Abrir las redes el¨¦ctricas a la transici¨®n energ¨¦tica
La democratizaci¨®n de la energ¨ªa significa que la confianza se incruste en la relaci¨®n entre el consumidor y el sector el¨¦ctrico
El conocido como ¡°paquete de Invierno¡±, contiene una nueva ola de directivas energ¨¦ticas que defienden la importancia del empoderamiento ciudadano, acu?ando el concepto de ¡°ciudadan¨ªa energ¨¦tica¡±. Y si las directivas lo hacen, no es por capricho. La democratizaci¨®n de la energ¨ªa significa que la confianza se incruste en la relaci¨®n entre el consumidor y el sector el¨¦ctrico. Pero eso necesita de una arquitectura, de unas normas y de un funcionamiento distinto del sector. No se trata de se?alar a nadie. Es imprescindible definir reglas, y por supuesto, un marco de retribuci¨®n, que d¨¦ respuesta a las necesidades del momento.
En los ¨²ltimos a?os muchos han hecho autoconsumo, un autoconsumo que ha sido y es fuente de ahorro energ¨¦tico, de menores costes en distribuci¨®n y de mayor empoderamiento ciudadano. Los pioneros y pioneras han ido m¨¢s all¨¢, impulsando el autoconsumo colectivo, y es que en los pr¨®ximos a?os, una vez las viviendas unifamiliares han impulsado su autoconsumo, una vez que muchas industrias que ten¨ªan tejado ya han puesto sus placas, la clave estar¨¢ en que las cubiertas de los pol¨ªgonos log¨ªsticos se relacionen con el sector industrial, el sector dom¨¦stico y el sector servicios.
M¨¢s all¨¢ de adecuar protocolos, mejorar la legislaci¨®n, y copiar lo que funciona en Portugal (como el gestor del autoconsumo colectivo), el elemento clave va a estar en la proactividad de las distribuidoras. Sin este actor de cara, va a ser muy dif¨ªcil un escenario participado, distribuido, democr¨¢tico, y donde la ciudadan¨ªa sea protagonista.
Si abrimos m¨¢s el foco podemos coincidir que hoy, el vector de la transici¨®n energ¨¦tica no est¨¢ en los carburantes o en modelos exclusivamente centralizados de generaci¨®n el¨¦ctrica. Hoy, en un escenario de emergencia clim¨¢tica y de vulnerabilidad continental, la clave est¨¢ en tener, sol, viento, biomasa y territorio; y especialmente en adaptar la gesti¨®n de la demanda (el consumidor) a la generaci¨®n y no a la inversa. Y para ello se necesita gesti¨®n.
Es en este contexto la pen¨ªnsula ib¨¦rica d¨®nde comparten mercado Espa?a y Portugal, y es cuasi-isla energ¨¦tica, es la que hoy lidera a escala continental el desarrollo renovable. Podr¨ªamos decir que en el despliegue de renovables la nota es de notable alto. Pero de la misma manera que hemos sacado buena nota en el despliegue de renovables, la nota en electrificaci¨®n, particularmente de la movilidad o de los consumos t¨¦rmicos, es de suspenso. El problema est¨¢ en que la condici¨®n de cuasi-isla energ¨¦tica, la mayor generaci¨®n renovable no nos sirve para exportar, pero tampoco es aprovechada cuando la mayor parte de nuestros consumos t¨¦rmicos o nuestra movilidad depende de los combustibles f¨®siles.
El camino de la electrificaci¨®n no es inmediato. Necesitamos se?ales de precios que desplacen los consumos el¨¦ctricos de los momentos de mayor consumo y menor generaci¨®n fotovoltaica (amaneceres y atardeceres) hacia las hora centrales del d¨ªa. Se requieren estrategias m¨¢s agresivas y eficaces en el impulso de la electromovilidad. Y es clave un desarrollo masivo del almacenamiento, con grandes proyectos de almacenaje, con peque?as bater¨ªas detr¨¢s del contador, pero tambi¨¦n con modelos de almacenamiento distribuido, en comunidades de propietarios, en pueblos o barrios, donde las PYMES, la ciudadan¨ªa o los entes locales puedan participar en la adquisici¨®n de dichos activos, haciendo que se pueda acumular la energ¨ªa cuando esta es abundante y no consumida para despu¨¦s recolocarla cuando hay m¨¢s demanda y hay menos generaci¨®n.
