. Tanto el feminismo como el colectivo LGTBI+ se enfrentan al machismo, ?ambas luchas van de la mano?
R. La igualdad de g¨¦nero y los derechos LGTBI+ pueden abordarse juntos. En el mundo somos, m¨¢s o menos, mitad hombres y mitad mujeres. Pero en Jap¨®n, la mujer sigue siendo minor¨ªa en muchos ¨¢mbitos laborales. As¨ª, cuando se trata la diversidad en el trabajo, el enfoque se suele reducir a empoderar a las mujeres. Sin embargo, la realidad es m¨¢s compleja si tambi¨¦n incluimos etnias, orientaciones o identidades. Personas trans, lesbianas, no binarias, gais¡ Todas las personas deber¨ªan tener las mismas oportunidades laborales, educativas, y, en general, de desarrollo en la sociedad.
P. La homofobia a¨²n es notable en Jap¨®n, pero afecta mucho m¨¢s las lesbianas.
R. Sufren una doble discriminaci¨®n: como mujeres y como homosexuales, al igual que los gais. En mi pa¨ªs se han hecho mofas de la homosexualidad masculina; de la femenina, no. Ninguna menci¨®n, como si no existiera. Es m¨¢s f¨¢cil cambiar la percepci¨®n de una realidad que se conoce que de otra que ni se nombra, que se ha silenciado. Por otro lado, en Jap¨®n muchas veces lesbianas y gais no son visibles, seg¨²n sus vidas se desarrollen en ¨¢mbitos laborales, familiares o sociales m¨¢s o menos tolerantes. Ese ocultamiento fomenta que la homofobia, aunque est¨¦ ah¨ª, no se evidencie. Recientemente, se ha aprobado una ley relativa a las minor¨ªas sexuales, lamentablemente no da la cobertura suficiente.
P. ?Qu¨¦ oportunidades empresariales ofrecen el feminismo y la diversidad?
R. Una corporaci¨®n que se enfoca solo en una parte de sus trabajadores, deja mucho talento fuera. Por otro lado, el compromiso y la motivaci¨®n de los empleados son m¨¢s s¨®lidos, con niveles ¨®ptimos de felicidad y reconocimiento. Las corporaciones inclusivas y diversas son m¨¢s innovadoras y competitivas.
P. Forma parte del G-20 Empower, ?qu¨¦ labor realiza?
R. La iniciativa se instaur¨® para fomentar la participaci¨®n de las mujeres en la toma de decisiones en el sector privado, en alianza con los gobiernos. Yo represento al sector privado en Jap¨®n. Todo surgi¨® en 2019, cuando mi pa¨ªs presidi¨® el G-20 [el foro econ¨®mico] y a propuesta de Canad¨¢. Se lanz¨® un a?o despu¨¦s, bajo la presidencia de Arabia Saud¨ª.
P. Menuda presentaci¨®n: no hablamos del pa¨ªs m¨¢s feminista del mundo.
R. Hac¨ªa poco que en el pa¨ªs se hab¨ªa permitido a las mujeres conducir. Me quedo con que el marco cambi¨®, al menos, un poco.
P. En Espa?a hay un Ministerio de Igualdad, ?ayudar¨ªa instaurar uno similar en su pa¨ªs?
R. En Jap¨®n, la igualdad se aborda desde una subdelegaci¨®n que depende de la Oficina del Gabinete [cuya cabeza es el primer ministro y que gestiona el d¨ªa a d¨ªa del Ejecutivo]. Parece un nivel alto, pero no tiene tanta capacidad de acci¨®n directa. El esquema es un poco d¨¦bil.
P. ?Mejorar¨¢ Jap¨®n en igualdad en los pr¨®ximos a?os?
R. Soy una persona optimista, pero con respecto a la igualdad [en Jap¨®n] no tanto. Aunque Espa?a y Jap¨®n hayan podido ser sociedades con niveles de machismo altos y similares en el pasado; desafortunadamente, en mi pa¨ªs la desigualdad de g¨¦nero est¨¢ profundamente arraigada y atraviesa todas las facetas de la vida. No estoy muy a favor de las cuotas en el sector privado; sin embargo, s¨ª que las aplicar¨ªa a nivel pol¨ªtico: en listas electorales y gobiernos. Hay que abordar la desigualdad de ra¨ªz, desde sus causas primigenias. Lidiar con las cuestiones superficiales no basta.