Por no hablar de abrir de una vez por todas los mercados de flexibilidad y agregaci¨®n, permitiendo que los consumidores que puedan aportar flexibilidad, y por tanto poder consumir o dejar de consumir sean retribuidos por ello, con pago en los mercados de primaria y de secundaria, o con la aparici¨®n de ¡°VPP¡±, virtual power plants, que hace que miles de bater¨ªas, distribuidas en la red, puedan, como pasa en algunos pa¨ªses de Centroeuropa, aportar electricidad y respaldo en cuesti¨®n de segundos, para m¨¢s tarde volver a almacenar o consumir cuando al sistema le interesa.
En cualquier caso, todo lo descrito necesita de algo muy elemental y b¨¢sico: la red el¨¦ctrica. Una red de transporte, pero particularmente una red de distribuci¨®n, que no s¨®lo sea robusta, sino que sea digital, bidireccional, transparente y operativa. Esta red, necesita por tanto no solo cable, sino inversi¨®n en digitalizaci¨®n, y su gestor, requiere de equipos, sistemas, pero tambi¨¦n protocolos, y en muchos casos interacci¨®n para dar respuesta a esa interlocuci¨®n con los usuarios.
La CNMC ha abierto un periodo de exposici¨®n p¨²blica en los pr¨®ximos d¨ªas en torno a c¨®mo debe ser la retribuci¨®n de las distribuidoras para garantizar el suministro. El propio Gobierno ha abierto la exposici¨®n p¨²blica en torno a cu¨¢l debe ser el l¨ªmite a la inversi¨®n de las distribuidoras y como garantizar que esa inversi¨®n se realiza. Estos d¨ªas las empresas distribuidoras est¨¢n haciendo y preparando alegaciones sobre c¨®mo deben ser retribuidas. No hay nada m¨¢s relevante para el futuro de la econom¨ªa espa?ola, para la transici¨®n energ¨¦tica y para la lucha del cambio clim¨¢tico, que la manera de operar ¡ªy por tanto de ser retribuidas¡ª de las empresas de distribuci¨®n el¨¦ctrica.
As¨ª, ser¨¢ fundamental que lo que prime sea el servicio que se presta, la interacci¨®n con la ¡°ciudadan¨ªa energ¨¦tica¡± ¡ªt¨¦rmino acu?ado por las directivas, la efectiva separaci¨®n de las actividades comercializaci¨®n y la generaci¨®n de los grupos con te¨®rica no integraci¨®n de actividades, la diligencia en la legalizaci¨®n de los autoconsumos colectivos, las herramientas y protocolos en favor de la agregaci¨®n de consumos y los mercados de flexibilidad. Si hasta ahora la ciudadan¨ªa ten¨ªa derecho a consumir, hoy se debe garantizar el derecho a producir y verter.
Es muy repetida aquella frase que el diablo est¨¢ en los detalles. Romanones lo dec¨ªa a su manera: ¡°Hagan ustedes las leyes y d¨¦jenme a m¨ª hacer los reglamentos¡±. Los abajo firmantes creemos que no hay vector de cambio m¨¢s profundo que el escenario energ¨¦tico en el que se encuentra hoy inmerso Espa?a. Y a su vez, la transici¨®n energ¨¦tica no ser¨¢ posible, o no lo ser¨¢ de una forma decidida, participada y democr¨¢tica sin un papel y un rol activo, propositivo y no limitante de las distribuidoras. Para que ello sea as¨ª hay pocas cosas tan relevantes como su marco retributivo, cobrando o dejando de cobrar en funci¨®n de los nuevos servicios que deben prestar en la aceleraci¨®n de la electrificaci¨®n, distribuida, participada y democr¨¢tica.
Raquel Paule, Alianza por el Autoconsumo, Patricia Reche, Presidenta de la AMEP y Joan Herrera, abogado, socio de SAMSO.ECO.
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